Estados Unidos espera una clarificaci¨®n de la pol¨ªtica exterior espa?ola de los pr¨®ximos a?os
El Gobierno de Estados Unidos espera que la visita del presidente Su¨¢rez a Washington sirva para clarificar la pol¨ªtica exterior espa?ola y el futuro inmediato de las relaciones hispano-norteamericanas. Por su parte, el jefe del Gobierno espa?ol espera conseguir del presidente Carter el apoyo necesario para que Espa?a pueda desempe?ar el papel de puente o intermedia r¨ªo entre el llamado bloque occidental y ciertas ¨¢reas del Tercer Mundo.
El pr¨®ximo mi¨¦rcoles el presidente del Gobierno, Adolfo Su¨¢rez, inicia su cuarta gira oficial por tierras americanas. Costa Rica, Nicaragua, Panam¨¢ y Estados Unidos son las cuatro etapas del periplo presidencial, que alcanzar¨¢ en Washington sus m¨¢s altas cotas de inter¨¦s pol¨ªtico. No es un secreto que el Gobierno americano y algunas canciller¨ªas europeas ven con recelo y preocupaci¨®n la pol¨ªtica exterior espa?ola, calificada de tercermundista por muchas de sus recientes iniciativas -entrevista con Castro, contacto con el Frente Polisario, presencia en la ?cumbre? de los no alineados de La Habana, Arafat en Madrid, invitaci¨®n a Gadafi, etc¨¦tera- y autodenominada de occidentalista en declaraciones oficiales. Por ello la etapa de Washington ser¨¢ clave y se espera que sirva de test clarificador de la acci¨®n exterior, que ¨²ltimamente dirige personalmente el propio Adolfo Su¨¢rez.El mi¨¦rcoles d¨ªa 3 de octubre el presidente Carter recibir¨¢ en la Casa Blanca al jefe del Gobierno espa?ol. La entrevista, enmarcada en un complicado protocolo (la visita de Su¨¢rez a Washington no se considera de Estado a Estado ni privada), ser¨¢ el momento definitivo en la b¨²squeda de un nuevo di¨¢logo hispano-norteamericano para la d¨¦cada de los ochenta. El jefe del Gobierno espa?ol intentar¨¢ definir la acci¨®n exterior hispana, articulando los llamados gestos tercermundistas de su diplomacia en el haber de un papel de puente entre el bloque occidental y ciertas ¨¢reas del Tercer Mundo-Sahara, pa¨ªses ¨¢rabes productores de petr¨®leo y Latinoam¨¦rica-, cuyo protagonismo reclama Madrid.
Cabe recordar aqu¨ª que el no reconocimiento de Israel le permite a Espa?a una capacidad de di¨¢logo con ricas naciones ¨¢rabes y con el pueblo palestino, representado por la OLP. La llegada de Arafat a Madrid -que provoc¨® las iras del lobby jud¨ªo puede ser presentada en Washington como una posible nueva v¨ªa de di¨¢logo con el pueblo palestino. Tambi¨¦n el padrinazgo de Espa?a al nuevo r¨¦gimen de Guinea Ecuatorial fue ofrecido a Washington en su d¨ªa, al igual que la posibilidad de que Espa?a se convierta en el valedor democr¨¢tico del nuevo r¨¦gimen nicarag¨¹ense.
OTAN y tratado
Al Departamento de Estado norteamericano le gustar¨ªa una mayor precisi¨®n a la hora de explicar las declaraciones del Gobierno favorables al ingreso en la OTAN -que contrastan con el discurso del presidente Su¨¢rez en Brasilia contra los bloques hegem¨®nicos-, sumidas siempre en la frase de que esta candidatura se presentar¨¢ ?en su momento y con un amplio apoyo parlamentario?, o mayor¨ªa cualificada. ?Cu¨¢ndo y con qu¨¦ mayor¨ªa? Estas son dos interrogantes a¨²n por desvelar. Y la primera de ellas, la que se refiere al calendario, tiene ahora un especial inter¨¦s de cara a la posible reconducci¨®n del Tratado de Amistad y Cooperaci¨®n Hispano-Norteamericano.En efecto, se da por hecho que en los pr¨®ximos meses se iniciar¨¢n conversaciones para la renovaci¨®n (t¨¦rmino preferido por la parte americana, que figura en el articulado del vigente acuerdo) o la renegociaci¨®n de los contratos, como desea la parte hispana. Aunque todo parece indicar que el acuerdo ser¨¢ reconducido a partir de 1981, fecha en que caduca el vigente contrato -y a ello no se oponen los grandes partidos de la izquierda espa?ola-, ser¨¢ muy distinta una negociaci¨®n que busque un acuerdo bilateral o un acuerdo adaptable a la posible entrada de Espa?a en la OTAN. Por ello, la clarificaci¨®n de la cuesti¨®n atl¨¢ntica es m¨¢s que necesaria.
Por otra parte, hay que se?alar que, en los acuerdos firmados con Washington antes de la puesta en vigor de la democracia, las negociaciones militares-pol¨ªticas se limitaban a un intercambio de concesiones. Ahora se intentar¨¢ primero establecer una cooperaci¨®n estrat¨¦gica defensiva, y lue go, la aportaci¨®n de una y otra parte de los elementos necesarios -bases conjuntas por el lado espa?ol, armamento y apoyo econ¨®mico por el americano, por ejemplo- Asimismo, a partir de ahora la presencia de Espa?a en el mundo es bien distinta y las condiciones sobre la utilizaci¨®n de las instalaciones militares hispanas -permisos de operaciones a¨¦reas- se cree que ser¨¢n m¨¢s r¨ªgidas ante el riesgo de que el territorio espa?ol pueda ser utilizado como puente a¨¦reo en caso de crisis eventual en el Oriente Pr¨®ximo o en el golfo P¨¦rsico, por citar alg¨²n caso.
Panam¨¢, Nicaragua y Costa Rica
El resto del viaje del se?or Su¨¢rez a Am¨¦rica no parece incluir expectaciones especiales. En Costa Rica se reforzar¨¢n las relaciones existentes, que son buenas. En Nicaragua, Su¨¢rez intentar¨¢ conseguir asumir alg¨²n tipo de padrinazgo sobre el proceso democr¨¢tico de este pa¨ªs.Ya en Quito, el pasado mes de agosto, el presidente Su¨¢rez tuvo un primer contacto con la dirigente de la Junta de Reconstrucci¨®n Nacional Nicarag¨¹ense, Violeta Chamorro, a la que el presidente espa?ol prometi¨® una urgente ayuda econ¨®mica y apoyo pol¨ªtico. Tambi¨¦n en la capital ecuatoriana el se?or Su¨¢rez convers¨® con el secretario de Estado americano, Cyrus Vance, sobre la situaci¨®n de Nicaragua y sobre la crisis pol¨ªtica que planea en tomo a los regimenes dictatoriales de otras rep¨²blicas centroamericanas, como El Salvador y Guatemala. En dicha ocasi¨®n, Su¨¢rez ofreci¨® los buenos oficios de Espa?a a Estados Unidos para mediar en favor del restablecimiento de las libertades democr¨¢ticas en Nicaragua, donde la diplomacia norteamericana ha perdido sus influencias.
La etapa de Panam¨¢ tampoco prev¨¦ espectaculares resultados, a no ser que el Congreso de Estados Unidos bloquee, a ¨²ltima hora, la entrega definitiva de la soberan¨ªa del canal al pueblo paname?o. En este pa¨ªs, Su¨¢rez podr¨¢ mantener m¨²ltiples contactos con los primeros mandatarios de Venezuela, Colombia y M¨¦xico, que asistir¨¢n, entre otros, al acto solemne de la entrega del canal. Ello permitir¨¢ al pol¨ªtico espa?ol revisar en persona la marcha de las relaciones bilaterales, econ¨®micas y pol¨ªticas de Espa?a con estas naciones, dar un nuevo impulso a la nueva presencia de Espa?a como observador del Pacto Andino y quiz¨¢ reavivar el viejo proyecto de una ?cumbre? iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, sondeada por Madrid y, al parecer, congelada a la espera de un momento propicio.
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