Las relaciones con Ginea Ecuatorial
LAS RELACIONES entre el nuevo Gobierno de Guinea Ecuatorial y Espa?a parecen encauzarse de modo positivo. Un comunicado facilitado por la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica de? Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores confirma los esperanzadores resultados derivados de la visita a Malabo del ministro espa?ol de Econom¨ªa y de la estancia en Madrid de una nutrida representaci¨®n ecuatoguineana presidida por el capit¨¢n Salvador El¨¢, vicepresidente segundo y ministro de Hacienda y Comercio. Se ha firmado un acuerdo que permitir¨¢ a los pesqueros espa?oles disponer de nuevos caladeros y de una base de aprovisionarnibto mucho m¨¢s cercana de las costas de Namibia y Sur¨¢frica que las actuales de Dakar o las islas Canarias. Asimismo se han establecido las bases para que Hipanoil inicie prospecciones petrol¨ªferas en las aguas jurisdiccionales de Guinea y el Instituto Geogr¨¢fico investigue los recursos mineros potenciales del territorio continental de R¨ªo Muni.Varias son las contrapartidas espa?olas. Una primera l¨ªnea de ayuda se concreta en tres cr¨¦ditos. Uno, de diez millones de d¨®lares, pagadero a veinte a?os, destinado, principalmente, a reparar y mejorar la deteriorada infraestructura de Guinea Ecuatorial, que no dispone hoy d¨ªa de un sistema el¨¦ctrico que garantice unos m¨ªnimos indispensables. Otro segundo, de siete millones de d¨®lares, destinado a financiar en cinco a?os los equipos para poner en marcha los sectores productores exportadores (la producci¨®n de cacao ha descendido, en los ¨²ltimos diez a?os, desde 40.000 a 6.000 toneladas y las ventas de madera o caf¨¦ han desaparecido pr¨¢cticamente). El ¨²ltimo, de dos millones de d¨®lares, tiene por objeto facilitar la compra inmediata de bienes de consumo para una poblaci¨®n desabastecida, en un pa¨ªs donde un huevo vale cincuenta pesetas y un pollo setecientas, aunque se puedan comprar a buen precio manteler¨ªas o vajillas chinas.
Una segunda l¨ªnea de ayuda est¨¢ constituida por la oferta de asesores para los centros de decisi¨®n econ¨®mica, ense?anza y sanidad y por gastos en obras y materiales a cargo del Presupuesto espa?ol. Adem¨¢s, el Banco Exterior de Espa?a y el Banco de Cr¨¦dito y Desarrollo de Guinea han acordado crear un banco mixto. El sistema financiero ecuatoguineano hab¨ªa sido arrasado por el r¨¦gimen de Macias y era imprescindible alguna instituci¨®n de cr¨¦dito para relanzar el funcionamiento de una econom¨ªa cuya principal riqueza es la exportaci¨®n de productos que exigen unos mecanismos para financiar la preparaci¨®n y recogida de las cosechas.
Tambi¨¦n, y siempre seg¨²n el comunicado, se ha entregado a la delegaci¨®n guineana un informe sobre el estado de su econom¨ªa, junto a una serie de recomendaciones para mejorar su funcionamiento, en el sentido de abandonar las innumerables intervenciones administrativas heredadas de Mac¨ªas y aceptar el m¨¢ximo grado posible de libertad econ¨®mica para atraer capitales y restablecer la confianza de inversionistas y empresarios.
A pesar de estos buenos comienzos formales, el camino aparece repleto de obst¨¢culos. Pr¨¢cticamente todo vestigio de organizaci¨®n econ¨®mica y administrativa ha desaparecido. Aunque la ayuda fuera cuantiosa, sus resultados podr¨ªan perderse en la m¨¢s absoluta inoperancia. Descargar un barco, distribuir alimentos o calcular el volumen de las reservas de divisas pueden convertirse en tareas heroicas. Quiz¨¢ el activo m¨¢s esperanzador sea la decisi¨®n del nuevo r¨¦gimen de establecer unas bases pol¨ªticas que condenan la tiran¨ªa y la arbitrariedad y reconocen la necesidad de contar con la t¨¦cnica extranjera para reconstruir un pa¨ªs devastado. Espa?a ha dado unos primeros pasos muy firmes, pero tiene que seguir apoyando eficazmente al nuevo r¨¦gimen pol¨ªtico y conseguir un entendimiento fruct¨ªfero, sin recelos, entre la comunidad espa?ola minoritaria y el nuevo r¨¦gimen guineano. La piedra de toque va a estar en el mecanismo de negociaci¨®n para la restituci¨®n de las propiedades abandonadas. Las autoridades guineanas han promulgado un decreto que muestra un claro deseo de colaboraci¨®n con Espa?a y abre interesantes perspectivas para un arreglo equitativo de ese contencioso.
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