Educaci¨®n pol¨ªtica y racionalidad pedag¨®gica
Miembros de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa
El real decreto 2.665/77, de 15 de octubre, que suspendi¨® temporalmente las ense?anzas de formaci¨®n pol¨ªtica, social y econ¨®mica en los centros de bachillerato y las de formaci¨®n c¨ªvico-social y pol¨ªtica en los centros de formaci¨®n profesional, as¨ª como el Seminario de Educaci¨®n C¨ªvica del COU, se remit¨ªa a una futura ley que regular¨ªa los estudios relativos al ?conocimiento de la Constituci¨®n y las bases de la convivencia democr¨¢tica?.Tras una dilatada espera, se han venido a suprimir ahora por ley las citadas asignaturas, estableci¨¦ndose ?entre las ense?anzas comunes en los planes de estudio de bachillerato y de formaci¨®n profesional de primer grado el conocimiento del ordenamiento constitucional y su desarrollo estatutario en las nacionalidades y regiones que tengan aprobado estatuto de autonom¨ªa?. Estas ense?anzas -seg¨²n establece la citada ley- ser¨¢n impartidas en el ¨¢rea social y antropol¨®gica del bachillerato y en el ¨¢rea formativa com¨²n de formaci¨®n profesional. Sin embargo, a juzgar por las declaraciones del se?or ministro, no se convertir¨¢n en asignatura independiente, quedando reducidas a una hora semanal en tercero de BUP, que ser¨¢ impartida por el profesorado de otras materias.
Las declaraciones realizadas con este motivo por el ministro de Educaci¨®n, se?or Otero Novas, y el director general de Ense?anzas Medias, se?or V¨¢zquez, recogidas por los diarios de Madrid (EL PAIS, Informaciones, Ya, Abc, etc¨¦tera) del pasado 28 de julio, si han sido transcritas con fidelidad, necesitan puntualizarse debidamente.
Seg¨²n el se?or ministro, ?si la ense?anza de la Constituci¨®n se implantara como asignatura, Espa?a se encontrar¨ªa al mismo nivel que los pa¨ªses totalitarios del este de Europa, Grecia, y la etapa franquista?. Deber¨ªa saber que no es as¨ª. En los pa¨ªses latino-occidentales existe la asignatura de ?educaci¨®n c¨ªvica ? explicitada como tal, si bien cada pa¨ªs presenta peculiaridades propias. En Francia, en los cursos tercero y cuarto de la ense?anza secundaria esta disciplina tiene un tratamiento espec¨ªfico con programas independientes. En la Rep¨²blica Federal de Alemania y en Inglaterra tambi¨¦n tienen tratamiento aut¨®nomo. En Estados Unidos existe la asignatura bajo el nombre de ?American goverment?. ?Son estos acaso los pa¨ªses totalitarios a que se refiere el se?or Otero Novas?
Tampoco deber¨ªan ignorarse opiniones como la de la Unesco, que en su informe Aprender a ser, de 1972, refiri¨¦ndose al papel de la educaci¨®n pol¨ªtica, precisaba lo siguiente: ?... la pol¨ªtica no ocupa en la educaci¨®n el lugar que le corresponde, ni la democracia, la importancia que deber¨ªa tener en la educaci¨®n pol¨ªtica... Pretender cerrar las puertas de la escuela a la pol¨ªtica es contradecirse, puesto que significa rechazar en la pr¨¢ctica lo que generalmente se est¨¢ dispuesto a admitir de palabra, que la escuela es un elemento constitutivo de la polis de la ciudad y que debe mantener con ella los lazos m¨¢s estrechos posibles. ?
Al Ministerio de Educaci¨®n y a todos los grupos parlamentarios se les hizo llegar un dossier que demostraba claramente c¨®mo no son los Estados totalitarios los ¨²nicos que poseen una asignatura relativa al ordenamiento constitucional en sus planes de ense?anza media. Lo menos que podemos pensar por las declaraciones de las actuales autoridades del Ministerio es que poseen, a pesar de nuestros esfuerzos, un grado preocupante de desinformaci¨®n respecto al tema.
El enfoque totalitario de las extinguidas asignaturas de formaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y social, salvo valiosas excepciones, se deb¨ªa, fundamentalmente, al margen de los programas, a que el profesorado que las impart¨ªa, en su mayor¨ªa sin ninguna titulaci¨®n universitaria, proced¨ªa de las ?escuelas de mandos? Jos¨¦ Antonio e Isabel la Cat¨®lica. Que nosotros sepamos, ahora nadie ha planteado que la asignatura sea impartida exclusivamente por militantes de UCD, Coalici¨®n Democr¨¢tica, PSOE o PCE, sino que lo sea por licenciados y doctores, y espec¨ªficamente por aquellos cuya preparaci¨®n acad¨¦mica resulte m¨¢s adecuada (licenciados en ciencias pol¨ªticas y sociolog¨ªa, en derecho, etc¨¦tera), cuya profesionalidad, de la que forma parte inseparable la objetividad en la educaci¨®n, parece ponerse en duda.
Supresi¨®n de asignaturas
La segunda raz¨®n aducida contra la existencia de la citada asignatura es que supondr¨ªa para el presente a?o unos gastos de mil millones de pesetas, cantidad con la que, seg¨²n el se?or ministro, ?se podr¨ªan construir treinta o cuarenta centros de bachillerato?. Si se contin¨²a utilizando esta asombrosa t¨¦cnica de supresi¨®n de asignaturas, estamos seguros que se podr¨¢ atender en breve plazo todos los problemas de escolarizaci¨®n del pa¨ªs. Afortunadamente, hemos visto que no se ha seguido el mismo criterio con la asignatura de religi¨®n.
Se olvida, por otra parte, que en los Presupuestos Generales del Estado para 1979 estaba prevista la remuneraci¨®n de los profesores de la nueva asignatura, ya que existe una partida asignada al Ministerio de Educaci¨®n (n¨²mero de aplicaci¨®n econ¨®mica, 17 4y clave funciona1,334) para ?pago de retribuciones al profesorado que imparte las ense?anzas a que se refiere el art¨ªculo. 136.3 de la LGE...? por la cuant¨ªa de 1. 3 11. 100.000 y otra de 419.552.000 (clave de aplicaci¨®n funcional, 133) ?para el pago de las cuotas de Seguridad Social? del mismo profesorado. Estas mismas partidas existieron tambi¨¦n en los Presupuestos de 1978 por unas cuant¨ªas de 1. 191.909.000 pesetas y 344.126.000 pesetas, respectivamente (numeraciones econ¨®micas., 171 y 181).
1 En un verdadero derroche de argumentos, el se?or ministro y el .se?or director general de Ense?anzas Medias afirmaban en la citada rueda de prensa que eran intereses corporativos (los de los licenciados en ciencias pol¨ªticas y sociolog¨ªa, se entiende) los que estaban detr¨¢s de la defensa de la asignatura.
Puesto que la existencia de colegios profesionales est¨¢ recogida en nuestra Constituci¨®n (art¨ªculo 36), no cre¨ªmos que nadie se asombrara ni se ofendiera porque el Colegio a que pertenecemos trasladara a los representantes de la naci¨®n las preocupaciones y planteamientos de los profesionales de las ciencias pol¨ªticas, de las ciencias sociales, m¨¢xime cuando no se pretend¨ªa otra cosa que apoyar, y acaso enmendar en alg¨²n punto un proyecto de ley enviado a las Cortes por el equipo ministerial del anterior titular del departamento de Educaci¨®n, se?or Cavero, ratificado posteriormente por el nuevo ministro, se?or Otero Novas. Mucho nos alegrar¨ªa, sinceramente, que todos los intereses que se hicieran valer en las C¨¢maras parlamentarias fueran tan leg¨ªtimos como los que defiende nuestro modesto Colegio profesional.
Desde luego, numerosos licenciados en ciencias pol¨ªticas y sociolog¨ªa en paro esperaban como una salida profesional; sin ning¨²n af¨¢n de exclusividad, la creaci¨®n de esta asignatura. La existencia de intereses profesionales no estorba, sin embargo, la de profundos y evidentes intereses educativos y culturales al mismo tiempo, en la necesidad de acercar las ciencias sociales al bachillerato.
Defectos del bachillerato
La propuesta de nuestro Colegio respond¨ªa precisamente a que uno de los defectos m¨¢s visibles del actual bachillerato y formaci¨®n profesional lo constituye la ausencia casi total en sus programas de las ciencias sociales, que acerquen al alumno al conocimiento b¨¢sico de la sociedad en que vive, favoreciendo la adquisici¨®n de conocimientos, actitudes y comportamientos que desarrollen su capacidad de convivencia, fomenten la integraci¨®n del individuo en la sociedad y la incorporaci¨®n de las nuevas generaciones a las tareas colectivas para perfeccionar las propias estructuras democr¨¢ticas. No olvidemos que el estudiante de BUP y FP ser¨¢ poco tiempo despu¨¦s un ciudadano con plenitud de derechos y deberes, entre ellos el del voto.
Por ello plante¨¢bamos la necesidad de incluir dos asignaturas que sustituyeran a las que se suprimieron, ocupando las horas lectivas dejadas vacantes por ¨¦stas: una asignatura de introducci¨®n a las ciencias pol¨ªticas y sociales y otra de sistemas pol¨ªticos y ordenamiento constitucional en segundo y tercero de BU P, respectivamente, y en primero y segundo de formaci¨®n profesional, as¨ª como un seminario optativo en COU. Esta propuesta se hallaba respaldada por la totalidad de profesores numerarios de la facultad de Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa, entre ellos los se?ores Gonz¨¢lez Seara, Del Campo Urbano, Diez del Corral, Diez Nicol¨¢s, Maravall, Casesnoves, Medina Ortega, Truyol y Serra, e incluso el se?or Fraga Iribarne, aunque posteriormente, a cambio de que se recogieran los derechos del antiguo profesorado de estas asignaturas, haya olvidado lo que en su d¨ªa apoy¨® con su firma.
Con la esperanza de que efectivamente la racionalidad acabe imponi¨¦ndose, concluimos recordando al ministro de Educaci¨®n aquellas palabras que dirigiera el conde de Cabarr¨²s, uno de los m¨¢s destacados representantes de la Ilustraci¨®n liberal en Espa?a, al pr¨ªncipe de la Paz, en 1795:
??Quiere usted que el pacto social se fortifique y arraigue en los corazones y que todos ellos conspiren a la observancia de las leyes y se indignen de su quebrantamiento? Expl¨ªquese su origen y los beneficios que nos produce... Haya, pues, en cada lugar una o m¨¢s escuelas, seg¨²n su poblaci¨®n, destinadas a ense?ar a los ni?os a leer, escribir, contar los primeros elementos de la geometr¨ªa pr¨¢ctica y un catecismo pol¨ªtico en que se comprendan los elementos de la sociedad en que viven y los beneficios que reciben de ella, la Constituci¨®n del Estado, los derechos y obligaciones del ciudadano, la definici¨®n de las leyes y la utilidad de su observancia.?
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