Divergencias entre te¨®ricos y creativos sobre la cultura de las nacionalidades
El simposio de Burgos no ha aportado conclusiones globales
Las conclusiones a las que han llegado m¨¢s de doscientos te¨®ricos y protagonistas de la cultura de 41 pa¨ªses, en el reci¨¦n clausurado Simposio sobre Industrias de la Cultura y Modelos de Sociedad, celebrado en Burgos, no podr¨¢n ser presentadas como resoluciones a la Unesco y a los pa¨ªses miembros, por no haber llegado los participantes a unos acuerdos resolutivos, incluidas recomendaciones. Ha faltado, entre otras cosas, el consenso de te¨®ricos y creativos.
Mientras que los expertos soci¨®logos de la contra y anticultura, de la econom¨ªa y pol¨ªtica de la cultura, de las comunicaciones y la tecnolog¨ªa, en una palabra, de la industria cultural llegaban a conclusiones, de alg¨²n modo coherentes, sobre las caracter¨ªsticas que rodean a la creaci¨®n, producci¨®n, distribuci¨®n y consumo de los productos culturales, un buen n¨²mero de creativos propon¨ªan -y triunfaba su proposici¨®n- el siguiente enunciado: ?Concluimos que es propio de todo artista no dar nada por concluido.?Tampoco fue f¨¢cil adoptar esta conclusi¨®n en la sesi¨®n final, tras seis horas -de discusi¨®n que desbordaba todos los horarios previstos de clausura. Los mismos integrantes del grupo m¨¢s conflictivo -el de creaci¨®n y creatividad- no lograban ponerse de acuerdo en la definici¨®n de la cultura y del arte, y, por consiguiente, en la reivindicaci¨®n de los mismos, o bien para la Iibertad de creaci¨®n del artista, o bien para el servicio de una comunidad pol¨ªtica y social concreta. Cultura y nacionalidades eran, en esta ocasi¨®n, el tema de discordia.
A partir de textos etnol¨®gicos y pol¨ªticos cl¨¢sicos, autores de los bloques nacionalistas catalanes, occitanos, vascos, escoceses, canarios, puertorrique?os y hasta castellanos, reivindicaban una cultura aut¨®noma y al servicio de las autonom¨ªas de las nacionalidades. El destacado ling¨¹ista occitano Robert Lafont, defender¨ªa las culturas aut¨®nomas frente a la cultura de masas que se caracteriza por utilizar estereotipos, lo que produce un empobrecimiento del sentido. El grupo canario, por medio del profesor de la Universidad de La Laguna Pedro Hern¨¢ndez, defender¨ªa una serie de caracteres diferenciadores del pueblo y de la cultura canaria ?pero al mismo tiempo que estos elementos son diferenciadores de la realidad canaria, son eclipsantes para lograr la identidad del pueblo?. El soci¨®logo Alfonso P¨¦rez Agote, de la Universidad de Bilbao, estudi¨® en su ponencia Privatizaci¨®n de la vida y conciencia nacional el proceso de consolidaci¨®n y legitimaci¨®n de la cultura vasca. El escritor vasco Mart¨ªn Ugalde dir¨ªa, refiri¨¦ndose a la ?cultura centralista?: ?Nos condenan a ser un pueblo mudo.? En parecidos t¨¦rminos se pronunciaron otros sectores de la cultura catalana (Cirici Pellicer, Francesc Vicens).
La reacci¨®n vino por parte de un grupo de congresistas -creativos casi todos ellos-quienes ?encendidos por el tono pseudocient¨ªfico y la demagogia sentimental demostrada por la mayor parte de expositores sobre la cultura de las nacionalidades ?, explicar¨ªa un representante de esta tendencia a EL PAIS, ?decidieron crear una ponencia-parodia (Consejo de paz en Burgos), en contestaci¨®n a las pretensiones nacionalistas de institucionalizar la cultura?. Este mismo grupo (Federico Jim¨¦nez Losantos, Mario Hern¨¢ndez, Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n, Armas Marcelo, Jos¨¦ Esteban, Eusebio Sempere, Mart¨ªn Patino, y hasta veinticinco nombres) apoy¨® ese final: ?concluimos que es propio de todo artista no dar nada por concluido?. Otros escritores participantes, como Gonzalo Torrente Ballester o Alfonso Grosso, decidieron mantenerse al margen.
Menos dificultades en ponerse de acuerdo a la hora de proponer conclusiones sobre temas de contracultura, dominio cultural trasnacional, control y manipulaci¨®n de la industria cultural, las tuvieron especialistas extranjeros, como Alfred Willener, Armand y Michele Mattelart, Herbert Schiller, Antonio Pascuali o Dieter Prokop, entre los m¨¢s de cien extranjeros participantes. Estas propuestas parciales (v¨¦ase EL PAIS, 8 de julio) ser¨¢n las ¨²nicas que con alguna coherencia llegar¨¢n a la direcci¨®n de la Unesco.
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