Rubio, proporcion¨® al Atl¨¦tico dos puntos europeos
Burgos: Gorospe; G¨®mez, Navajas, Ruiz Igartua, Rubi?¨¢n; Vald¨¦s (Pach¨ªn, m. 86), Navarro, Carre?o,- L¨®pez, Portugal (Chazarreta, m. 77) y Adorno.Atl¨¦tico de Madrid: Aguinaga, Marcelino, Pereira, Arteche, Cap¨®n,Guzm¨¢n, Marcial, Robi; Aguilar (Ayala, m. 67), Rub¨¦n Cano y Rubio (Sierra, m. 86).
El gol: 0-1 . M. 83. Rubio recupera un bal¨®n que queda perdido en el ¨¢rea burgalesa. Busca injernarse y hace unos preciosos quiebros a varios defensas sin perder EI contacto con el bal¨®n ni el equilibrio, lo que le permite conectar un buen tiro con la izquierda, que Gorospe no puede detener.
Arbitro: Acebal. Pese a que cometi¨® alg¨²n error muy c?aro, no llev¨® mal la marcha de? part do. Se equivoc¨® fiagrantemente en un fuera (de juego se?alado a Navarro porque no vio a Pereira. Pidi¨® perd¨®n e hizo que continuara el juego con un bote neutral, lo que no deja de ser una medida salorri¨®nica. No influy¨® para nada en el resultado porque los errores fueron claros, pero nunca graves ni en situaciones de peligro. Sac¨® tarjeta amarilla a G¨®mez por entrada dura, cas? violentaa Rubio, que oblig¨® al extremo rojiblanco a retirarse del terreno de juego.
Hubo media jornada econ¨®mica y El Plant¨ªo registr¨® tres cuartos de entrada en una tarde muy fr¨ªa y con r¨¢fagas de lluvia.
Una bonita y eficaz jugada de Rubio permiti¨® al Atl¨¦tico de Madrid obtene r dos positivos en El Plant¨ªo cuando, por su juego, nunca mereci¨® el triunfo ante un Burgos que, en contra de lo que ocurriera en el partido del Manzanares, sali¨® conservador y a amarrar, siempre m¨¢s preocupado de mantener su puerta a cero que de hacer un gol al rival. Este no lleg¨® y si los rojiblancos lo hicieron no fue producto de un buen juego de ataque, sino de una individualidad. El empate sin goles hubiera sido quiz¨¢ el resultado m¨¢s justo en un partido de nula calidad. Los dos puntos atl¨¦ticos son todo un pasaporte para la Copa de la UEFA.
Se puede decir, sin temor a exagerar, que resulta inadmisible que dos equipos de Primera Divisi¨®n, el uno en tercera posici¨®n y el otro con un positivo en el momento de comenzar el partido salgan a un campo de, f¨¹tbol a hacer lo que hic¨ªeron, que nada o casi nada tuvo que ver con lo que es jugar al f¨²tbol. Casi siempre mal situados en el campo, sin ninguna estrategia, lo que m¨¢s hicieron fue dar patadones, perder balones y entregar mil y, uno al contrario, en una exh¨ªbici¨®n de c¨®mo no se debe tocar y controlar un bal¨®n. Sobran dedos en una mano para contabilizar las jugadas engarzadas y con sentido de uno y otro equipo y tampoco hacen falta muchos m¨¢ dedos para sumar los tiros que lle aaron a las respectivas porter¨ªas con alguna entidad como para po ner en apuros a los guardametas.
Una vez m¨¢s volvi¨® a fallar el centro del campo rojiblanco. Guzm¨¢n corr¨ªa de un lado para otro sin cumplir ninguna misi¨®n, y, por supuesto, sin crearjuego. Robi s¨®lo se enton¨® un poco, muy poco, al final, despu¨¦s de que su actuaci¨®n fuera un continuo desprop¨®sito y Marcial no se prodig¨® en absoluto, por lo que sus dos o tres detalles de buen f¨²tbol no fueron suficientes. Con este panorama d f¨ªcilmente pod¨ªa desarrollar un equipo un buen juego.
Mala defensa atl¨¦tica
Pese a que el casillero del Burgos qued¨® a cero, no se puede decir que la defensa atl¨¦tica tuviera una acertada actuaci¨®n, ya que sufri¨® varios despistes que de haberse producido frente a un equipo con un ataque medio peligroso le hubieran costado un serio disgusto Fue, pues, la ineficacia de los delanteros burgaleses y no la buena defensa la que hizo que el equipo local se quedara sin marcar. Hay que apuntar, no obstante, un par de felic¨ªsimas intervenciones de Aguinaga cuando todo estaba a favor para que el bal¨®n acabara en la red.
Despu¨¦s de todo esto resulta absurdo pedir responsabilidades a Rub¨¦n Cano, al que no le llegan balones nunca en buenas condiciones y son pocos los que tiene que le ?caen? siempre de espaldas a la porter¨ªa. Cuando un equipo no es capaz de fabricar desde atr¨¢s un juego de ataque serio y engarzado no le puede pedir a su ariete que haga goles o se prodigue en los remates. Rub¨¦n Cano est¨¢ como en un oasis y esto facilita mucho la labor de sus defensores. Aguilar estuvo voluntarioso, pero nunca incisivo ni portador de ning¨²n pe ligro. Este estuvo casi siempre en las botas de Rubio, que si hizo el gol fue en justo premio a que es el ¨²nico que cuando se hace con el bal¨®n tiene el firme y decidido prop¨®sito de avanzar en profundidad y meterse en el ¨¢rea con el bal¨®n en los pies, tema ¨¦ste que parecen tener olvidado gran parte de los delanteros espa?oles, como ignorando que es algo fundamental en el f¨²tbol.
El Burgos apareci¨® casi siempre como un conjunto mediocre que hizo un juego tan discreto y pobre de ideas como su rival, siempre sin asentarse en el centro del campo y con poca sensaci¨®n de peligro cara al gol. Como no tuvo un hombre que hiciera una genialidad, se qued¨® a cero, como pudo y en justicia debi¨® quedarse el Atl¨¦tico, al que s¨®lo puede salvar el recurso de decir que si tiene ah¨ª a Rubio ser¨¢ para algo. El domingo, de momento, para arrancar dos positivos que le aseguran su participaci¨®n en la Copa de la UEFA. No es poco.
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