Nikos Pulantzas: "No hay que identificar socialdemocracia y partido socialista"
Pregunta. ?Cu¨¢les son las v¨ªas del socialismo?Respuesta. Actualmente la problem¨¢tica se centra en c¨®mo pasar democr¨¢ticamente al socialismo, qu¨¦ estrategia adoptar. Esta cuesti¨®n estrat¨¦gica se plantea tanto para los partidos socialistas como comunistas, como al conjunto de los partidos obreros. La v¨ªa de transici¨®n democr¨¢tica al socialismo implica claramente una distanciaci¨®n con respeto al estalinismo, y tambi¨¦n a un cierto leninismo. No quiero decir que Lenin ha conducido al estalinismo, pero ciertos elementos de la estrategia bolchevique pudieron, en determinadas circunstancias hist¨®ricas, conducir al estalinismo. Por otra parte, y en la medida en que se trata de una v¨ªa revolucionaria, se distancia de la estrategia socialdem¨®crata cl¨¢sica.
Se observa en estos momentos divisiones en los socialistas, en que unos se acercan a esta concepci¨®n revolucionaria de la v¨ªa democr¨¢tica al socialismo y se alejan tanto del estalinismo como de la socialdemocracia. Porque el estalinismo por una parte, y la socialdemocracia tradicional tal como se ve en Suecia o Alemania son dos fracasos del movimiento obrero. Pero este fen¨®meno se plantea de forma similar en los partidos comunistas que han adoptado el eurocomunismo. En su seno, unos ven la v¨ªa democr¨¢tica al socialismo como una v¨ªa revolucionaria, y otros ven la v¨ªa socialdem¨®crata. Por tanto, en los partidos socialistas y eurocomunistas hay a la vez corrientes revolucionarias y socialdem¨®cratas.
P. ?Se puede decir que declararse marxista significa no ser socialdem¨®crata?
R. Voy a ser muy claro. Nunca la teor¨ªa marxista ha impedido la socialdemocracia. En el Partido Socialista franc¨¦s, cuando la escisi¨®n entre Leon Blum y Thorez. Blum se autodefin¨ªa como ortodoxo marxista. Guy Mollet, a quien se le considera en Francia como la expresi¨®n misma de la socialdemocracia, y no s¨®lo a nivel de pol¨ªtica gubernamental de colaboraci¨®n de clase, sino a nivel de pol¨ªtica internacional, con su decisi¨®n colonialista de invadir Suez, o de mantener las colonias, este Guy Mollet lleg¨® a tomar la direcci¨®n del Partido Socialista franc¨¦s desde la izquierda, apoy¨¢ndose en el tema de la ortodoxia marxista. Por tanto, no creo que el emplear el discurso marxista sea suficiente en s¨ª para romper con la socialdemocracia, para afirmar que uno no es socialdem¨®crata. Ahora bien, en estos momentos, por ejemplo en Francia, en que marxistas y antimarxistas se afrontan en un debate -el CERES contra Rocard-, los marxistas representan los que est¨¢n a favor de una alianza con el PC franc¨¦s, y definir¨ªa en estos t¨¦rminos la corriente de izquierda porque la estrategia de transici¨®n revolucionaria al socialismo implica una alianza entre los partidos obreros.
Por ello -contin¨²a el pensador griego- no hago esta distinci¨®n entre partidos socialistas, marxistas o no. Hay la socialdemocracia, los estalinistas, y luego los partidos eurocomunistas y socialistas. La mayor parte de los partidos socialdem¨®cratas han abandonado actualmente el discurso marxista, y este fue el problema del congreso del partido alem¨¢n en Bad-Godesberg. Tambi¨¦n los partidos que no han adoptado el eurocomunismo han abandonado -sin caer en la fraseolog¨ªa- un cierto marxismo, el marxismo creador. Considero que el verdadero marxismo es el marxismo creador que no se queda en los dogmas ?marxis,tas-leninistas?, que han sido dogmas fosilizados. No tiene que haber autom¨¢tica y ¨²nicamente un discurso marxista en los partidos eurocomunistas y socialistas, pero s¨ª cierta actitud abierta hacia el discurso marxista. Ello supone que hay que completar este discurso marxista, hay que darse cuenta de los l¨ªmites del marxismo, tambi¨¦n de los errores que ha cometido, no s¨®lo Lenin, sino Marx... Y creo que tal actitud les predispone a una estrategia revolucionaria de transici¨®n hacia el socialismo. Por tanto, no voy a defender el marxismo en s¨ª, tal. cual porque el marxismo en s¨ª no existe es una relaci¨®n.
P. ?En qu¨¦ medida un proceso socialdem¨®crata corta la posibill dad de un proceso revolucionario?
R. No hay que identificar social democracia y partido socialista Tampoco hay que caer en las ilusiones de la Tercera Internacional. Donde ha habido un Gobierno socialdem¨®crata la experiencia h mostrado que ciertamente las con diciones de vida de las masas populares han mejorado si lo comparamos a un Gobierno de derechas; no hay que asimilar la socialdemocracia, incluso la cl¨¢sica, con los patronos, pero se ha dado una integraci¨®n relativa de las clases populares, incluso de la clase obrera en la pol¨ªtica gubernamental oficial, lo que ha significado un obst¨¢culo para la v¨ªa revolucionaria popular de socialismo democr¨¢tico, esto me parece evidente. La integraci¨®n supone cierta pasividad de las masas populares, que mantienen un nivel de defensa corporativista, frente a la ruptura radical del sistema capitalista para llegar al socialismo. No podemos olvidar que la socialdemocracia es una estrategia y una forma de organizaci¨®n que mantiene lazos y relaciones potentes con los sindicatos.
P. Si la integraci¨®n de las masas populares le parece negativa en la socialdemocracia, ?cu¨¢l puede ser su papel en un sistema democr¨¢tico hacia el socialismo?
R. Es una cuesti¨®n fundamental a la cual no se puede contestar brevemente. A m¨ª parecer, hay que llegar a conciliar las luchas en el interior de las instituciones, a nivel de Estado, es decir, las luchas que intentan la transformaci¨®n radical de la democracia representativa y el mantenimiento de estas instituciones para garantizar la democracia. Y hay que unir a ello un proceso en que las masas populares toman la iniciativa. En este sentido, los nuevos movimientos sociales son muy importantes actualmente, porque son luchas populares que se desarrollan no s¨®lo dentro de las f¨¢bricas y conciernen a la clase trabajadora. A menudo son interclasistas, por ejemplo el feminismo, la ecolog¨ªa, el regionalismo, los estudiantes. Estos movimientos importantes se sit¨²an fuertemente en una l¨ªnea autogestionaria. El problema que se plantea entonces es, por una parte, la necesidad de que los partidos pol¨ªticos est¨¦n presentes, porque de lo contrario hay un riesgo de reprivatizaci¨®n, de neocorporativismo, de fraccionamiento, y por otra, que no copen estos movimientos, que respeten su autonom¨ªa. Para que se d¨¦ esta presencia que respeta la autonom¨ªa, las organizaciones pol¨ªticas, los partidos socialistas y eurocomunistas tienen que transformarse radicalmente.
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