La primera mujer que dio la vuelta al mundo en un velero
Naom¨ª James no tiene precisamente aspecto de lobo de mar, pese a ser la primera mujer que ha dado la vuelta al mundo navegando a vela y en solitario, haza?a que le vali¨® el t¨ªtulo de dama capitana del Imperio Brit¨¢nico. Es una joven de veintinueve a?os, cabello trigue?o y un rostro atractivo que expresa la serenidad y sosiego t¨ªpicos de los amantes de la soledad. Naom¨ª James estuvo en Madrid para presentar el libro Sola en el mar, donde relata las experiencias de su viaje, traducido a diez idiomas y editado en Espa?a por Argos Vergara. Sobre sus intervenciones en el acto de presentaci¨®n escribe Bel Carrasco.?Emprend¨ª este viaje, primero, porque me gusta estar sola, y tambi¨¦n porque quer¨ªa ponerme a prueba en una situaci¨®n dif¨ªcil y ver si era capaz de resolverla?, cuenta Naom¨ª James. ?Aunque varias veces viv¨ª momentos angustiosos, sobre todo cuando me encontraba a doscientas millas del cabo de Hornos, en medio de una tormenta, con olas de nueve metros, en la que tem¨ª zozobrar, nunca pens¨¦ en abandonar la aventura. Ahora s¨¦ que volver¨ªa a hacer la traves¨ªa si sintiera de nuevo necesidad de ello.?
Naom¨ª James naci¨® y se educ¨® en una granja de Nueva Zelanda hasta que al cumplir los veinti¨²n a?os empez¨® a recorrer Europa viajando, en ocasiones en bicicleta. En el puerto franc¨¦s de St. Malo conoci¨® a Rob, su actual marido, profesional de la navegaci¨®n, en cuyo barco Naorn¨ª trabaj¨® alg¨²n tiempo como cocinera.
?Cuando le dije a mi marido que ten¨ªa el proyecto de dar la vuelta al mundo en un barco de vela, primero no reaccion¨®. Tuve que insistir en el tema varias veces y por fin me pregunt¨® c¨®mo pensaba hacerlo, si no ten¨ªamos ni dinero ni la embarcaci¨®n adecuada. Yo le contest¨¦ que ese era mi problema.?
?Durante quince meses busqu¨¦ la forma de financiar el viaje, pero todos me dec¨ªan que estaba loca. Cuando ya empezaba a desesperar, en una fiesta con un grupo de ami gos, todos bastante borrachos despu¨¦s de beber un c¨®ctel que llamaban serpiente amarilla, uno de ellos me ofreci¨® un velero y otro el dinero necesario para ponerlo en condiciones de navegar. Despu¨¦s recib¨ª del Daily Express un cr¨¦dito y un seguro. ?
El 9 de septiembre de 1977, a bordo del Crusader Express, Naorn¨ª zarpa de Darmouth con su gato Boris como ¨²nica compa?¨ªa. Hace escala en Gran Canaria, donde le entregan unas piezas de repuesto; pasa frente a las islas de cabo Verde y el 16 de octubre cruza el ecuador con la radio estropeada. Despu¨¦s de atravesar una gran tempestad, llega a Ciudad del Cabo, y all¨ª le reparan la radio y el piloto autom¨¢tico. Celebra las Navidades con vino y una comida especial y consigue hablar con su marido. Ya en marzo pasa el temible cabo de Hornos, prueba de fuego de todos los marinos, tras haber sufrido una furiosa tormenta en la que temi¨® perder la vida. Fondea en las islas Malvinas; luego, en las Azores, y el 8 de junio pone punto final a su viaje de 30.000 millas, que ha durado nueve meses, una nueva marca mundial por la que mereci¨® el nombramiento de dama capitana de la Orden del Imperio Brit¨¢nico.
?Para mucha gente lo que he hecho es s¨®lo un viaje alrededor del mundo. Pero para m¨ª es algo m¨¢s: una forma de vida, una experiencia maravillosa de la que ahora ¨²nicamente recuerdo horas y d¨ªas de nada?, comenta Naom¨ª. ?Cada d¨ªa, durante media hora, escrib¨ªa lo que hab¨ªa pasado, el estado de ¨¢nimo en el que me encontraba, y cuando llegu¨¦ a casa descrubr¨ª que ten¨ªa un diario de 100.000 palabras. Varios editores me pidieron que hiciera con ¨¦l un libro, y dediqu¨¦ unas ocho semanas a escribirlo.?
Algunos grupos feministas se han acercado a Naoral James para hacer de su aventura bandera de su movimiento, pero ella siempre afirma que hizo el viaje por razones muy personales y que considera que es algo que puede hacer una mujer igual que un hombre, algo que no se emprende por ser hombre o mujer, sino como ser humano,
Desde su regreso, Naom¨ª James se dedica a la promoci¨®n de su libro y tambi¨¦n ha dado algunas conferencias, aunque confiesa que est¨¢ ya algo cansada de este tipo de vida, porque ?no, me gusta mucho la gente ni la vida social?. Pero dentro de poco recuperar¨¢ su soledad en Irlanda, donde piensa construir una casa ?rodeada de un muro de varios metros de altura?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.