El Bloque Popular Revolucionario desaf¨ªa a la Junta salvadore?a

Los cuerpos de seguridad salvadore?os han recibido ¨®rdenes estrictas de no reprimir las manifestaciones populares que se produzcan en el pa¨ªs, a pesar de estar expresamente prohibidas por el vigente estado de sitio. De esta manera se intenta evitar incidentes sangrientos como los producidos en las confusas horas siguientes al golpe de Estado, en los que murieron, por lo menos, treinta personas. El Bloque Popular Revolucionario (BPR), que en la tarde del domingo ocup¨® la catedral de la capital, convoc¨® para ayer, lunes, otras tres concentraciones en otros tantos puntos de la ciudad, para reclamar la liberaci¨®n inmediata de todos los presos pol¨ªticos.Mientras tanto, el silencio de la Junta Revolucionaria de Gobierno sobre los puntos m¨¢s esperados de su acci¨®n est¨¢ haciendo cundir la sensaci¨®n de que los j¨®venes militares est¨¢n perdiendo un tiempo precioso para conseguir la credibilidad popular.

Esa impaciencia se vio reflejada en la esperada homil¨ªa dominical del arzobispo de San Salvador, monse?or Oscar Arnulfo Romero, quien pidi¨® a los miembros de la Junta respuestas urgentes y concretas a las aspiraciones del pueblo salvadore?o. El obispo, cuya voz se ha convertido en el espejo de las reivindicaciones de las clases menos favorecidas, reclam¨® la inmediata depuraci¨®n de los cuerpos de seguridad del Estado, la devoluci¨®n a sus familiares de todos los presos pol¨ªticos y explicaciones sobre la suerte de desaparecidos.

Monse?or Romero censur¨® a Estados Unidos por sus promesas de reanudar la ayuda militar a El Salvador, como muestra de simpat¨ªa hacia las nuevas autoridades: ?Estamos hartos de armas y de balas?, dijo. No evit¨®, sin embargo, el arzobispo palabras, de aliento hacia la Junta Revolucionaria de Gobierno, para la que pidi¨® un ?suficiente margen de confianza?. Tampoco se inhibi¨® a la hora de considerar inoportunas las acciones del Ej¨¦rcito Revolucionario del Pueblo (ERP) y de las Ligas Populares Veintiocho de Febrero (LP-28), que organizaron movilizaciones populares en las horas siguientes al golpe de Estado.

La gente espera promesas concretas al espinoso problema de los presos pol¨ªticos y de los desaparecidos, que a¨²n no se han producido. La generalidad de los salvadore?os desean una aut¨¦ntica reforma de los cuerpos represivos (Guardia Nacional, Polic¨ªa de Hacienda, Polic¨ªa Nacional), que tampoco se ha producido. Los salvadore?os exigen responsabilidades a todos los implicados en asesinatos, torturas, corrupciones, y todav¨ªa no ha habido m¨¢s que respuestas tibias. Los campesinos demandan pronunciamientos claros y terminantes sobre los planes de la Junta Revolucionaria para resolver la inhumana situaci¨®n de ese mayoritario sector de la sociedad.