El aeropuerto de Barajas, uno de los m¨¢s vulnerables del mundo
Empecemos diciendo una cosa en favor de la Subsecretar¨ªa de Aviaci¨®n Civil: con las actuales medidas de seguridad, reforzadas tras el citado ?domingo negro? de julio, es pr¨¢cticamente imposible que un pasajero normal pueda introducir un arma o alg¨²n explosivo en un avi¨®n, si accede al mismo por la v¨ªa normal, esto es, a trav¨¦s de las puertas de acceso a las pistas. Todos los pasajeros deben de pasar lo que por los altavoces del aeropuerto se denomina ?medidas de seguridad?. Estas consisten en una puerta met¨¢lica, para los pasajeros, y una c¨¢mara de rayos X para los equipajes y bultos de mano. Los dos sistemas cuentan con detectores de metales y explosivos.Con todo, lo que al aeropuerto madrile?o le convierte en vulnerable son peque?os-grandes- fallos humanos, que vienen dados por la dejadez y los fallos, valga la redundancia, de las personas encargadas de la vigilancia y el control de las instalaciones. Dentro de las mismas, el aeropuerto de vuelos nacionales (hasta hace dos a?os, tambi¨¦n absorb¨ªa la totalidad del tr¨¢fico internacional) es, por su complicada estructura, a¨²n m¨¢s vulnerable que la terminal de vuelos internacionales, de reciente y mucho m¨¢s racional construcci¨®n.
En esta ¨²ltima terminal, las medidas de seguridad cuentan con seis detectores de metales y c¨¢maras de rayos X para las diecisiete puertas de acceso a las pistas para pasajeros. En la terminal de vuelos nacionales solamente existen dos detectores para las siete puertas, de los cuales uno es de reciente instalaci¨®n.
Fij¨¦monos en la terminal de salidas nacionales. El primer filtro de vigilancia no funciona. Est¨¢ situado en el vest¨ªbulo de acceso a las puertas de salida de vuelos, donde hay una especie de barrera con dos indicaciones, p¨²blico y pasajeros; los dos se encuentran vac¨ªos; esto es, los funcionarios de la administraci¨®n del aeropuerto no est¨¢n nunca en esos puestos, a pesar de que siguen siendo pagados por los contribuyentes.
"Paseo" hasta el control general de vuelos
Pero vayamos al tema. Sit¨²ense quienes conozcan el aeropuerto en la salida de vuelos nacionales, donde est¨¢n las puertas n¨²meros uno y dos, frente a la escalera de acceso a la sala de espera y bajo los tableros indicadores de los vuelos. Debajo de ¨¦stos hay una puerta que permanece constantemente abierta (la cerradura est¨¢ rota), Por ah¨ª entra y sale constantemente el personal del aeropuerto, cuya ¨²nica identificaci¨®n es un cipol¨ªn o tarjeta que se cuelga de la solapa. Esta puerta da acceso a un pasillo con diferentes dependencias. Entre ellas, una, a la derecha, que da entrada al centro de comunicaciones y emisoras que est¨¢n en contacto permanente con los aviones. Nadie impide la excursi¨®n.
Inmediatamente despu¨¦s hay otra sala donde est¨¢ la oficina meteorol¨®gica y el despacho del jefe de operaciones de guardia, al que se conoce como jefe de d¨ªa. Se le puede saludar incluso. Finalmente existe una sala donde est¨¢ el cuartel general de control de vuelos, centro neur¨¢lgico desde el que se coordina todo lo relacionado con las operaciones de vuelo de Iberia. Todas estas instalaciones pertenecen a Iberia y son imprescindibles para el funcionamiento de sus aviones.
Al final del pasillo se llega a un amplio vest¨ªbulo donde hay unas ventanillas pertenecientes a la administraci¨®n del aeropuerto. All¨ª se despachan asuntos relacionados con aeronaves. Hay tambi¨¦n unas oficinas de Aviaco y una cantina y comedor de personal. Como hasta la sala de espera puede entrar cualquier persona, vaya a tomar alg¨²n vuelo o no, el excursionista puede hacer este trayecto con muy pocos impedimentos. Solamente puede verse a un n¨²mero de la Guardia Civil en el vest¨ªbulo de las oficinas de la administraci¨®n, que no presta excesiva atenci¨®n a las tarjetas de identificaci¨®n. Tampoco a los que no las llevan.
Desde las ventanillas antes citadas se puede llegar a los pisos altos de la administraci¨®n del edificio gracias a unos ascensores sobre los que el control es m¨ªnimo. Son los mismos ascensores a los que se puede acceder desde el puesto de peri¨®dicos que existe en el vest¨ªbulo de entrada de las salidas de vuelos nacionales. En el bar de personal se han visto con frecuencia yanquis con sus uniformes militares, aunque a este bar s¨®lo puedan tener acceso los empleados.
A las oficinas de la administraci¨®n del aeropuerto se puede llegar tambi¨¦n por medio de una puerta existente en la planta baja del edificio y que est¨¢ justo al lado de la puerta de autoridades, exactamente enfrente de las oficinas de Correos del aeropuerto y junto al aparcamiento de las tripulaciones. A trav¨¦s de dicha entrada, subiendo una escalera, se accede a los lugares antes descritos. Por la parte baja de esta escalera se pasa directamente a las pistas, a trav¨¦s de una habitaci¨®n peque?a, donde con frecuencia se encuentran equipajes de las tripulaciones. Una vez en las pistas, justo es decirlo, es relativamente dificil llegar a los aviones aparcados. Pero s¨®lo relativamente. Se puede hacer una prueba: vestirse con un pantal¨®n azul marino y una camiseta azul clara y andar tranquilamente por la pista. A los aviones aparcados a mayor distancia del edificio terminal del aeropuerto es dif¨ªcil llegar, aunque no imposible.
Desde la carretera nacional II
Hasta aqu¨ª, la manera de llegar a las instalaciones y a las pistas. Realmente, como queda dicho, el itinerario propuesto es dif¨ªcil de hacer, aunque posible. Llegar a las pistas puede ser f¨¢cil en ocasiones, a pesar de la vigilancia de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa Nacional, en las terminales nacional e internacional, respectivamente (quedan a la vista pocos funcionarios de seguridad de la propia administraci¨®n del aeropuerto). Pero hay una ruta desconocida para muchos gracias a la cual es posible llegar directamente a los aviones sin pasar por las terminales. No sin dificultad, ciertamente. Tiene Iberia unas instalaciones denominadas zona industrial n¨²mero 2, a las que se conoce en el argot de los trabajadores de la compa?¨ªa como La Mu?oza. Esta zona est¨¢ situada al final de la carretera que empiezajunto al restaurante Las Moreras, en el puente de San Fernando de Henares, y que sale de la nacional II. Por esta carretera se puede llegar hasta las cabeceras de pista, en las que los aviones esperan alg¨²n tiempo, con los motores en marcha, la orden definitiva de despegue.
Hay que decir que, a la entrada de estas instalaciones, hay un control en el que se identifican los veh¨ªculos que acceden a ella. Pero el control no es del todo seguro por lo siguiente: la identificaci¨®n no es personal, sino que solamente es necesario llevar en un sitio visible del veh¨ªculo una tarjeta que Iberia expide a su personal y que puede conseguirse o ¨ªmitarse con cierta facilidad. Tambi¨¦n se puede llegar escondido o camuflado dentro de uno de los autobuses de personal que llega a la zona. Dado el alto n¨²mero,de empleados de Iberia es relativamente normal que los empleados sean trasladados de las oficinas centrales, situadas en la calle de Vel¨¢zquez, a las del aeropuerto o a su zona industrial. Loa empleados no se conocen entre s¨ª. Iberia tiene un gran n¨²mero de autobuses para el traslado de sus empleados. Para hacer uso de estos autobuses, la compa?¨ªa a¨¦rea expide una taijeta de identificaci¨®n, donde se se?ala la l¨ªnea que corresponde a cada empleado. Esta tarjeta es nominal, pero no lleva fotograf¨ªa. El empleado coge el autob¨²s en paradas acordadas, sin se?alizar, pero que son conocidas por muchos madrile?os. El autob¨²s llega hasta el aparcamiento de la zona industrial y, si no se es empleado de Iberia, uno se puede sentir libre en una zona vigilada.
Desde all¨ª, hasta la cabecera de pista, se puede llegar andando. Hay incluso unos ¨¢rboles que pueden facilitar el camuflaje, y m¨¢s en los d¨ªas oscuros y grises del invierno o en horas nocturnas.
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