M¨¢s de 1,7 billones de pesetas, presupuesto de la Seguridad Social

Los presupuestos generales de la Seguridad Social para el ejercicio de 1980 alcanzan la cifra de 1.746.725 millones de pesetas. En su elaboraci¨®n, seg¨²n explic¨® ayer el ministro de Sanidad y Seguridad Social, se contempla por primera vez la exclusi¨®n de aquellas prestaciones de exclusiva competencia estatal y cuya financiaci¨®n corresponde por completo al Estado. Tal es el caso de las prestaciones por desempleo y las partidas correspondientes a la acci¨®n formativa del SEAF-PPO, cuya financiaci¨®n es sufragada ¨ªntegramente por el Estado, aun cuando la caja ¨²nica de la Seguridad Social se encarga de su recaudaci¨®n directamente de las empresas.

Entre las caracter¨ªsticas b¨¢sicas de los presupuestos figura el objetivo de hacer efectivo el principio de neutralidad de las cotizaciones sobre la estructura de costes de las empresas, por lo que permanecen invariables los tipos de cotizaci¨®n.Asimismo, la aportaci¨®n estatal se refuerza hasta alcanzar la cifra de 144.500 millones de pesetas, con un aumento del 68% sobre la cifra equivalente del a?o anterior.

A la cabeza del gasto aparecen las pensiones, cap¨ªtulo al que se destinan 919.666 millones de pesetas, con un aumento sobre la liquidaci¨®n prevista para 1979 de 175.496 millones, lo que supone un 23,5 % de mayor gasto.

Estas cifras ponen de relieve el creciente n¨²mero de pensionistas, que sit¨²a a nuestro pa¨ªs a la altura de los pa¨ªses europeos m¨¢s desarrollados. En el caso de Espa?a, la relaci¨®n pensionistas-trabajadores lleva consigo un incremento de las cargas financieras, por cuanto la proporci¨®n indicada es de un pensionista por cada 2,5 activos, situaci¨®n que se desnivela a¨²n m¨¢s en algunos reg¨ªmenes, como en el agrario, en el que la proporci¨®n se establece en 1,14 activos por cada pensionista.

La prestaci¨®n por incapacidad laboral transitoria se ha recortado de manera sensible, con el fin, como se?al¨® el ministro, de acabar en alguna medida con lo que supone de absentismo laboral encubierto. Al amparo de esta prestaci¨®n, el n¨²mero medio de bajas por trabajador afiliado pas¨® de once en 1977 a catorce en 1979 para el r¨¦gimen general, y de veintid¨®s a veintisiete en el r¨¦gimen especial agrario. Ello ocurre, sin embargo, mientras que desciende el n¨²mero de trabajadores afiliados al sistema a causa del paro.

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