Una escuela ambulante, alegre y feliz
Durante once d¨ªas consecutivos, una escuela ambulante recorri¨® los barrios gijoneses: los maestros se bajaban de las tarimas y se convert¨ªan en amigos de los ni?os; el aprendizaje no respond¨ªa a una ense?anza represiva, ni resultaba una tarea penosa. Todos hab¨ªan convenido en convertir la experiencia en una escuela de la alegr¨ªa. Desde Asturias, informa nuestro corresponsal Jos¨¦ Manuel Vaquero.
Victoria Fern¨¢ndez y Francisco Abril, dos maestros de Gij¨®n, ayudados por un grupo de veinte personas, llevaron a los barrios esta fiesta de la imaginaci¨®n en la que participaron unos 4.500 ni?os. La organizaci¨®n corri¨® a cargo del servicio de Animaci¨®n Cultural del Ayuntamiento de Gij¨®n, de mayor¨ªa de izquierda. La escuela ambulante tiene una estructura octogonal, en cuyo interior se encuentra instalada una biblioteca de libre acceso. En el exterior funcionan ocho talleres de creaci¨®n en los que los, ni?os participan libremente durante el tiempo que quieren.Los ni?os de La Calzada, Pumar¨ªn o Roces recib¨ªan al equipo educativo con prevenci¨®n. Les dec¨ªan a sus padres que ya est¨¢ bien de clases y que las vacaciones no son para estudiar. La curiosidad infantil acab¨® siempre venciendo sus resistencias: despu¨¦s de algunos t¨ªmidos merodeos, comenzaba una inusitada activida4,en la escuela octogonal. Cada cual, seg¨²n sus apetencias, modelaba figuras de barro, confeccionaba sencillas marionetas, creaba poemas locos e inventaba palabras fant¨¢sticas o se disfrazaba de indio. Con brochas y pintura abundante dibujaron y escribieron libremente en las paredes y aceras, que a¨²n mantienen el recuerdo de que durante un d¨ªa fueron de los ni?os. Gracias al sencillo, y a la vez sorprendente, sistema de impresi¨®n por gelatina, imprimeron los textos que hab¨ªan escrito y -repartieron copias entre sus compa?eros. En dibujos y textos, dieron su visi¨®n del barrio en que viv¨ªan y de las cosas que echaban de menos. Hicieron representaciones espont¨¢neas con los mu?ecos construidos por ellos, transformaron botellas, corchos, piedras, cajas y chapas en elementos decorativos, pintaron sus caras de todos los colores y al mirarse al espejo se sintieron transformados y felices. Dieron, en fin, rienda suelta a su fantas¨ªa en originales ejercicios de redacci¨®n, tan distintos de los que habitualmente les obligan a realizar en la escuela. As¨ª, en cada barrio, el final de la fiesta escolar es siempre el mismo: los ni?os se agarran a los coches, que llevan a los animadores para impedirles su marcha.
Victoria Fern¨¢ndez y Francisco Abril parten de tres conceptos b¨¢sicos en la organizaci¨®n de la fiesta para los ni?os: la ausencia de competiciones y premios, con participaci¨®n libre, la descentralizaci¨®n, sacando las actividades del centro de la ciudad, y el predominio de la imaginaci¨®n, potenciadora de la creatividad, la libertad, la alegr¨ªa y la espontaneidad.
A partir de estas ideas fundamentales son proyectadas diariamente una serie de actividades simult¨¢neas, las mismas en cada barrio, en las que los ni?os participan con absoluta libertad. No existen separaciones por razones de edad, sexo o coeficiente intelectual. Suelen mezclarse ni?os de dos a catorce a?os, superdotados y subnormales. El primer objetivo es que cada cual se olvide de sus problemas f¨ªsicos o ps¨ªquicos. Una vez producida la desinhibici¨®n, los ni?os se disponen a jugar libremente como m¨¦todo de aprendizaje y buscan la colaboraci¨®n precisa en los maestros, sus amigos.
Victoria Fern¨¢ndez y Francisco Abril creen que esta es la primera experiencia espa?ola con un conjunto de actividades tan amplio desarrolladas en un solo d¨ªa. ??Ojal¨¢ fuera as¨ª la escuela! ?, afirma Francisco Abril. ?Desgraciadamente es aburrimiento, y lo nuestro es alegr¨ªa.? Es la orientaci¨®n que van a tener las actividades culturales, que este equipo pondr¨¢ en marcha en los pr¨®ximos d¨ªas, en cumplimiento del contrato que le liga al Ayuntamiento de Gij¨®n.
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