Carter y Brejnev sellaron con dos besos en las mejillas la firma del tratado SALT II
ENVIADO ESPECIAL, Jimmy Carter y Le¨®nidas Brejnev sellaron ayer con dos ins¨®litos besos en las mejillas la hist¨®rica firma del segundo tratado de limitaci¨®n de armas nucleares estrat¨¦gicas entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, al t¨¦rmino de cuatro d¨ªas de conversaciones en la capital de la neutral Austria. El sorprendente gesto del presidente norteamericano y el secretario general del Partido Comunista sovi¨¦tico, que, momentos antes, hab¨ªan estampado su firma a veintid¨®s p¨¢ginas del tratado, un protocolo adicional, 43 p¨¢ginas de ?entendimientos adjuntos? y una declaraci¨®n conjunta de intenciones de dos f¨®lios, pill¨® desprevenidas a las delegaciones y los periodistas-testigos del acto, que tan s¨®lo pudieron aplaudir, emocionados, el primer beso que los dirigentes de las dos potencias adversarias se han dado en m¨¢s de dos d¨¦cadas de guerra fr¨ªa y casi diez a?os de pol¨ªtica de distensi¨®n.
La firma del tratado SALT II pone fin a seis a?os y medio de intensas negociaciones entre los dos pa¨ªses para limitar el arsenal ofensivo nuclear estrat¨¦gico de que disponen y que, aun limitado en la forma dispuesta en el acuerdo, es suficiente para devolver a ambos pa¨ªses y a la mayor parte del planeta a la Edad de Piedra.
"Defensa del derecho a la vida"
Aun as¨ª, el dirigente sovi¨¦tico calific¨® el acuerdo como un adecuado freno a la carrera armamentista y se?al¨® que con su firma am: bas naciones ?defend¨ªan el derecho m¨¢s sagrado de cada hombre: el derecho a vivir?. Por su lado, el presidente Carter, en su discurso pronunciado despu¨¦s de Breinev, pese a que fue el primero en estampar su firma en el acuerdo, present¨® ¨¦ste como ?un paso decidido en la b¨²squeda de un mundo m¨¢s estable y pac¨ªfico?.El tratado SALT II restringe, cualitativa y cuantitativamente, los arsenales at¨®micos de Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero es todav¨ªa parco a la hora de limitar el futuro desarrollo tecnol¨®gico de nuevas armas. Su entrada en vigor est¨¢ pendiente adem¨¢s de la ratificaci¨®n del mismo por el reticente Senado norteamericano y por la legislatura sovi¨¦tica, el Soviet Supremo de la URSS. Expirar¨¢ en 1985 y deja fuera de su alcance el desarrollo armamentista nuclear en la poblada Europa, donde se concentran importantes arsenales t¨¢cticos de ambas potencias y de sus aliados.
Seg¨²n el texto del acuerdo, las dos potencias se comprometen a ?reducir de 2.400 a 2.250 el n¨²mero de vectores o lanzadores de armas nucleares en los seis primeros meses desde su entrada en vigor o antes de 1981. La URSS, que dispone de 2.500, tendr¨¢ que destruir 250 m¨ªsiles, mientras que Estados Unidos, con 2.058 en la actualidad podr¨¢ completar dicho n¨²mero. A la vez, el tratado establece una serie de subl¨ªmites para las distintas clases de vectores: 1.320 para los intercontinentales con cabeza m¨²ltiple, que bien est¨¦n basados en tierra, en submarinos o en aviones; 1.200 para intercontinentales sencillos basados en tierra, marinos o a¨¦reos, y un tercer l¨ªmite de 820 para los intercontinentales terrestres de cabeza m¨²ltiple.
Respecto a las restricciones cualitativas, las dos partes se comprometen a no desarrollar hasta 1985 un nuevo tipo de misil intercontinental de cabeza m¨²ltiple, a restringir a diez el n¨²mero de cabezas por cada misil m¨²ltiple terrestre, a catorce en el caso de los submarinos y a diez en los bombarderos. Asimismo, el documento restringe a veinte el n¨²mero de misiles Crucero por cada avi¨®n estrat¨¦gico B-52, y a veintiocho en los de alcance medio, y determina que ninguna de las dos partes podr¨¢ construir en cinco a?os nuevos silos para misiles pesados como los SS-19 sovi¨¦ticos.
Comunicado conjunto
Junto a los textos del tratado SALT II, las dos delegaciones hicieron p¨²blico ayer un comunicado conjunto de quince p¨¢ginas que resume casi ocho horas de conversaciones de trabajo y siete de actos sociales de las dos delegaciones, y un encuentro personal celebrado ayer lunes, entre Carter y Brejnev, que dur¨® una hora. El comunicado aborda el contenido de las conversaciones de una manera gen¨¦rica y es m¨¢s una declaraci¨®n de principios que un relato de las cuestiones internacionales y bilaterales abordadas durante la cumbre.
Con excepci¨®n del compromiso de ambas superpotencias para iniciar, en breve, contactos bilaterales orientados a poner en marcha la tercera fase de las negociaciones SALT, pr¨¢cticamente no engloba ning¨²n acuerdo sustancial. No obstante, ambas partes confirman su intenci¨®n de iniciar conversaciones separadas para tratar una serie de cuestiones: desmilitarizaci¨®n del oc¨¦ano Indico, control de la transferencia de armas convencionales y limitaci¨®n de los sistemas antisat¨¦lites.
El documento ratifica la satisfacci¨®n de ambos pa¨ªses por la continuaci¨®n de la pol¨ªtica de distensi¨®n y ambas se comprometen a extender este concepto y colaborar a la reuni¨®n que se celebrar¨¢ en Madrid el a?o pr¨®ximo, dentro de la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n Europea. Hace referencia tambi¨¦n a la necesidad de obtener una paz global y justa en Oriente Pr¨®ximoy ambos expresan su respeto a los esfuerzos de los pa¨ªses independientes de Africa para desarrollarse dentro de unas relaciones pac¨ªficas y positivas con otros Estados.
Por ¨²ltimo, en una referencia a los problemas bilaterales, se hace hincapi¨¦ en la necesidad de mejorar las relaciones econ¨®micas y comerciales, en cuyo contexto se encuentra la eventual concesi¨®n por Washington del rango de naci¨®n m¨¢s favorecida a la URSS.
Al t¨¦rmino de la ceremonia de la firma, el presidente Carter se dirigi¨®, tras una breve parada en su embajada en Viena, al aeropuerto, y su avi¨®n, el Air Force Number One, parti¨® a las 2.25 hora local. A su llegada a Washington, Carter ten¨ªa previsto dirigirse al Congreso norteamericano para presentar los tratados y pedir su ratificaci¨®n por el Senado. Por su parte, Le¨®nidas Brejnev abandon¨® Viena casi dos horas m¨¢s tarde.
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