La Real Sociedad agu¨® la fiesta azulgrana

La Real Sociedad se sum¨® a la fiesta azulgrana, primero con aplausos y despu¨¦s con goles. El triunfo donostiarra fue merecido ante un Barcelona que se ahog¨® en la segunda parte por falta de fuerza f¨ªsica. El Celta, al ganar al H¨¦rcules, a¨²n mantiene sus esperanzas de evitar el descenso. El Salamanca se asegur¨® ya matem¨¢ticamente su permanencia al vencer al Sevilla.

La Real gan¨® al campe¨®n de la RecopaBarcelona, 1 (Mart¨ªnez, m. 6); Real Sociedad, 3 (Satr¨²stegui, m. 49, ld¨ªgoras,m. 58, y Zamora,m. 75).

Barcelona: Artola; Zuvir¨ªa, Manolo (Esteban, m. 77), Olmo, De la Cruz; S¨¢nchez (F¨¦lix, m. 64), Mart¨ªnez, Asensi; Rexach, Krankl y Carrasco.

Real Sociedad: Arconada; Celayeta, Gajate, Cortabarr¨ªa, Olaizola; Iriarte, Diego, Zamora; ld¨ªgoras (Murillo H,m. 77), Satr¨²stegui (Amiano, m. 83) y L¨®pez Ufarte.

Arbitro: Ausocua.

El encuentro cont¨® con unos prolea¨®rnenos de aut¨¦ntica fiesta por el t¨ªtulo ce campe¨®n de la Recopa obtenido por el Barcelona el pasado mi¨¦rcoles. El presidente azulgrana se sent¨® en su palco. Neeskens hizo acto de presencia, junto con sus compa?eros al mostrar la copa de campeones. Hubo aplausos para unos y otros, los donostiarras se sumaron a la fiesta, primero tambi¨¦n con aplausos y despu¨¦s con goles. que supusieron la derrota azulgrana.

La Real, Sociedad se alz¨® merecida justamente con el triunfo. Supo aprovechar perfectamente el desfallecimiento azulgrana de la segunda parte y asegurarse el triunfo. Los azulgranas se adelantaron en el marcador. Mart¨ªnez obtuvo el gol Y con ¨¦l flinalizar¨ªa la primera parte. Los donostiarras resolvieron el partido en el sequndo tiempo. con un uego preciso al contraataque.

M¨ªnimo triunfo del Athl¨¦tic

Athi¨¦tic de Bilbao, 1 (Ayfuch, en propia meta, m. 23); Espa?ol, 0.

Athi¨¦tic,de Bilbao: Aguirreoa; Goicoechea, Alesanco, N¨²?ez (Vidal, m. 50); Tirapu, Irureta, Churruca; Dan?, Sarabia (Guisasola, m. 86) y Argote.

Espa?ol: Urruticoechea; Lanchas, Huertas, Verdugo, Aifuch; Molinos, Osorio, Fern¨¢ndez Amado- Longhi, Muruz¨¢bal (Flores, m. 46) y Mara?¨®n. Arbitro: Carreira Abad.

El partido que disputaron el Athl¨¦tic y el Espa?ol careci¨® de brillantez. La iniciativa coriespondi¨® a los bilba¨ªnos. Buscaron m¨¢s el rernate, pero tambi¨¦n se mostraron ciertamente apagados y faltos de ilusi¨®n. Los espa?olistas tampoco pusieron demasiado inter¨¦s en el encuentro y apenas llegaron a rematar en alguna ocasi¨®n con cierto pel¨ªgro. El conformismo imper¨® en los dos equipos.

El Celta puede evitar el descenso

Celta, 2 (Carlos, m. 8, y F¨¦lix, de penalti, m. 49); H¨¦rcules, 1 (Manolo, en propia meta, m. 87).

Celta: Fenoy; J. Santom¨¦, Manolo, Villar, Canosa; Carlos, Castro, F¨¦lix (Lago, m. 83); Paco (Sanrom¨¢, m. 90), Mori y Vav¨¢.

H¨¦rcules: Amador; Rivera, Ernesto, Baena, Carcel¨¦n; Aracil, Lattuada (Macan¨¢s, m. 46), Juan; Verde, Charles y Moyano (Portu, m. 46).

Arbitro: Miguel P¨¦rez. Amonest¨® a Portu.

El Celta mereci¨® el triunfo ante un H¨¦rcules que pr¨¢cticamente se limit¨® s¨®lo a defenderse. Llovi¨® durante todo el encuentro y los alicantinos no supieron amoldarse perfectamente a las condiciones de un terreno embarrado. El Celta consigui¨® lo que pretendi¨® desde el principio, el triunfo, que le proporciona claras esperanzas de evitar el descenso.

El Salamanca asegur¨® su permanencia

Salamanca, 3 (Cristo, dos, m. 14 y 72, y Juanito, m. 57),- Sevilla, 1 (Scotta, m. 87).

Salamanca: D'Alessandro; Pedraza, Bustillo, Balbino, Corominas; Pepe, Enrique (Cristo, m. 14), Angel; Juanito, Castronovo y Amarillo.

Sevilla: Paco; Juanito, Alvarez, Gero?ami, Sanjos¨¦; Blanco, L¨®pez, Rubio (Bertoni, m. 65); Scotta, Montero y Yiyi.

Arbitro: Burgos N¨²?ez. Amonest¨® a Rubio y Balbino.

El Salamanca, con los dos puntos obtenidos al derrotar al Sevilla, se asegur¨® definitiva y matem¨¢ticamente su permanencia en Primera Divisi¨®n. El equipo charro est¨¢ ya fuera de peligro, Se impuso a un Sevilla que se fue apagando seg¨²n llegaron los goles a su porter¨ªa. Las ansias de victoria del Salamanca fueron su principal arma para alzarse con el triunfo. En ning¨²n momento se escap¨® el encuentro a los hombres de Mesones, al saber lo que supondr¨ªa el ¨¦xito, como as¨ª fue. La marcha del tanteador tranquiliz¨® a los jugadores salmantinos,y sobre todo su juego.