Obras in¨¦ditas del Dal¨ª surrealista, en el Centro Pompidou
El comisario de la exposici¨®n, Daniel Abadie, no duda en calificarla como la primera gran retrospectiva Dal¨ª, tras la celebrada en el Museum Boymans-Van Beuningen, de Rotterman en 1970. El se?or Abadie lleva trabajando desde hace meses, en estrecha colaboraci¨®n con el genio de Figueras, para la puesta a punto de la exposici¨®n. Entre las ?sugerencias? formuladas por Dal¨ª y que sin duda van a cumplirse al pie de la letra, figura la proyecci¨®n ininterrumpida, en la misma quinta planta del centro donde se instalar¨¢ la exposici¨®n, de Le chien andalou (El perro andaluz), el c¨¦lebre filme (1929) de Bu?uel y Dal¨ª, durante el tiempo que permanezca abierta la retrospectiva del artista; la creaci¨®n de una sala ?fofa y jadeante?, tambi¨¦n en la quinta planta, y, por ¨²ltimo, la disposici¨®n total y entera del Forum del centro, donde el genio crear¨¢ ?un enorme espacio accesible a todos?, es decir, gratuito, donde se dar¨¢n cita los ?temas obsesivos? de Dal¨ª.Dal¨ª piensa hacer construir en el centro del Forum una gran pir¨¢mide truncada, cuyo interior albergar¨ªa algunas muestras de su personal¨ªsima fantas¨ªa; por ejemplo, los labios-sof¨¢ de Mae West. Vamos, que vendr¨ªa a ser una especie de minirnuseo de Figueras, concentrado y enlatado. En cuanto al resto del espacio del Forum, y siguiendo la versi¨®n de la se?orita Briere, Dal¨ª habr¨ªa encargado un determinado modelo de autom¨®vil suspendido, una docena de paraguas abiertos e invertidos, un surtidor y una monstruosa cuchara, al parecer con el prop¨®sito de azuzar la imaginaci¨®n de los j¨®venes decoradores de las boutiques de Saint-Germain-des-Pres.
Si bien esta primera versi¨®n del secreto es la que todos dan por buena, corre una segunda sobre un denominado Homenaje a Rodin, que, en ¨²ltima instancia, habr¨ªa sido desaconsejado al genio por alg¨²n alto funcionario del Ministerio galo de la Cultura, pero que no por ello debemos descartar.
Sabida es la gran atracci¨®n fascinaci¨®n la llamar¨ªa yo- que ejerce sobre Dal¨ª El pensador, de Rodin. Escultura que Dal¨ª, en innumerables ocasiones, ya sea de palabra o bien por escrito, ha asociado con El caganer, popular¨ªsima figurilla del bel¨¦n catal¨¢n. As¨ª pues, parece ser que el deseo de Dal¨ª ser¨ªa encargar una r¨¦plica de El pensador, de unos veinte metros de alzada, realizada ¨ªntegramente con miga de pan de pay¨¦s -del Ampurd¨¢n-, y tratada con ciertos derivados de petr¨®leo -en Estados Unidos- que le permitiesen- conservar un determinado grado de humedad... El pensador-caganer de Dal¨ª se cubrir¨ªa la cabeza con una colosal barretina confeccionada con pimientos rojos -del Ampurdan-, debidamente tratados, y asentar¨ªa sus reales posaderas en un r¨²stico orinal ampurdan¨¦s de unos tres metros de altura, y que en realidad enmarcar¨ªa una gigantesca pantalla de televisi¨®n en la que, ininterrumpidamente, aparecer¨ªa la imagen de Salvador Dal¨ª recitando extractos de su libro Diario de un genio (La Table Ronde, Par¨ªs 1965).
Curiosamente, la exposici¨®n Dal¨ª vendr¨¢ a coincidir con las compras navide?as que miles de franceses realizar¨¢n en el reci¨¦n inaugurado Forum comercial de Les Halles. Si se piensa, como muy bien apuntaba Mich¨¦le Champenois (Le Monde, 6-9-1979), que la remodelaci¨®n del ?vientre de Par¨ªs? tiene como finalidad ¨²ltima convertir el viejo barrio de Les Halles en una grandiosa zona peatonal -la mayor de Europa-, en ?una inmensa pista de tenis -cito literalmente a Michele Champenois-, en la que Beaubourg, centro comercial de la cultura, y el Forum, centro cultural del comercio, se devuelvan sus respectivas poblaciones errantes?, f¨¢cilmente se comprender¨¢ el claro oportunismo de la exposici¨®n Dal¨ª.
Dal¨ª vende bien y se vende mejor.
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