Dr¨¢sticas medidas de seguridad en la jornada de protesta colombiana
En un ambiente dominado por la tensi¨®n y por el temor de que se produzcan enfrentamientos entre las fuerzas de orden p¨²blico y los manifestantes, Colombia conmemor¨® ayer el segundo aniversario del paro nacional (14 de septiembre de 1977), que produjo un saldo de veinte muertos.
En esta ocasi¨®n, la ?jornada nacional de protesta? tuvo un doble car¨¢cter: el recuerdo de los trabajadores a sus compa?eros muertos por el Ej¨¦rcito, y la expresi¨®n del descontento laboral por el alza del coste de la vida.El Gobierno de Julio C¨¦sar Turbay y, espec¨ªficamente, los militares colombianos, han hecho todo lo posible por neutralizar el alcance de la protesta colectiva. Los desifiles y las manifestaciones callejeras han sido expresamente prohibidas; las universidades fueron cerradas; el alcalde de Bogot¨¢ implant¨® la ?ley seca? durante 48 horas. Las emisoras de radio, los medios de comunicaci¨®n que disponen de mayor libertad en el pa¨ªs, recibieron ¨®rdenes de no difundir ni una sola noticia que no proviniera de fuentes oficiales. Y, junto a todo este despliegue de medidas coercitivas, las autoridades han hecho un ostentoso alarde de presencia militar, sobre todo en la capital: en cada esquina de la ciudad hay un soldado o un polic¨ªa fuertemente armado. En lugares estrat¨¦gicos, contingentes de refuerzos aguardan para intervenir.
El Consejo Sindical Nacional (CSN), organismo en el que se integran las cuatro centrales sindicales m¨¢s importantes del pa¨ªs, ha puesto especial ¨¦nfasis en conseguir que la jornada se desarrolle de forma pac¨ªfica. Pero el temor de que la concentraci¨®n de las cinco de la tarde sea manipulada por provocadores se mantiene. Igualmente dif¨ªcil de controlar ser¨¢ la acci¨®n de grupos aislados en barrios suburbiales de Bogot¨¢, donde tradicionalmente se producen los m¨¢s violentos choques entre manifestantes y los cuerpos de seguridad.
La impresi¨®n general de los observadores es que el ambiente previo de temor y tensi¨®n ha sido quiz¨¢ excesivo. Se se?ala que las fuerzas armadas, a trav¨¦s del Ministerio de la Defensa, tienen gran parte de responsabilidad en este clima. Los allanamientos, las detenciones, los interrogatorios, al amparo del denostado estatuto de seguridad (que cumpli¨® un a?o de vigencia el pasado d¨ªa 6), se han recrudecido en los ¨²ltimos d¨ªas. El tono empleado en los comunicados de dicho ministerio militar, premeditadamente duros y agresivos, contrasta con las llamadas a la cordura y a la responsabilidad ciudadana hechas desde el Ministerio del Interior.
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