Frenazo al deslizamiento a la derecha

?Felipe Gonz¨¢lez, primer dirigente desde el congreso de Suresnes de 1974, de un Partido Socialista Obrero Espa?ol renovado, pero tambi¨¦n un poco artificialmente hinchado, ha tenido el m¨¦rito y el coraje de ser l¨®gico consigo mismo y con sus posiciones defensivas p¨²blicamente. Sacando la lecci¨®n de los fracasos sucesivos de la corriente socialdem¨®crata que representa, prefiri¨® renunciar a su cargo de secretario general al terminar el XXVIII Congreso del PSOE, el domingo 20 de mayo.A primera vista, es por el problema de principio del abandono o no de la etiqueta marxista por lo que Felipe Gonz¨¢lez ha ca¨ªdo. Es verdad que el debate, en comisi¨®n primero y despu¨¦s en sesi¨®n plenaria, se cristaliz¨® sobre un problema que puede parecer obsoleto y sin gran importancia pr¨¢ctica, teniendo en cuenta la evoluci¨®n de la sociedad espa?ola desde la muerte de Franco y las nuevas condiciones de lucha. Gonz¨¢lez contribuy¨® ampliamente a su derrota, adoptando posiciones desde mayo de 1978 en favor del abandono del t¨¦rmino "marxista". Hab¨ªa vuelto a la carga en v¨ªsperas de la apertura del Congreso, e intent¨®, en comisi¨®n y a puerta cerrada, imponer sus tesis.

El XXVIII Congreso del PSOE marca la conclusi¨®n de una lucha por el poder que se desarrollaba desde hac¨ªa meses. Ha evidenciado la voluntad de una gran mayor¨ªa de socialistas de frenar el deslizamiento a la derecha de su partido. Tambi¨¦n confirma el fin de la pol¨ªtica de consenso entre los socialistas y centristas de Su¨¢rez.

Derrota de un hombre. Elegido en 1974, reelegido en 1975, Gonz¨¢lez era, al principio, un dirigente de compromiso entre las federaciones rivales de Madrid y del Pa¨ªs Vasco. La ascensi¨®n de un andaluz al cargo de secretario general fue una sorpresa. Gonz¨¢lez, sin duda, contribuy¨® ampliamente al ascenso espectacular de un partido, grup¨²sculo en la v¨ªspera de la muerte de Franco, hoy la principal fuerza de izquierda, tratando de igual a igual con el partido gubernamental. Pero el ¨¦xito reaviv¨® las rivalidades internas. Derrota de una l¨ªnea asociada a los ojos de muchos socialistas a la socialdemocracia alemana, inspiradora y protectora de otras formaciones socialistas, comenzando por la de Portugal. ( ... )

En fin, derrota de una opci¨®n que buscaba ampliar la base del Partido Socialista en detrimento de la doctrina y de los principios b¨¢sicos.

22 mayo