Dionisio Blanco
Parece lejan¨ªsimo -y hace s¨®lo siete a?os- el conflicto en medio del cual terminaron los Encuentros de Pamplona, provocado s¨®lo en parte por un cuadro de Dionisio Blanco que hac¨ªa referencia al juicio de Burgos. Entre apasionadas discusiones en el grupo de artistas vascos participantes, la perplejidad de intichos artistas internacionales poco acostumbrados a este tipo de politizaci¨®n de muestras y ferias de arte del mundo occidental y el despiste de los que pulul¨¢bamos sin m¨¢s por los Encuentros, las c¨²pulas se desinflaron una noche provocando en la mayor¨ªa,esa especie de desencanto que experimenta el ni?o al que le arrebatan un juguete.El r¨¦gimen, desde luego, soportaba mal cualquier alusi¨®n pl¨¢stica poco edificante del anciano general. Los Encuentros, por otra parte, en un pa¨ªs particularmente conflictivo, se utilizaron como plataforma de protesta pol¨ªtica. S¨®lo en parte, casi como an¨¦cdota, pudo una obra de Dionisio Blanco ser el detonante en Pamplona; pues, en l¨ªneas generales, algo constante en su pintura es una especie de progresiva serenidad que va adquiriendo.
Galer¨ªa Gaztelu
Zar¨¢uz
Artista de escasisima producci¨®n, debido en gran parte a la t¨¦cnica minuciosa que utiliza a base de innumerables veladuras sobre soporte de papel, ha reunido en su actual exposici¨®n obras de aproximadamente una d¨¦cada. Ello hace posible observar una evoluci¨®n en el sentido de que va eliminando de su pintura no s¨®lo toda posible an¨¦cdota, sino tambi¨¦n elementos formales. Las nacaradas superficies blanquecinas son ahora, en cuanto planos sin otras referencias espaciales, m¨¢ximos protagonistas de sus cuadros.
Babelia
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