"El escritor latinoamericano ha de abandonar el infantilismo pol¨ªtico"

El escritor argentino Abel Posse cree que una de las tareas b¨¢sicas de sus compatriotas y de otros creadores de distintos pa¨ªses latinoamericanos ha de ser la de levantar las barreras que existen para ejercer la libertad de expresi¨®n, pero al mismo tiempo piensa que colegas suyos e intelectuales de la citada zona ?viven un grave infantilismo pol¨ªtico? que los convierte en ?idealistas revolucionarios?, cuyo ¨²nico objetivo a cumplir es est¨¦tico.

En unas pol¨¦micas declaraciones a EL PAIS, el autor de Daimon, que acaba de asistir en Gran Canaria a varios debates sobre la situaci¨®n del escritor en Am¨¦rica Latina, afirm¨® que ?el creador tiene que salir del infantilismo pol¨ªtico y aportar en el orden de las ideolog¨ªas f¨®rmulas realmente alternativas. Ya no es posible una actitud heroica, de exilio est¨¦tico. Ya no se puede formar parte de esa eterna Justine, de Sade, que va de la represi¨®n al exilio y del exilio a la represi¨®n?.El se?or Posse pas¨® por Madrid camino de Argentina, donde ejerce la diplomacia, despu¨¦s de haber sido c¨®nsul general en Venecia durante seis a?os. Es autor de la citada novela Daimon, en la que, partiendo de la epopeya de Lope de Aguirre, narr¨® quinientos a?os de historia latinoamericana. Con su obra La boca del tigre gan¨® en su pa¨ªs el Premio Nacional de Literatura correspondiente al trienio 1969-71. En la actualidad, el se?or Posse, que inicia la escritura de un juego esperp¨¦ntico sobre la creaci¨®n de Occidente, asume que la suya es, ?en cierto modo, una actitud molesta. Estoy bastante solo, porque he descendido del tranv¨ªa y no estoy dispuesto al buenmuchachismo pol¨ªtico. Yo no creo en el esquema de enfrentamiento entre revoluciones y oligarqu¨ªas. Lo que hago es tratar de invitar a mis colegas a meditar. Hubo un tiempo en que nos recomendaban la revoluci¨®n desde Barcelona, M¨¦xico o Par¨ªs; manten¨ªan la imagen del humanista puro y segu¨ªan ligados a la estructura econ¨®mica de las editoriales?.

?Los escritores latinoamericanos?, dice Abel Posse, ?tenemos que abandonar esa adolescencia pol¨ªtica y llegar a la madurez, para adquirir una mayor capacidad de an¨¢lisis y de tolerancia. Se debe desechar el culto de lo imposible y empezar a aceptar el asomo de lo posible, que los escritores desde?an excepto cuando se trata de editar. ?

Pero ??c¨®mo van a contribuir los intelectuales a crear esos grandes partidos si en la mayor parte de los pa¨ªses -Argentina, por ejemplo- se hallan expresamente abolidos los derechos de reuni¨®n y asociaci¨®n? Esa situaci¨®n cambiar¨¢, asegura Posse. En Brasil, por ejemplo, se ha producido una apertura pol¨ªtica, en la que los intelectuales tienen que ingresar para impedir que la ¨²nica salida sea la del exilio eterno. ?

Optimismo y realidad

Al optimismo de Posse se opone la realidad cotidiana: escritores desaparecidos, encarcelados o asesinados por agentes de las dictaduras latinoamericanas por el mero hecho de exponer sus ideas. ?La mayor parte de esos escritores son reprimidos por su militancia, por su combate. Pero no por sus ideolog¨ªas. Las dictaduras subestiman las ideolog¨ªas. Les preocupan m¨¢s los temas econ¨®micos o la tecnolog¨ªa de la subversi¨®n.? ?C¨®mo, entonces, proh¨ªben el Quijote, o censuran t¨¦rminos de las matem¨¢ticas modernas, como vector y conjunto, por estimarlos subversivos? ?Son casos aislados, absurdos provincianos, pero no son indicativos de una tensi¨®n ideol¨®gica.?Abel Posse estima que en Am¨¦rica Latina la violencia ha perdido su sentido. ?Nicaragua es un caso at¨ªpico, donde se da un caso de hartura de un pueblo ante una dictadura familiar.? La decadencia de la violencia como f¨®rmula para lograr el cambio, se le antoja a Abel Posse, ?ha dado paso a una, nueva sociedad, cuya voluntad de progreso ha quitado espacio al romanticismo pol¨ªtico. El escritor, en esta nueva sociedad, ha de asumir un nuevo lenguaje, integrarse, perder pavor al poder?.

La decadencia de la violencia es, precisamente, el tema del ¨²ltimo libro de Abel Posse. Editado en Buenos Aires, se trata de un relato porte?o titulado Momento de morir.