Luis Ramallo: "Si hay que decir s¨ª a la central de Valdecaballeros, se dir¨¢"
Luis Ramallo cumpli¨® el pasado domingo su primer a?o al frente de la Junta de Extremadura, cargo al que accedi¨® el 9 de septiembre de 1978, en M¨¦rida, despu¨¦s de meses de interminables sesiones y tensos debates alentados por luchas partidistas. Los extreme?os asistieron con cierta perplejidad a todo este proceso y hoy todav¨ªa se siguen preguntando sobre qu¨¦ servicios aporta a la regi¨®n el organismo preauton¨®mico. El papel jugado por la Junta en dos conflictos importantes, como han sido el de los agricultores de Badajoz y la autorizaci¨®n para construir los dos grupos nucleares de Valdecaballeros, han avivado todav¨ªa m¨¢s los recelos. Luis Ramallo, como presidente de la Junta, es el centro de todas las cr¨ªticas. Le entrevista el corresponsal del EL PAIS en Badajoz, Juli¨¢n Leal.
Pregunta. La falta de confianza de los extreme?os hacia la Junta, ?no cree que es la consecuencia de la pobreza de imagen ofrecido?Respuesta. Cuando una criatura nace tras un parto dif¨ªcil parece l¨®gico pensar que su posterior desarrollo no va a estar exento de problemas, y algo as¨ª ha ocurrido con la Junta, que ha tenido que librar duras batallas, que no terminaron con su constituci¨®n, sino que continuaron despu¨¦s de ella. Independientemente de los problemas de origen, que s¨ª han influido, la carencia de medios materiales ha impedido desarrollar al m¨¢ximo nuestra capacidad.
P. Pero en la Junta parece existir un desmesurado af¨¢n de protagonismo que en muchos casos no hacen sino dejar en rid¨ªculo al organismo.
R. No me gusta analizar la conducta de mis consejeros, aunque reconozco que a veces el comportamiento de algunos miembros es propio de ni?os. No rige ninguna normativa para corregir estas actuaciones incorrectas y no tengo, como el se?or Tarradellas, facultades para destituir a ning¨²n consejero. Si las tuviera, desde luego m¨¢s de uno hubiera sido cesado.
P. Muchos piensan que la Junta parece actuar siempre a posteriori, empujada por el desarrollo de los acontecimientos. En este sentido, se acusa al organismo de desconexi¨®n con la realidad extreme?a.
R. La acusaci¨®n es falsa y puede demostrarse. Efectivamente, con motivo de los dos grandes temas que han surgido en la regi¨®n se han lanzado esas imputaciones, pero tanto en el tema de los tractores como en el de Valdecaballeros la Junta hab¨ªa actuado con anterioridad a. su erupci¨®n.
Con m¨¢s de veinticinco d¨ªas de antelaci¨®n de que se produjera la salida de los tractores a la carretera, envi¨¦ un telegrama al presidente del Gobierno exponiendo la situaci¨®n ca¨®tica de nuestra agricultura y solidariz¨¢ndome con los que luego salieron a las carreteras. Todav¨ªa tengo pendiente una entrevista con Su¨¢rez, en la que volver¨¦ a insistir en la necesidad de que los extreme?os seamos atendidos justamente en nuestras peticiones.
En el tema de Valdecaballeros, la Junta tambi¨¦n hab¨ªa tomado acuerdo con anterioridad al encierro de los alcaldes. El d¨ªa 2 de julio, en sesi¨®n plenaria se acord¨® que las centrales nucleares de Extremadura no fueron puestas en funcionamiento hasta tanto la Junta no se pronunciara. Ello demuestra que estamos con la realidad.
P. En cualquier caso, la Junta no toma posturas firmes y definidas sobre los temas.
R. La Junta no puede pronunciarse ni a favor ni en. contra de Valdecaballeros, porque todav¨ªa no tiene elementos de juicio suficientes para crearse un criterio claro sobre el tema. La necesidad de estar documentados nos llev¨® a pedir un aplazamienter temporal de la autorizaci¨®n de construcci¨®n hasta el 15 de octubre, para en este plazo conocer exhaustivamente los detalles que nos permitan emitir un veredicto que ha de ser taxativo, favorable o desfavorablemente.
P. Los contactos entre la Junta y el Ministerio de Industria se interpretan como una negociaci¨®n de las contrapartidas por la instalaci¨®n de la central de Valdecaballeros, m¨¢s que la exposici¨®n de la situaci¨®n creada por la autorizaci¨®n y la fuerte oposici¨®n de la gran mayor¨ªa, manifiestamente contraria a la construcci¨®n de Valdecaballeros.
R. De las informaciones que se han dado sobre los contactos puede desprenderse que Valdecaballeros ha sido negociado, pero esto no es cierto, en absoluto. Nuestra posici¨®n no fue menos dura que la que adopt¨® el ministro, al que entiendo tiene que desarrollar un programa energ¨¦tico por encima detodo.
Pese a que el tema central era Valdecaballeros, no pod¨ªamos desperdiciar la ocasi¨®n de tratar asuntos pendientes de soluci¨®n en el sector industrial, habl¨¢ndose tambi¨¦n de las compensaciones por los aprovechamientos hidr¨¢ulicos de la regi¨®n y las derivadas de la energ¨ªa nuclear de la central de Almaraz, que ten¨ªan que ser abordados. El manejo de estos temas puede haberse interpretado como negociaci¨®n o venta de Valdecaballeros, pero yo lo desmiento rotundamente, Valdecaballeros no funcionar¨¢ sin antes haber sido escuchad a la Junta.
P. Pero el ministro no parece tener dudas del dictamen favorable de su Junta.
R. Es l¨®gico que tales afirmaciones las haga el ministro, pero ya no puedo aventurarme a adelantar algo que desconozco. Por supuesto, si el 15 de octubre hay que decir s¨ª, se dir¨¢: pero exigiendo unas contrapartidas ventajosas para Extremadura. En caso de que nos pronunciemos en contra, no me gusta pensar que la Administraci¨®n diga s¨ª.
P. ?Suscribe el acuerdo tomado por los alcaldes de celebrar un refer¨¦ndum sobre la cuesti¨®n nuclear?
R. La organizaci¨®n de un refer¨¦ndum corresponde a la Administraci¨®n central: seg¨²n ¨¦sto, la iniciativa de celebrar refer¨¦ndum de cualquier tipo no puede tomarla la Junta ni nadie. Si el pueblo hubiera de expresarse en ese tema, tambi¨¦n habr¨ªa de hacerlo en otros de igual importancia. En cualquier caso, no quiero prejuzgar los acuerdos que le corresponde tomar a la Junta. Si en pleno se acuerda la exigencia de un refer¨¦ndum sobre el tema de Valdecaballeros, se exigir¨¢, dando cauce a la opini¨®n p¨²blica sobre el tema. No obstante, la Junta va a promover debates p¨²blicos en torno al asunto y ser¨¢n recogidas las opiniones que aporten algo interesante.
En esto de las centrales nucleares yo creo que no se emplea el m¨¦todo adecuado. Pienso que un sistema para evitar oposiciones ser¨ªa el dar a conocer los proyectos y los beneficios que se conceder¨ªan a aquellas provincias que estuvieran interesadas en aceptarlos. El progreso siempre entra?a riesgos y suscita desconfianza hasta que no se com prueba que el avance no supone ning¨²n riesgo. Cuando se constru¨ªa el ferrocarril en Extremadura hubo muchos pueblos que se opusilron porque las personas cre¨ªan que aquella m¨¢quina arrasaba las cosechas. Algo similar ocurre ahora con las centrales nucleares, que a pesar de las seguridades nadie las quiere tener cerca.
P. ?Hasta qu¨¦ punto van a influir los criterios de su partido, UCD, sobre el juicio de Valdecaballeros?
R. La opini¨®n de UCD hay que tenerla en cuenta, y en esto mi partido es muy democr¨¢tico, estableci¨¦ndose un debate en caso de que las opiniones no sean compartidas. De cualquier forma, la decisi¨®n en este tema recae sobre la UCD extreme?a, que tiene autonom¨ªa y que ya mostr¨® su posici¨®n en una nota en la que fue m¨¢s dura con el Gobierno que ning¨²n otro partido.
P. La decisi¨®n que se tome es dificil y quiz¨¢ puede exigirle su dimisi¨®n.
R. Si mi partido exige mi dimisi¨®n, tendr¨ªa que dimitir, aunque dimitir¨ªa voluntariamente si mi conciencia me lo dictara.
P. ?Y si lo pidiera el pueblo?
R. El pueblo se expresa a trav¨¦s de las elecciones, y otras formas que se adopten no son m¨¢s que suplantaciones de su voluntad.
P. Mientras unas regiones preauton¨®micas tienen elaborados los respectivos estatutos de autonom¨ªa y otras lo est¨¢n redactando, ?por qu¨¦ en Extremadura no se han iniciado los trabajos?
R. No se han inciado porque no se han decidido a qu¨¦ art¨ªculo de la Constituci¨®n - 143 ¨® 151 - acogerse. Una comisi¨®n creada estudia las ventajas de cada uno. Tenemos solicitado un dictamen del Centro de Estudios Constitucionales en el que se nos oriente el camino que hemos de tomar. Efectivamente, debemos de tomar una decisi¨®n lo m¨¢s r¨¢pidamente posible.
P. ?De qu¨¦ modelo de estatuto conocido se van a servir para redactar el extreme?o?
R. No puedo saberlo, potque el Estatuto, como digo, va en funci¨®n del art¨ªculo a que nos acojamos. En cualquier caso nuestro Estatuto ser¨ªa ideal si fuera el fruto de un gran pacto de todas las fuerzas pol¨ªticas representadas.
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