La fortuna se ali¨® con el Rayo en Burgos
La fortuna estuvo del lado rayista. El f¨²tbol se mide por goles y hay que dar como bueno el marcador, aunque fuera injusto. El Burgos, no s¨®lo fue amo y se?or de la situaci¨®n, sino que goz¨® de bastantes oportunidades para batir a Mora, las suficientes como para haber vencido con holgura. El Rayo nunca volvi¨® la cara a su rival y, merced a un fuerte sistema de contenci¨®n y a una defensa expeditiva, fue posible que el equipo de H¨¦ctor N¨²?ez se llevara el tercer empate de El Plant¨ªo. Antes lo hab¨ªan hecho los dos Atl¨¦ticos, lo que deja las cosas muy feas para los de casa.Tres veces llegaron los de Vallecas a la puerta de Mat¨¦. Dos en la segunda mitad, en remates de Clares y Mate, y la otra, con ocasi¨®n del gol. Demasiada poca simiente para el fruto que recogi¨®. Por el contrario, el Burgos puso en muy senos apuros a Mora. En el minuto 23, Anero sac¨® un bal¨®n bajo los palos; en el 46, el guardameta desvi¨® con la punta de los dedos un duro disparo de Cort¨¦s, y en el 47, Navarro estrell¨® un bal¨®n en la cepa del poste izquierdo. Hasta aqu¨ª, lo m¨¢s significativo de la primera mitad, que tuvo tres minutos de compensaci¨®n por atenciones a Vitoria, que recibi¨® una patada fortuita de Jos¨¦ Mar¨ªa en la frente. Le dieron unos puntos y luci¨® posteriormente un vendaje en la cabeza.
El Burgos, desde el minuto 12, se lanz¨® desesperadamente al ataque, justo desde el momento en que Tanco hab¨ªa desnivelado el marcador. Hasta entonces nos hab¨ªa gustado el Rayo, con mucha movilidad en sus l¨ªneas, jugando al primer toque y haciendo bien los relevos. Luego, el f¨²tbol se hizo menos espectacular. Robles era el cuarto centrocampista, junto a Clares, Custodio y Jos¨¦ Mar¨ªa, mientras en la vanguardia no quedaba un solo burgal¨¦s sin su constante marcador.
Si importante fue el dominio del Burgos en la primera fase, abrumador e insistente ser¨ªa en la continuaci¨®n. Los jugadores blanquinegros buscaron el bal¨®n con un coraje ejemplar, haciendo a veces un f¨²tbol brillante o por lo menos r¨¢pido y movido. Sin embargo, ese hacer no tendr¨ªa continuidad porque hab¨ªa prisas por acortar d¨ªstancias y falt¨® tranquilidad. Ni siquiera con el empate lleg¨® la serenidad. El Rayo hizo los cambios de refresco en la zona ancha, donde m¨¢s se hab¨ªan desgastado sus hombres. Por el contrario, Garc¨ªa Traid se jug¨® una baza con valent¨ªa y acierto. Mand¨® a los vestuarios a Ruiz Igartua, el l¨ªbero burgal¨¦s, y en su lugar entr¨® Andr¨¦s, un mediapunta de la cantera con hechuras y calidad para figurar en las alineaciones iniciales. Protagoniz¨® varias jugadas muy bellas. Sin duda, la mejor lleg¨® con el tiempo pr¨¢cticamente consumido. Despu¨¦s de burlar a varios contrarios, cruz¨® demasiado el bal¨®n ante Mora, cuando ya se cantaba el gol. Fue el ¨²ltimo cartucho de un partido de claro signo burgal¨¦s, entretenido por la marcha del marcador y ejemplar por el derroche de fuerza que hicieron ambos conjuntos.
No hay que restar m¨¦ritos al Rayo, porque supo conservar los papeles de equipo defensor montando una fuerte barrera de contenci¨®n, reconociendo as¨ª el poder ofensivo de su rival. Ni siquiera pudo ensayar el contragolpe salvo en algunos escarceos de Alvarito, muy desasistido, pues Morena fue anulado por Cort¨¦s y tambi¨¦n por s¨ª mismo. El uruguayo no estuvo excesivamente trabajador.
Carlos B¨¢ez hizo su presentaci¨®n apenas unas horas despu¨¦s de su fichaje. Hizo cosas de calidad, de gran jugador, aunque denot¨® su falta de puesta a punto y tambi¨¦n el despiste l¨®gico de actuar con compa?eros desconocidos. Puede ser el hombre que necesita el Burgos en su vanguardia, donde se acusa ausencia de rematadores inteligentes. El resto del equipo ha mejorado sensiblemente, con un Cort¨¦s -cedido por el Madrid- que va a m¨¢s y un Navarro que sigue siendo el veterano imprescindible de la zona ancha. Puestos a individualizar en el lado vallecano, el t¨¢ndem Uceda-Tanco, fue lo m¨¢s sobresaliente.
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