PT y el comit¨¦ de liberaci¨®n de Rup¨¦rez
He recibido numerosas muestras de protesta e indignaci¨®n de militantes y amigos del Partido de los Trabajadores -a las que asumo la m¨ªa propia-, a causa de la carta aparecida en EL PAIS de ayer, y en la que se atacaba a Francisca Sauquillo. Carta que iba firmada por, entre otros, Joaqu¨ªn Aramburu y Manuel Armenta, miembros del comit¨¦ ejecutivo del Partido de los Trabajadores de Espa?a. En la carta, para concluir que se ha de disolver el comit¨¦ para la liberaci¨®n de Rup¨¦rez, para que sus miembros sumen su voz ?a los que denuncian las monstruosidades y aberraciones de este sistema?, se inicia el aserto diciendo que se respeta la actuaci¨®n de Francisca Sauquillo, aunque no se comparta. El respeto a cualquier posici¨®n, si no quiere ser hip¨®crita, debe partir de no deformarla. Es manida la habilidad de combatir fantasmas inexistentes. El que acude a tales m¨¦todos reconoce, de entrada, su falta de raz¨®n.La actuaci¨®n de Francisca Sauquillo en el comit¨¦ de liberaci¨®n de Rup¨¦rez ha servido para desenmascarar las pretensiones iniciales de UCD, y ah¨ª est¨¢n para demostrarlo sus intervenciones en este asunto, tanto en Euskadi como en Madrid. Valga simplemente con citar como ejemplo su llamada a la solidaridad con Euskadi desde las p¨¢ginas de EL PAIS de hace unos d¨ªas o las denuncias de las torturas y actuaciones represivas de las FOP, intervenciones ¨¦stas y todas las dem¨¢s bien conocidas.
Es cosa palmaria que un hecho que permanentemente frena la ampliaci¨®n y desarrollo de la democracia y que pone en peligro su propia continuidad es la din¨¢mica acci¨®n represiva del Gobierno-acci¨®n terrorista, que se alimentan mutuamente. De ah¨ª que sea una obligaci¨®n hacer todo lo que se presente al alcance de la mano para romper esta din¨¢mica. Ya se ha visto que no basta con hacer declaraciones verbales ante cada hecho de esta naturaleza. Es necesario actuar, y actuar en todo lo que se presente para hacerle m¨¢s dificil al Gobierno sus actos contrarios a la democracia.
Esto incluye despojarle de los ?motivos? que le sirven en bandeja los actos terroristas. La acci¨®n pro pagandistica que el Gobierno de UCD est¨¢ realizando ahora no es nada comparada con la que se prepara si la amenaza que pende sobre la vida de Rup¨¦rez se llegara a materializar, sin ya referirse a las previsibles actuaciones represivas. Hacer abstracci¨®n de la presencia de Francisca Sauquillo en el comit¨¦ de liberaci¨®n de Rup¨¦rez, ocultando la raz¨®n pol¨ªtica existente para ello, es la mayor ofensa que puede hacerse a una posici¨®n a la que se dice respetar. ?A qu¨¦ viene recordar a Francisca Sauquillo qui¨¦n es y qu¨¦ hace UCD? ?Es que Francisca Sauquillo no tiene ganada, ya desde los a?os del franquismo, ?la autoridad de quien est¨¢ al lado de la libertad y del respeto a los derechos humanos para conde nar el secuestro de Rup¨¦rez?, autoridad moral que le niegan los autores de la carta? ?Es que los firmantes de la carta no han le¨ªdo el art¨ªculo de Francisca Sauquillo, al . que aluden pero en absoluto toman en consideraci¨®n? Lo improcedente de la carta referida se ve agravado adem¨¢s por el hecho de que miembros del comit¨¦ ejecutivo del Partido de los Trabajadores participen en este ataque, cuando ni siquiera han llegado a plantear el tratamiento de la cuesti¨®n en el organismo a que pertenecen. Este hecho es totalmente inexplicable, a no ser que se busque confundir a la opini¨®n p¨²blica presentando supuestas diferencias entre derechistas e izquierdistas en el seno del Partido de los Trabajadores, cuando las diferencias que se den lo son entre lo err¨®neo y lo justo, y entre el marxismo-leninismo y el apartarse de ¨¦l para sustituirlo por un radicalismo infantil.
(del secretariado permanente del Partido de los Trabajadores de Espa?a -ORT-PTE- y responsable de relaciones pol¨ªticas.)
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