Los funcionarios de Herrera de la Mancha se encierran ante la querella por malos tratos

Una parte de la plantilla de funcionarios del penal de m¨¢xima seguridad de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, permanecen encerrados desde el pasado domingo en se?al de protesta por ?los ataques de un cierto sector de la prensa y un cierto sector de abogados por supuestos malos tratos a los reclusos?, seg¨²n declar¨® ayer un portavoz de los encerrados. Los funcionarios de otras c¨¢rceles espa?olas adoptaron ayer medidas similares, en solidaridad con sus compa?eros de Herrera.

Los encerrados de Herrera han declarado estar ?indignados por la falta de defensa de la Administraci¨®n?. Esta supuesta ?falta de defensa? comenz¨® a diluirse ayer mismo, cuando el portavoz gubernamental Josep Meli¨¢ manifest¨® que el Gobierno manten¨ªa la honorabilidad y profesionalidad de los funcionarios y que este encierro no es m¨¢s que ?un acto simb¨®lico, no parece condenable y merece adem¨¢s la comprensi¨®n de la sociedad?. Tambi¨¦n afirm¨® el se?or Meli¨¢ que el director general de Instituciones Penitenciarias, Enrique Galav¨ªs, se hab¨ªa desplazado al penal de Herrera, hecho que, sin embargo, no se produjo, ya que el se?or Galav¨ªs no hab¨ªa salido de Madrid hasta bien entrada la tarde de ayer, ni ten¨ªa intenci¨®n de hacerlo ?mientras haya abierta una investigaci¨®n oficial sobre este centro?.El desencadenante de este conflicto ha sido la querella presentada el pasado jueves en Madrid por 36 abogados contra veintitr¨¦s funcionarios de la c¨¢rcel de Herrera. En el texto jur¨ªdico de la querella, al que ha tenido acceso EL PAIS, se solicita la suspensi¨®n de empleo o cargo mientras dure el proceso a los funcionarios querellados.

La querella afecta tambi¨¦n subdirector del penal, Melchor Turi?o y a los jefes de servicios Manuel Arcilla, Jos¨¦ Barroso y Juan Jos¨¦ Hern¨¢ndez. El resto -hasta un total de veintitr¨¦s- son funcionarios sin cargo directivo.

Los abogados que han solicitado el proceso definen as¨ª, en el texto judicial, el comportamiento de estos funcionarios: ?Una puerta con polvo, un gesto interpretado por un funcionario como ofensivo, el hecho de no mirar al suelo mientras se camina, supon¨ªa una paliza. El 21 de octubre pasado, Mohamed Abdelete, no pudiendo soportar esta situaci¨®n, se golpe¨® voluntariamente la cabeza contra la pared. Se ten¨ªan, no obstante, precauciones tales como las de no pegar jam¨¢s dentro de las celdas, por el peligro que una ca¨ªda supon¨ªa en un lugar tan reducido; para estos menesteres se utilizaban, entre otros lugares, las oficinas que los funcionarios tienen?.

Una buena parte de la plantilla de funcionarios de Herrera la forman personas que en otras c¨¢rceles hab¨ªan sido denunciadas por los presos a causa de los malos tratos. As¨ª, el funcionario Javier Seco tiene un juicio pendiente en Huesca.

El jefe de servicio Barroso acudi¨® tambi¨¦n a Cartagena con el fin de presentarse a un juicio por motivos semejantes. Este jefe de servicio se ha caracterizado en una estancia en Herrera por una especial violencia en el empleo de m¨¦todos brutales, hasta el punto de que en una ocasi¨®n fue advertido por el director del centro que cejara en los golpes, no fuera a carg¨¢rselo el primer d¨ªa.

Sin embargo, el caso m¨¢s grave, a juicio de los abogados, es el del subdirector, Melchor Turi?o, quien, siendo jefe de servicio de la Modelo de Barcelona hasta 1973, fue denunciado varias veces por malos tratos.

Este grupo de funcionarios objeto de la querella son, seg¨²n los 36 denunciantes, ?los que controlan la prisi¨®n y tienen atemorizados tanto a los presos como al resto de los funcionarios que no les secunda en sus acciones. Los autores de los delitos denunciados forman un grupo caracter¨ªstico: son los mismos que ense?an sus armas por el pueblo de Argamasilla, o que hacen pr¨¢cticas de tiro en el patio conjunto al bar de la residencia?.

Cuando estos hechos trascendieron a la opini¨®n p¨²blica a trav¨¦s de la prensa se produjeron serias divergencias entre ellos, partidarios uno de admitir el empleo de la violencia, aunque justific¨¢ndolo, y negar los malos tratos, otros, la mayor¨ªa.