El Gobierno est¨¢ dispuesto a deslindar los activos y competencias de CAMPSA de los del Monopolio de Petr¨®leos
Diversos miembros del Gobierno han se?alado recientemente su firme decisi¨®n de apoyar un proceso de clarificaci¨®n de las cuentas y reparto de papeles en CAMPSA (Compa?¨ªa Arrendataria del Monopolio de Petr¨®leos, SA). Este reparto de papeles supondr¨¢ b¨¢sicamente la separaci¨®n clara de las competencias y activos de CAMPSA como sociedad administradora del monopolio, titular de una importante cartera de valores (Butano, Petronor, Asesa, Proas y titularidad de permisos de investigaci¨®n), y los activos propios de la renta de petr¨®leos que corresponden ¨ªntegramente al Estado. y de los que la sociedad es mera administradora. La administraci¨®n de CAMPSA durante las ¨²ltimas d¨¦cadas ha estado presidida por una gran confusi¨®n en las competencias y facultades respectivas que ahora se trata de clarificar. Este intento responde, sobre todo, a las expectativas de posible desaparici¨®n del monopolio, una vez consumada la integraci¨®n espa?ola en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE), y a la necesidad de una reordenaci¨®n del sector energ¨¦tico y, fundamentalmente, del subsector petr¨®leo. La operaci¨®n ha sido encomendada al actual consejero delegado de la Compa?¨ªa y ser¨¢ vigilada estrechamente por la Delegaci¨®n del Gobierno en CAMPSA, cuyo titular es designado por Hacienda.
El monopolio de petr¨®leos fue creado hace 52 a?os por Jos¨¦ Calvo Sotelo, entonces ministro de Hacienda. La creaci¨®n de CAMPSA, pionera en el sector, fue mal recibida por las multinacionales del petr¨®leo porque les supon¨ªa una p¨¦rdida de mercado, y provoc¨® una operaci¨®n de las finanzas internacionales contra la peseta, medida que en aquellos momentos supuso una presi¨®n econ¨®mica de gran impacto pol¨ªtico.
A lo largo de su historia, CAMPSA no ha cumplido sus objetivos iniciales, pero ha desempe?ado un papel clave en el sector energ¨¦tico y ocupa el primer puesto de las sociedades espa?olas en volumen de facturaci¨®n.
S¨¢nchez de Le¨®n se abstiene
CAMPSA est¨¢ en estos momentos pr¨¢cticamente descabezada. Hace varios meses, el Gobierno design¨® al ex ministro de Sanidad y Seguridad Social y diputado por Badajoz de UCD, Enrique S¨¢nchez de Le¨®n, para presidir la empresa. Aunque el puesto no es ejecutivo, el nombramiento fue una decisi¨®n personal del presidente Su¨¢rez y se produjo con la oposici¨®n del vicepresidente Fernando Abril y del ministro de Hacienda, Jaime Garc¨ªa A?overos. La experiencia empresarial del se?or S¨¢nchez de Le¨®n se limita a haber ocupado temporalmente la asesor¨ªa jur¨ªdica de un banco industrial. El Estado controla algo m¨¢s del 50% del capital de CAMPSA, a trav¨¦s de la Direcci¨®n General de Patrimonio (Hacienda).Desde su nombramiento, el se?or S¨¢nchez de Le¨®n disfruta de la infraestructura propia de la presidencia de tan importante empresa p¨²blica (sueldo discreto, autom¨®vil Citro?n CX, secretar¨ªa, gastos de representaci¨®n y otras gabelas), pero ha sido muy parco en el desempe?o de las funciones presidenciales, concretadas en ostentar la representaci¨®n de la Compa?¨ªa y la moderaci¨®n de las sesiones de consejo de administraci¨®n y comit¨¦ ejecutivo. Las reuniones semanales de este m¨¢ximo ¨®rgano decisorio de la empresa se celebran los martes, y el presidente suele excusarse para acudir al Pleno del Congreso. La delegaci¨®n deber¨ªa recaer en el vicepresidente, Epifanio Ridruejo, representante de Banesto, pero pr¨¢cticamente retirado por su avanzada edad (ochenta a?os). A falta de ¨¦ste, la presidencia pasa a ostentarla el consejero m¨¢s antiguo: otro de los representantes de Banesto en CAMPSA, Santiago Arg¨¹elles (69 a?os), o, en su defecto, el del Banco de Bilbao, Pedro Ampuero. Ambos son personalidades de relieve en el mundo de las finanzas, hijos de personas que tambi¨¦n representaron importantes intereses econ¨®micos en el primer tercio de siglo. En el caso del se?or Arg¨¹elles hay que destacar su condici¨®n de diplom¨¢tico y antiguo embajador en Estados Unidos.
El consejo de CAM PSA es uno de los escaparates m¨¢s peculiares de las sociedades an¨®nimas espa?olas, con m¨¢s de 35 miembros. En ¨¦l se sientan dieciocho personas en representaci¨®n de los intereses del Estado, cubiertos normalmente por decisi¨®n de la Direcci¨®n del Patrimonio (Hacienda) o por la propia Presidencia del Gob i erno. El Gobierno suele utilizar estos corsejos como cementerios de elefantes o consuelo depol¨ªticos despedidos de otros menesteres. Actualmente se sientan en el consejo de CAMPSA siete ex ministros y otros tantos ex subsecretarios.
A los consejeros designados por el Estado hay que a?adir la representaci¨®n de los intereses privados, fundamentalmente la gran banca. Se da la circunstancia de que la banca, en conjunto, no alcanza el control de un 4% del capital de la sociedad, lo que seg¨²n la ley de R¨¦gimen Jur¨ªdico de las Sociedades An¨®nimas no le otorgar¨ªa puesto alguno. Con criterios de proporcionalidad te corresponder¨ªan uno o dos puestos, pero son siete los bancos representados (Banesto, Hispano, Urquijo, Bilbao, Vizcaya, Exterior y Herrero). El primer accionista privado de CAMPSA es la Caixa, de Barcelona, sin asiento en el consejo, cuyo director actual, Jos¨¦ Vilarasau, fue en su d¨ªa director general de la Compa?¨ªa. Los bancos representados en el consejo se reparten lo m¨¢s sustancial del negocio financiero de CAMPSA (medio bili¨®n de pesetas de facturaci¨®n), con arreglo a criterios proporcionales.
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