Schmidt dice "s¨ª" a los misiles de alcance medio
El canciller Helmut Schmidt se ha pronunciado en su discurso ante el congreso socialdem¨®crata, en Berl¨ªn, a favor del crecimiento econ¨®mico, del ahorro de energ¨ªa, recurso a la energ¨ªa nuclear, aceptaci¨®n de los nuevos misiles de alcance medio y en contra de la presencia de los ecologistas en las pr¨®ximas elecciones generales. Todo ello, claro est¨¢, con matices para atraerse a la tendencia m¨¢s cr¨ªtica dentro del propio partido.?Discurso humanista, seg¨²n ha querido el propio canciller, pero cuyo alcance efectivo se ver¨¢ hoy en las votaciones sobre los dos temas clave en este congreso: energ¨ªa nuclear y nuevos cohetes at¨®micos. As¨ª como Brandt, presidente del SPD, se resisti¨® en el primer d¨ªa de congreso a tocar temas concretos, el canciller ha eludido presentar soluciones concretas a los problemas enunciados por ¨¦l mismo.
Un punto en com¨²n entre ambas intervenciones han sido los ataques al candidato democristiano, Franz Josef Strauss, aunque Schmidt haya evitado el ataque personal directo, como hizo Brandt. ?No vivimos para producir, sino al rev¨¦s. En lo sucesivo deberemos producir mejor?, dijo Schmidt sobre el problema del crecimiento econ¨®mico. En cuanto al ahorro energ¨¦tico como objetivo pol¨ªtico, se?al¨® que en este punto pueden estar de acuerdo ecologistas y socialdem¨®cratas, pero que aquellos ser¨¢n considerados ?rivales pol¨ªticos? all¨ª donde concurran como opci¨®n electoral. Respecto de la energ¨ªa nuclear, el canciller se?al¨® que en la pr¨®xima d¨¦cada ?no se podr¨¢ renunciar a una progresi¨®n limitada y a un recurso a la energ¨ªa nuclear?. ?La seguridad tiene preferencia?. Esta seguridad que, tambi¨¦n para Helmut Schmidt, parece condici¨®n a la multiplicaci¨®n de centrales nucleares, exige tambi¨¦n la consideraci¨®n del problema de los residuos nucleares, no resuelto a¨²n desde que el democristiano Ernst Albrecht rechaz¨® la posibilidad de acumulaci¨®n en las minas de sal de Gorleben.
El punto clave en la discusi¨®n del congreso, los nuevos misiles, incluy¨® en el tratamiento del canciller una nueva denuncia de la progresi¨®n del armamento sovi¨¦tico, aunque puso fuera de toda duda que Mosc¨² desea negociar una limitaci¨®n. Helmut Schmidt ha vuelto a insistir en que la introducci¨®n de estas armas tardar¨¢ por lo menos seis a?os; hasta entonces ser¨¢ posible haber llegado a un resultado negociado entre sovi¨¦ticos y norteamericanos en el marco de la conferencia SALT III: ?Ser¨ªa ideal?, dijo Schmidt, ?el que estas negociaciones llegasen a un resultado de modo que fuese innecesaria la instalaci¨®n de las nuevas armas.? En todo caso conf¨ªa en que su visita a Mosc¨², el pr¨®ximo a?o, ser¨¢ positiva para la distensi¨®n europea. El canciller anunci¨® su viaje para la pr¨®xima primavera y un encuentro con el l¨ªder de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana Erich Honecker, a principios de a?o.
El ?gran discurso? que hab¨ªa pedido al canciller el jefe de la fracci¨®n parlamentaria del SPD, Wehner, no parece haber convencido m¨¢s que a los delegados que ya lo estaban previamente. La aton¨ªa que la prensa de ayer ve¨ªa en las intervenciones de la primera jornada no ha desaparecido con el discurso del canciller. El problema de fondo, el de la unidad del partido con vistas a las elecciones generales de, 1980, ha sido planteado gr¨¢ficamente por Helmut Schmidt, pero sin respuesta directa: ?O se mantiene la coalici¨®n social-liberal o se produce el Gobierno en solitario de la democracia cristiana bajo el mando de un hombre incalculable (Strauss).? Pero la falta de unidad interna se manifest¨® ya al final del discurso del canciller: sus palabras quedaron rubricadas con un fr¨ªo apret¨®n de manos de Brandt y con grandes muestras de efusividad por parte de Wehner. ?El parado no es una asociaci¨®n para el apoyo electoral del canciller?, dijo Schmidt al final de su discurso. ?No podemos deparar a nuestros electores (cuarenta millones) una d¨¦cada de aventura pol¨ªtica?.
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