Un tebeo sin pretensiones
Buck Rogers se dir¨ªa rodada con los restos del decorado y vestuario de Stars Wars (La guerra de las galaxias) y, entre todas las imitaciones de ¨¦sta, en su mayor¨ªa deleznables, resulta la m¨¢s simp¨¢tica. Basada en un comic americano de los a?os treinta, Buck Rogers carece del aliento ¨¦pico que pose¨ªa el exitoso filme de Lucas y no pretende ser nada m¨¢s que un tebeo, con su desparpajo y sus limitaciones.Buck Rogers, aparte su lado de guerra gal¨¢ctica, hace pensar en El dormil¨®n, pues, como en aqu¨¦lla, el protagonista permanece congelado durante un cierto tiempo -aqu¨ª cinco siglos- y cuando despierta y vuelve a su Chicago, resulta que se lo han cambiado, lo que era de esperar. En sus espaciales aventuras, Buck Rogers se encuentra entre dos mujeres, la chica buena, rubia y as¨¦ptica, coronel de las fuerzas a¨¦reas terr¨ªcolas, y la princesa Ardala, una mala de las que ya no quedan, con pinta de cabaretera y atuendo estilo Las mil y una noches vistas por Hollywood y obsesionada por la competencia de sus veintisiete hermanas princesas. La escena de Buck Rogers ense?ando a bailar el rock a los estupefactos habitantes del siglo XXV resulta de una audacia tal, que acaba por ser simp¨¢tica, a la vez que remite a Un yanqui en la corte del rey Arturo.
Buck Rogers, el aventurero del espacio (Buck Rogers)
Director: Daniel Haller. Gui¨®n: Glenn A. Larson y Leslie Stevens. Fotograf¨ªa: Frank Beascoechea. M¨²sica: Stu Phillips. Int¨¦rpretes: Gil Gerard, Pamela Hensley, Erin Gray, Tim O'Connor y Henry Silva. Norteamericana, 1978. Locales de estreno: Carlos III y Princesa.
Sin ninguna idea original, pero tomando elementos de la m¨¢s diversa procedencia, Daniel Haller (director) y Glenn A. Larson (productor y guionista) han logrado un curioso producto de serie B, divertido a ratos, algo menos trepidante de lo que deb¨ªa ser y quiz¨¢s excesivamente limitado para un p¨²blico infantil, pero siempre preferible a las japonesadas del g¨¦nero y con cierto regusto a cine viejo, que proporciona a la pel¨ªcula su principal encanto.
Babelia
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