Presentaci¨®n de Dire Straits en el progama de televisi¨®n "Aplauso"
Esta tarde actuar¨¢n en Aplauso, programa de TVE, Dire Straits, el gran fen¨®meno de los ¨²ltimos a?os. Sin que casi nadie se diera cuenta los Straits se han colocado al margen de la industria en lo m¨¢s alto, vendiendo millones de elep¨¦s, grabando con Dylan y, lo que es mucho m¨¢s importante, haciendo una gran m¨²sica.
Hace apenas dieciocho meses los Straits no hab¨ªan sido n¨²mero uno en Holanda, Alemania, Francia, B¨¦lgica y pa¨ªses escandinavos. Tampoco hab¨ªan sido el gran fracaso de la cr¨ªtica inglesa, ni hab¨ªan lanzado un ¨¢lbum que ser¨ªa disco de platino en EEUU sin que pr¨¢cticamente nadie lo apoyara. No hab¨ªan grabado con Dylan ni de su segundo elep¨¦, Comuniqu¨¦, se hab¨ªan vendido s¨®lo en Alemania y en un par de semanas m¨¢s de 300.000 copias.En realidad, Dire Straits no estaban bien preparados para el ¨¦xito. David Knopfler es un chico guapito que en el verano de 1977 trabajaba como asistente social en un barrio del sur de Londres. Alquil¨® un piso con su amigo John llsley, que le daba al bajo con tanta fruici¨®n como David a la guitarra. Una buena noche encontraron al hermano de David, Mark, tirado en el suelo, dormido y abrazado tiernamente a su guitarra Fender Stratocaster del a?o 1960 (una joya). Ante esta presencia y la extra?a forma de tocar de Mark, que utiliza los dedos en vez de la usual p¨²a, sus composiciones magn¨ªficas, aunque en apariencia demod¨¦s, y su manera salvaje de cantar, decidieron montar un grupete, para el cual llamaron como bater¨ªa a un tal Pick Withers, que llevaba muchos a?os participando en sesiones de grabaci¨®n.
Tras ensayar durante unos cuantos meses, los Dire Straits (un nombre que es una paradoja: (Terribles Apuros) grabaron una cinta que, seg¨²n la leyenda, dejaron entre las botellas de leche ma?anera que esperaban ser recogidas por Charlie Gillet, uno de los m¨¢s prestigiosos, serios y enterados cr¨ªticos ingleses. Gillett, a¨²n medio dormido, escuch¨® la cinta y vol¨® hacia la BBC para ser la madre y el padre de la nueva sensaci¨®n. R¨¢pidamente consigui¨® un contrato discogr¨¢fico para los apurados, la empresa (Fonogram) les procur¨® a su vez un manager con contactos en Am¨¦rica, y los Straits, tras un par de giras como teloneros, se encerraron en un estudio para grabar su primer elep¨¦.
En Holanda, no se sabe bien por qu¨¦, el disco se plant¨® en el n¨²mero 1. Los alemanes, celosos, les siguieron y poco despu¨¦s la afici¨®n francesa decid¨ªa no quedarse atr¨¢s.
En Am¨¦rica, Warner Bros tampoco ten¨ªa mucha confianza, pero una emisora importante (la WNEW, de Nueva York) comenz¨® a programar el disco sin que nadie se lo pidiera. Poco despu¨¦s ese disco era n¨²mero 4 y los Straits comenzaban su primera gira ?con todo el papel vendido!, y recalaron en el Roxy, de Los Angeles, donde Dylan se lanz¨® presuroso a por ellos, haci¨¦ndoles participar en su ¨²ltimo, y todav¨ªa in¨¦dito, ¨¢lbum.
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