Sa Carneiro se enfrenta en Portugal a la renovaci¨®n de convenios colectivos
Las consecuencias del cambio de mayor¨ªa parlamentaria, en el terreno laboral, es el punto que solicita las mayores atenciones en este momento, de pausa forzada, que registra la vida pol¨ªtica portuguesa, a la espera de la publicaci¨®n oficial de los resultados de las elecciones ¨²ltimas.
En sus primeras declaraciones p¨²blicas, Francisco Sa Carneiro, que asume ya sus responsabilidades de jefe de Gobierno, ha multiplicado las afirmaciones tranquilizadoras: justicia social, lucha contra el paro y contra la inflaci¨®n ser¨¢n las preocupaciones prioritarias del futuro poder ejecutivo. No habr¨¢ depuraciones ni persecuciones pol¨ªticas. Pero s¨ª una actitud dialogante y de respeto para quien trabaje,Los comunistas y la CGTP-Intersindical, que tienen la voz cantante en materia de agitaci¨®n laboral. se limitan, de momento, a anunciar ?oposici¨®n firme? y defensa intransigente de los derechos alcanzados y de los intereses de los trabajadores.
De las tres confederaciones patronales (industria, agricultura y comercio) que han expresado conjuntamente su satisfacci¨®n por la victoria de Alianza Democr¨¢tica y por el ?regreso decidido a la iniciativa privada y a la econom¨ªa de mercado?, la ¨²ltima es la ¨²nica en haber planteado inmediatamente una exigencia: la confederaci¨®n del comercio pide que sea restablecido el ?techo? salarial, suprimido hace quince d¨ªas por el Gobierno Pintassilgo.
Pero las realidades laborales no pueden permitir por mucho tiempo este prudente tanteo de terreno. Hay centenares de convenios colectivos por renovar, que desde hace mucho, tiempo han superado el plazo legal de validez (un a?o), y cuya negociaci¨®n se encuentra paralizada a diversos niveles. Teniendo en cuenta que en 1978 y 1979 la tasa de inflaci¨®n se situ¨®. respectivamente, en el 22% y 24%, es f¨¢cil hacerse una idea de la degradaci¨®n del poder de compra de los salarios y de las tensiones existentes en el campo social.
Por motivos pol¨ªticos y electoralistas, los comunistas han funcionado durante los ¨²ltimos meses como un poderoso freno al movimiento reivindicativo. Importantes conflictos laborales han sido desconvocados a ¨²ltima hora, o reducidos a paros simb¨®licos. La pol¨ªtica seguida por el Ministerio de Trabajo del Gabinete Pintassilgo ayud¨® fuertemente a esta pol¨ªtica de contenci¨®n. Las medidas sociales adoptadas por el Gobierno en sus ¨²ltimas reuniones adquieren, a la vista de los resultados electorales, todo su valor como factor de estabilizaci¨®n.
Un conjunto de razones que permiten suporter un ascensi¨®n controlada de la agitaci¨®n social. El poderoso. sindicato de los funcionarios p¨²blicos (200.000), dominado por la Intersindical, anuncia movilizaciones que pueden ser un punto de arranque.
El Partido Socialista, al rechazar ayer tajantemente el ofrecimiento comunista de una acci¨®n com¨²n concertada de la izquierda, se remite voluntariamente a la posici¨®n de testigo en el enfrentamiento que se aproxima.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.