Pagar por trabajar
Est¨¢ surgiendo una nueva manera de trabajar: pagando por ello. Parece incre¨ªble pero es as¨ª. Ahora mismo, en ciertas empresas de venta por distribuci¨®n, muchas personas est¨¢n desenvolsando cantidades de dinero para poder acceder a un puesto de categor¨ªa.La picaresca de las ventas por reuniones aumenta cada vez m¨¢s: Tuperware, Stanhome, infinidad de editoriales, Av¨®n y otros cosm¨¦ticos.
Aunque la calidad de los productos vendidos sea buena, la organizaci¨®n de la empresa, dentro de la legalidad, es un aut¨¦ntico ejemplo del chanchullo comercial. Estas empresas donde todo funciona por comisi¨®n utilizan el m¨¦todo no s¨®lo de obtener ganancias por lo que sus distribuidores venden, sino, y lo m¨¢s importante, por ?sangrar? a sus propios empleados.
Veamos el sistema; en primer lugar, para entrar en la empresa hay que comprar una serie de productos por valor de unas 3.000 pesetas, para poder efectuar las demostraciones, claro que si pagas 25.000 pesetas te dir¨¢n que no eres vendedor sino distribuidor con derecho a las comisiones de los vendedores que puedan trabajar a tu cargo. Tras pagar otra suma por unos rid¨ªculos cursillos, en los que te proh¨ªben beber alcohol mientras duren y te exigir¨¢n disfraz de chico o chica de negocios, puedes escuchar una serie de tonter¨ªas, ni siquiera aptas para un ni?o de cuatro a?os a poco inteligente que sea.
Entonces organizan las campa?as de trabajo: si la venta en una semana es de unas 40.000 pesetas, ya puedes subir de categor¨ªa y, tras pagar por otros cursillos, te consideras ya ?primo con medalla al m¨¦rito?. En la campa?a siguiente piden ventas por valor de 130.000 pesetas y la cosa se complica m¨¢s. A pesar de que el porcentaje de beneficio sea alto, hay que amortizar lo que se pag¨® para entrar, los cursillos, y lo que quede invertirlo en m¨¢s productos para vender. Como resulta que toda la familia, amigos, vecinos y conoc¨ªdos tienen ya un maravilloso tratamiento completo de belleza, que no se acaba en un mes, no hay m¨¢s remedio que ir de casa en casa, lo que adem¨¢s de ser muy cansado, no es nada rentable.
Soluci¨®n: comprar de tu bolsillo las 100.000 pesetas en productos, que es lo que la empresa pretende, y luego, con el agua al cuello, optar por dos caminos: intentar enga?ar a otro como te enga?aron a ti o dedicarte a ser bell¨ªsimo el resto de tu vida.
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