Las confesiones de un marxista cristiano
Como en otros anteriores trabajos suyos, Alfonso Com¨ªn busca en este libro el an¨¢lisis y la incidencia del fen¨®meno cristiano-marxista y cristiano-comunista. Es un tema que suscita respeto y, a la vez, una cierta prevenci¨®n o cautela; que, inevitablemente, cae en reiteraciones -sobre todo respecto a su libro Cristianos en el partido, comunistas en la Iglesia, pero tambi¨¦n dentro de este mismo libro que ahora comentamos-. Su lectura produce a veces la impresi¨®n de una amplia enumeraci¨®n de afirmaciones m¨¢s que un desarrollo en profundidad del tema que se aborda. Su nivel de sinceridad y de autocr¨ªtica es desigual: alto al comienzo, para descender luego a un cierto simplismo o ingenuidad, retomando despu¨¦s nuevamente la deseable carga de autoexamen y denuncia necesarios.No todo es tan claro y compacto como el autor parece afirmar al principio respecto a la doble y equilibrada militancia cristiana y marxista. Se enumeran en detalle los muchos logros alcanzados y se rese?an de paso, generaliz¨¢ndolas, las dificultades que su pr¨¢ctica suscita. Pero la aportaci¨®n de este libro nos introduce en un debate imprescindible. Ojal¨¢ las posibles ?sospechas? que su lectura ocasione desemboquen -mediante una cr¨ªtica y una reflexi¨®n contrastadas- en impacto constructivo. Algunas cuestiones pueden plantearse en la doble vertiente del marco ideol¨®gico y de la praxis militante de cristianos y marxistas, o m¨¢s concretamente, comunistas. Unas breves muestras: ?es compatible la estricta disciplina de partido con la necesaria atenci¨®n a los valores cristianos m¨¢s personales y libres, m¨¢s trascendentes y contemplativos? ?No se da un excesivo ¨¦nfasis de este tema en el Partido Comurusta, cuando otros partidos afines y pr¨®ximos abordan el hecho con mayor simplicidad y fluidez? La talla personal de Com¨ªn es -se diga lo que se diga- la excepci¨®n que confirma la regla, sobre todo respecto a la primera de estas preguntas. El plano de las ?resoluciones? -en la abundante documentaci¨®n aportada- se distancia de una pr¨¢ctica no suficientemente verificada. ?Cu¨¢les son esas ?perspectivas in¨¦ditas? que, seg¨²n Com¨ªn, se abren en el proceso de la lucha de clases? (p. 66). En algunas de las respuestas que aporta, se da una confusi¨®n de planos, abordando de lleno, por ejemplo, el problema de la credibilidad democr¨¢tica de la Iglesia y hurtando el mismo planteamiento en el interior del partido, lo que resulta igualmente acuciante. Es decir: en la primera parte de su libro echamos de menos un afrontamiento m¨¢s dial¨¦ctico de las cuestiones, en el que, sin duda, Com¨ªn debe estar entrenado.
Por qu¨¦ soy marxista y otras confesiones
Alfonso Com¨ªn. Editorial Laia. Barcelona, 1979.
En el resto de sus p¨¢ginas, sin embargo, es apreciablemente mayor la carga de sincera autocr¨ªtica, el arte dial¨¦ctico del matiz y del contraste. Se acusan con valor las deficiencias del marco te¨®rico en el debate cristiano-marxista, la ausencia de una tradici¨®n cultural consistente. Asimismo, se destaca la esterilidad de una cultura partidista -en el estupendo trabajo sobre Marxismo y cultura-, se afirma la necesidad de un partido laico y la importancia de la cr¨ªtica marxista de la religi¨®n. La figura y la aportaci¨®n de Bloch son resaltadas con toda justicia, situ¨¢ndole en la ra¨ªz del debate te¨®rico que constituye la b¨²squeda y el fondo de este libro. Para Bloch, el n¨²cleo de la historia es el hombre que trabaja y crea, el hombre que reforma y supera lo que existe. Adem¨¢s de esto, en pocas partes puede leerse una reflexi¨®n m¨¢s honesta y l¨²cida sobre el leninismo que la que aborda Com¨ªn en otra parte de su trabajo (Algunas cuestiones de leninismo, p. 110 y s.). La semblanza de Havemann -el admirable cient¨ªfico y militante- y de la frustrada entrevista con ¨¦l posee la altura y el calor del hondo respeto por los otros y su tarea, que define a los hombres grandes.
Para Com¨ªn, la esperanza de regeneraci¨®n del marxismo s¨®lo es posible desde el propio marxismo. De ah¨ª la importancia y significaci¨®n de la crisis del marxismo, de la cr¨ªtica del marxismo sin engolamientos ni distorsiones, sin huidas tampoco. En su ¨²ltimo art¨ªculo, sobre Cristianismo y disidencia, hace el autor una descripci¨®n realista y completa de la situaci¨®n de las iglesias cristianas y de su praxis lit¨²rgica y militante en los pa¨ªses del Este. En ¨¦l se nos dicen bastantes cosas que nuestro mediano conocimiento del tema ignora. El hecho religioso se ha identificado fuertemente con el hecho nacional en la mayor¨ªa de estos pa¨ªses. La colaboraci¨®n cr¨ªtica y fraterna de sectores marxistas y cristianos se intensifica a nivel intelectual y pol¨ªtico. Se da una creciente pujanza de la lucha por un socialismo humanitario que supera los prejuicios antirreligiosos, una incidencia positiva del cristianismo revolucionario en los cambios sociales, una defensa de los valores humanos aut¨¦nticos. Todo ello es material b¨¢sico de una reflexi¨®n seria. Como muy serio es, en conjunto, este libro de Com¨ªn, que aporta, sobre todo, el insobornable testimonio de una identidad militante. Esto, antes que una alabanza, es un dato rigurosamente objetivo y comprobable.
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