Planes de expansi¨®n inadecuados
A la vista de los balances de los tres ¨²ltimos a?os se deduce que el origen principal de los problemas de la sociedad parten de una inadecuada planificaci¨®n de sus planes de expansi¨®n.En 1976, los beneficios alcanzan s¨®lo para atender las obligaciones fiscales, atenciones estatutarias y pago de dividendo. El momento depresivo por el que atravesaba la econom¨ªa mundial, las crisis de los mercados de capitales nacionales y los problemas propios del sector no son suficientemente valorados a la hora de llevar a cabo el esfuerzo financiero que supone la puesta en marcha de la f¨¢brica de Salamanca. As¨ª, el inmovilizado en el per¨ªodo 1975-1978 se incrementa en un 102%, que se financia en un 55% con fondos propios; se recurre a la financiaci¨®n externa para cubrir el resto.
Dentro de los planes de la compa?¨ªa figuraban dos ampliaciones de capital, a realizar en oto?o de 1977 y en la primavera de 1978, respectivamente. Las condiciones del mercado de valores impidieron realizarlas, lo que oblig¨® a mantener un nivel de endeudamiento no deseado y bastante costoso, a pesar de que la relaci¨®n recursos propios-recursos ajenos se manten¨ªa en un aceptable 0,73% en 31 de diciembre de 1978.
No obstante, donde se aprecian las mayores dificultades de la empresa es en el hecho de que mientras las ventas, en el per¨ªodo citado, se incrementaron en un 69,6%, su costo crec¨ªa un 112,1 %, como consecuencia, fundamentalmente, del fuerte crecimiento en los gastos generales y de administraci¨®n, donde la partida representativa de los gastos de almac¨¦n se increment¨® en un 171,7%. Este dato, unido al descenso en el valor de las mercanc¨ªas depositadas en los almacenes (que frente a un valor de 331,3 millones en 1975, el pasado ejercicio s¨®lo alcanz¨® los 45,9) hacen pensar en una infrautilizaci¨®n de la capacidad de almacenaje, cuyos gastos fijos repercuten directamente en los costes del producto acabado, aparte de que el nivel de stocks resulta m¨ªnimo, lo que justifica la disminuci¨®n de la producci¨®n en 1978 y la p¨¦rdida de penetraci¨®n en los mercados internacionales. As¨ª, la importante subida en el precio de la tonelada de producto terminado, estimable en un 28,8% en 1978, fue absorbida por este descenso en la producci¨®n y apenas sirvi¨® para que el producto de las ventas creciera en un t¨ªmido 13%, en pesetas corrientes. Dado que sus niveles de reservas son minimos y que la autofinanciaci¨®n tampoco es holgada, en momentos dif¨ªciles la sociedad queda a merced del cr¨¦dito bancario.
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