Puntualizaciones de Letamend¨ªa

En mis declaraciones publicadas en EL PAIS del 26 de octubre se omite, sin duda involuntariamente, una parte de una frase, que distorsiona el sentido de aqu¨¦llas. Esta es la siguiente: ?Me hubiera gustado votar hoy un Estatuto en el que se hubieran recogido las enmiendas autonomistas que hab¨ªan propuesto Euskadiko Ezkerra y el propio PNV?, pero no se a?ade lo que yo realmente dije: ?Las propuestas a la Constituci¨®n.?Tal como queda la frase, parece dar a entender que yo hubiera votado el texto del Estatuto de Guernica si no hubiera sido modificado en Madrid. Y esto est¨¢ a a?os luz de la realidad.

La aprobaci¨®n de las enmiendas que yo present¨¦, en nombre de Euskadiko Ezkerra, al texto constitucional -cuyo contenido era entonces id¨¦ntico al de la alternativa KAS-, si no hubieran sido aplastantemente rechazadas en el debate, hubieran dotado a Euskadi. de una capacidad de autogobierno que inclu¨ªa, entre otras, la competencia exclusiva en materia de polic¨ªa y orden p¨²blico, le hubieran conferido al pueblo vasco su soberan¨ªa, le hubieran atribuido el derecho de autodeterminaci¨®n -permitiendo expresarse democr¨¢ticamente en un plebiscito todas las opciones, la auton¨®mica regionalista, la federal, la confederal y la independentista, que era, y sigue siendo, la m¨ªa.

Yo no he cambiado en mis posiciones, pues el Estatuto que defendemos en el Euskal Herriko Batzarre no difiere de la concreci¨®n de estos principios.

Las declaraciones citadas han sido presentadas en una parte de la prensa local como una reconsideraci¨®n de mi postura, a ra¨ªz de los resultados del refer¨¦ndum y como una manifestaci¨®n de divergencias en el seno de Herri Batasuna.

Nada m¨¢s falso. Estas fueron hechas a las doce del mediod¨ªa del 25, cuando nada se sab¨ªa de los resultados. Y teniendo en cuenta c¨®mo se han volcado los medios de comunicaci¨®n en favorecer una sola opci¨®n, c¨®mo se han promocionado m¨¦todos de votaci¨®n qu¨¦ en Europa siempre son excepcionales y que se prestan a manipulaciones, como el voto por correo, que enormes facilidades se han dado en las mesas electorales a votos dudosos -carn¨¦s de identidad caducados, cartas con votos no mataselladas- y en qu¨¦ condiciones ha vivido durante la campa?a electoral la principal fuerza abstencionista, FIB -detenciones de sus -militantes, requisas de los locales de sus partidos-, el porcentaje de abstenci¨®n del 40% puede calificarse de ¨¦xito, y los de participaci¨®n y, dentro de ella, el 54% del voto afirmativo, muy por debajo del 84% que arroj¨® el mismo plebiscito en la Il Rep¨²blica.

Con respecto a que no deseamos encontramos solos en la defensa de nuestros principios ?naturalmente que es as¨ª, y ello desde el nacimiento de Herri Batasuna! Se viene afirmando que ¨¦sta quiere imponer su opci¨®n mediante la violencia. Nada m¨¢s lejos de la realidad, nosotros nacimos para conseguir la normalizaci¨®n de la vida de nuestro pueblo. La satisfacci¨®n de nuestro programa traer¨ªa consigo la desaparici¨®n de la violencia institucional y, con ella, la convicci¨®n en todos los sectores de nuestro pueblo de que no tienen sentido respuestas del mismo signo. A lo que aspiramos es a convencer democr¨¢ticamente a una mayor¨ªa de los habitantes y de las fuerzas vascas de la necesidad de este programa. Y lo que s¨ª hace el 25 de octubre es facilitar el comienzo de esta labor de persuasi¨®n, en la medida en que se haga evidente que el marco creado por este Estatuto no es el adecuado. Y ello s¨®lo se puede conseguir apoyando y llevando hasta las ¨²ltimas consecuencias las reivindicaciones, tanto de las fuerzas realmente autonomistas como las de las fuerzas realmente obreras. Confundir, como viene haciendo el Gobierno y gran parte de los medios de comunicaci¨®n, la soluci¨®n de un problema con la causa del mismo, es un disparate pol¨ªtico de dimensiones gigantescas, que no puede sino producir un resultado contrario al deseado.Que es necesaria una vuelta a la raz¨®n y una desaparici¨®n de la agresividad en general, y la que se canaliza contra HB en particular, no son intenciones m¨ªas personales, sino de toda la coalici¨®n. Para que nuestros votantes no se sientan excluidos es preciso no seguir haciendo calificaciones que nos quitan toda honorabilidad pol¨ªtica, como la de llarnarnosfascistas. No supone una vuelta a la raz¨®n, ni la facilita, hacer declaraciones inveros¨ªmiles, del estilo de que la incidencia pol¨ªtica de FIB en esta abstenci¨®n ha sido del 2,71%. Mientras no se demuestre lo contrario en unas nuevas elecciones, seguimos siendo, en el conjunto de las cuatro provincias, la segunda: fuerza electoral que fuimos en las municipales del 3 de abril, y bien poco es exigir en esas circunstancias que no se nos prive de las libertades democr¨¢ticas m¨ªnimas.

En todo caso, que por nosotros no quede ese deseo de vuelta a la raz¨®n y de desaparici¨®n del clima de agresividad.