Sobre el Jard¨ªn Bot¨¢nico

Sobre lo escrito por el se?or Bellot en EL PAIS, el d¨ªa 4 de julio, desear¨ªa hacer algunas puntualizaciones:Lamento que una mala interpretaci¨®n de mis palabras, cuando habl¨¦ en el acto p¨²blico celebrado en el Jard¨ªn Bot¨¢nico el pa-

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sado 1 de junio, con motivo del D¨ªa Mundial del Medio Ambiente, haya servido de excusa al se?or Bellot, que no estuvo presente, para verter una informaci¨®n tendenciosa que me obliga a contestar por el mismo procedimiento, al amparo del derecho de r¨¦plica.

El se?or Bellot falta a la verdad cuando afirma categ¨®ricamente que el 3 de octubre de 1974, durante la primera reuni¨®n de la Junta Rectora del Jard¨ªn Bot¨¢nico, ¨¦l se opuso a que el museo nacional Francisco de Goya se estableciese en el antiguo pabell¨®n Villanueva. Aunque yo no estuve presente, por no ser miembro entonces de la junta, por fortuna, existen las actas de tal reuni¨®n que atestiguan su falacia. La reuni¨®n estuvo presidida por el ministro de Educaci¨®n y Ciencia, se?or Mart¨ªnez Esteruelas, y asistieron los se?ores P¨¦rez Villanueva, Carpena, Xavier de Salas, Balcells, P¨¦rez S¨¢nchez y R. Boeta, todos ellos miembros de derecho, por sus cargos respectivos, de la Junta Rectora del Jard¨ªn Bot¨¢nico, creada por decreto 2659/1974, de 6 de agosto, publicada en el BOE de 20 de septiembre de 1974.

El se?or Bellot deforma la verdad cuando dice que al d¨ªa siguiente de la junta present¨® voluntariamente su dimisi¨®n. Tal dimisi¨®n, que le fue ?solicitada? por las autoridades del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas algunas semanas m¨¢s tarde, parece haber contrariado de tal manera al se?or Bellot que, desde entonces, no ha dejado de mostrarse p¨²blicamente agresivo.

De la brillante gesti¨®n del se?or Bellot al frente del Jard¨ªn Bot¨¢nico podemos destacar algunos hechos. Tres prestigiosos investigadores que all¨ª trabajaban, a causa de diversas extorsiones del se?or Bellot, se vieron obligados a trasladarse o a pedir la jubilaci¨®n adelantada, de tal modo que al hacerme cargo, en diciembre de 1974, de la direcci¨®n cient¨ªfica y administrativa del Jard¨ªn Bot¨¢nico, s¨®lo quedaba en plantilla un colaborador cient¨ªfico que era disc¨ªpulo suyo. Much¨ªsimos libros de la Biblioteca del Jard¨ªn Bot¨¢nico (Instituto A. J. Cavanilles, del CSIC) fueron llevados a la C¨¢tedra de Bot¨¢nica de la facultad de Biolog¨ªa, de la que ¨¦l es titular. Durante su largo per¨ªodo al frente del Jard¨ªn, por falta de cuidados, sucumbieron algunos millares de plantas, etc¨¦tera.

Por tal estado de ruina y abandono cient¨ªfico del Departamento Jard¨ªn Bot¨¢nico (Instituto A. J. Cavanilles, del CSIC) acept¨¦ desde mi otra equiparable situaci¨®n de director del Departamento de Geobot¨¢nica, del mismo Instituto, el nombramiento que se me propuso. Tambi¨¦n en 1976 tom¨¦ la responsabilidad del Instituto tras la jubilaci¨®n reglamentaria de su director. De ambos cargos dimit¨ª en mayo de 1978, hace, por tanto, m¨¢s de un a?o, para facilitar el proceso de democratizaci¨®n en curso del CSIC.

Por ¨²ltimo, no quiero omitir un comentario a la malintencionada alusi¨®n que hace el se?or Bellot de los bot¨¢nicos de mi familia. En su relaci¨®n s¨®lo ha olvidado a uno, mi abuelo, fallecido en 1930, que tambi¨¦n fue catedr¨¢tico de Bot¨¢nica de la Universidad Espa?ola. Como r¨¦plica, deseo manifestar con ¨¦nfasis que me honro mucho de continuar la tradici¨®n naturalista de mis mayores y, sobre todo, que me enorgullece extraordinariamente que los que est¨¢n ahora ligados a mi persona por lazos familiares hayan ganado su puesto de trabajo tras limpia y brillante oposici¨®n, as¨ª como que posean un s¨®lido prestigio cient¨ªfico.