Gustavo Bueno: "El idioma se utiliza a veces como instrumento coactivo"
?Es verdad que Catalu?a o Vasconia forman parte de un todo (es puro y necio subjetivismo, digno de un musteriense, el que un vasco-espa?ol, aunque sea de HB, se indigne cuando se le llama espa?ol), que suele ser hist¨®ricamente determinado como Espa?a?, ha escrito Gustavo Bueno, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa de la Universidad de Oviedo y uno de los jefes de fila del pensamiento marxista espa?ol, en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista especializada El Basilisco, en un pol¨¦mico y extenso comentario al libro Lo que queda de Espa?a, de Federico Jim¨¦nez Losantos, que coincide con un encendido debate sobre el bable en la prensa asturiana.Para Bueno, lo esencial en la confrontaci¨®n de culturas y naciones es el idioma, que ?es el verdadero par¨¢metro de esta argumentaci¨®n, el verdadero punto de aplicaci¨®n del axioma de referencia?, y por ello, las autonom¨ªas y las auto determinaciones de las que hablamos en esta ¨¦poca de democracia posfranquista (una democracia insensiblemente desviada -y la izquierda es responsable de esta desviaci¨®n, tanto como el centro- hacia la reivindicaci¨®n de los derechos regionales, en lugar de los derechos individuales o de clase) s¨®lo adquieren su verdadera importancia cuando se aplican a aquellas partes de Espa?a que poseen un idioma peculiar (el catal¨¢n, el euskera y el gallego) o, lo que sirve de contraprueba, que creen poder reivindicar esta posesi¨®n, como cuesti¨®n de hecho.
Toda exigencia por v¨ªa de decreto que imponga el catal¨¢n obligatorio a cualquier otro idioma es s¨®lo un instrumento coactivo para quien no habla catal¨¢n yprejuzga ya la soluci¨®n del problema, poniendo no ya el hecho (el ?ser?, el hablar catal¨¢n) antes del derecho (que se pretende fundar en un hecho irreal). Es decir, prejuzga ya que Catalu?a debe definirse como una entidad cuya esencia puede concebirse al margen de Espa?a y del castellano, y esto es s¨®lo una burda petici¨®n de principio, un puro voluntarismo, cuyo l¨ªmite s¨®lo puede ser establecido por una voluntad opuesta: no cabe invocar principios m¨¢s altos, metaf¨ªsicos.
Gustavo Bueno reconoce el m¨¦rito de poner al desnudo la magnitud de su voluntarismo m¨ªstico antes quienes reivindican el bable como idioma oficial de Asturias, considerando al espa?ol como ?imposici¨®n hist¨®rica del imperialismo castellano?. En su opini¨®n, en Asturias el castellano es un idioma tan genuino y antiguo como el bable: s¨®lo un mimetismo rid¨ªculo puede llevar a asimilar las relaciones del bable al castellano con las del catal¨¢n al castellano. El bable -los bables- son idiomas de las monta?as que durante siglos han coexistido en Asturias con el castellano, idioma en el cual se entienden incluso los hablantes de los diferentes bables entre s¨ª. ?De este modo, Asturias a?ade al resto de otros lugares de la Espa?a central la riqueza de un hermoso idioma rural y familiar (que no es un idioma de "cultura"), que jam¨¢s ha sido oprimido por el espa?ol y que se ha desarrollado en Asturias de un modo tan propio e interno como en Castilla o en Extremadura. El bable es idioma familiar que, sin duda, hay que proteger y cultivar, pero en su lugar propio, un lugar que nunca ha sido, por ejemplo, el lenguaje literario.
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