Los menores no siempre son tontos

El C¨®digo Civil espa?ol se inspira en el c¨®digo napole¨¢nico y ¨¦ste parte, a su vez, de la consideraci¨®n de la stupiditas mulieris. Nada m¨¢s l¨®gico, pues, que colocar a los hijos menores bajo el ¨²nico mando del var¨®n. En la situaci¨®n actual la madre no puede pedir el pasaporte de su hijo sin que la acompa?e el marido, ni cambiarle de colegio, ni decidir que no haga la primera comuni¨®n. Decenas de mujeres de clase modesta, abandonadas por sus maridos y con hijos menores a su cargo, se encontraban que s¨®lo despu¨¦s de largu¨ªsimos procesos burocr¨¢ticos lograban el pasaporte para que un hijo, por ejemplo, pudiera hacer un viaje de fin de curso.A partir de esta reforma, la patria potestad -capacidad de decisi¨®n respecto a los hijos menores- ser¨¢ compartida por el padre y la madre. Como ahora son dos los responsables, es posible el desacuerdo, y la ley prev¨¦ que en este caso decida el juez, despu¨¦s de o¨ªr a ambos y al hijo ?si tuviera suficiente juicio?. Asimismo, se abre la posibilidad del ejercicio unilateral de la patria potestad: los actos que realice el padre o la madre tendr¨¢n validez ?si son conformes al uso social y a las circunstancias?. Es decir, el uso social de muestra que la madre suele estar m¨¢s en contacto con los maestros de sus hijos. Es l¨®gico que sean v¨¢lidas las decisiones que tome cotidianamente sobre su educaci¨®n.