El presidenciable
Antonio Garrigues-Walker, etiqueta yanqui, nos da una ?cena con ocasi¨®n de la reuni¨®n en Madrid de los intelectuales latinoamericanos exiliados en Espa?a?. A Antonio se le filia en las pistas de tenis pol¨ªtico como proyanqui, los yanquis son filiados como culpables de algunas dictaduras del Cono Sur, y los exiliados de esas dictaduras acuden al abrigo del fuerte pecho superm¨¢n de Antonio G/W. Hay problemas circulares y c¨ªrculos no necesariamente viciosos, que esperan la cuadratura de un hombre en¨¦rgico: Antonio.Funciona una cosa que se llama ?Delegaci¨®n en Espa?a del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para Refugiados?, y cuyo representante en Madrid es Guy Prim, un delicado y casi adolescente intelectual/ soci¨®logo que me habla de mis neologismos como si fueran los de Bernard Henri-Levy. Se lo agradezco y le voy a pedir a Adriano del Valle, hijo del poeta del Movimiento, vendedor de cosechadoras y director de Primer Plano durante el R¨¦gimen (que aquello s¨ª que era un R¨¦gimen), le voy a pedir, digo, dec¨ªamos ayer, que me filme en La Clave, ahora que han quitado a Balb¨ªn por rebelarse contra un c¨¢mara -Adr¨ªano- que se le rebelaba. Con lo que acaba el cuento de la buena pipa de Balb¨ªn y La Clave acabar¨¢ moder¨¢ndola Joe R¨ªgoli. Yo no lo veo mal.
Nuestro presidenciable es consejero de ese Alto Comisionado y anoche nos dio su cena, con su santa esposa y sus hijas (bella Helena, como un Giotto palidecido por el Tiempo: luego Antonio me ense?ar¨ªa la foto de la peque?a, foto que lleva en la cartera), a m¨¢s de las criadas filipinas, Azc¨¢rate, Jos¨¦ Luis Sampedro, Mart¨ªn-Abril, Galeano y otros valiosos latinoch¨¦s, y mi muy querido y admirado V¨ªctor M¨¢rquez, de Triunfo: ?Que le le¨ªamos a usted mucho en El Nacional de Caracas, Umbral?, me dice Azc¨¢rate. Y luego ri?e un poco a los entra?ables latinoch¨¦s por andar porteando ?maletas de l¨¢grimas? y no pedirnos cosas concretas a los espa?oles.
-C¨®mo les ri?e: ni que fuera de derechas -me dice un confidente.
Invitado por Antonio Etiqueta a hablar, digo que en esta profesi¨®n del periodismo, tan peligrosa como las de bombero y paracaidista (ning¨²n argentino se hace bombero ni paracaidista), pero mucho m¨¢s abierta, hemos sido gozosarnente invadidos, en Madrid y Barcelona, por grandes, medianos e m¨¢s chicos periodistas del Cono Sur, y todos nos est¨¢n aportando cosas buenas y malas (las malas, m¨¢s importantes que las buenas, porque le sacuden traurnas y demonios interiores al reprimido/ represaliado periodista espa?ol).
Dado que los exiliados se ponen en guardia, le pido a Helena que ponga el disco, porque Antonio y yo tenemos nuestra arma secreta, que es un disco de Neruda -Los Versos del Capit¨¢n- cantado por alguien. Cada vez que la Conquista, la massacre, la Independencia, Hern¨¢n Cort¨¦s y el Padre Las Casas se revuelcan en cruenta disputaci¨®n sobre la moqueta funcional de Garrigues, me apresuro:
-Helena, amor, el disco.
Momento que Galeano aprovecha para constatar l¨²cidarnente conmigo que estamos de acuerdo. Al presidenciable le entro en corto y por derecho a la hora de la tarta de la casa:
-No puedes dejarle ese puesto tan fino a Felipe, Antonio. La Presidencia del Gobierno es para ti.
-Su¨¢rez est¨¢ muy precavido y Paco Ord¨®?ez a veces se vuelve atr¨¢s -me dice.
O sea, que est¨¢ embalado. Su hermano Joaqu¨ªn se ha autoeliminado por escepticismo y Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez tiene demasiada cultura literaria para economista. Podr¨ªa ser un Hamlet de la Moncloa, y Hamlet nunca fue calvo. AG/W tiene la crencha m¨¢s kennediana y va dejando un rastro m¨ªtico de hermanos, como Ted. S¨®lo le falta hundir una secretaria en Chappaquiddick o en el Puente de Segovia, pero las secretarias, ahora, flotan, porque las hacen de poliuretano para que sirvan de mu?eca hinchable durante la media hora del bocadillo. Por la ma?ana, los pol¨ªticos off-off me dicen que el pa¨ªs no soportar¨ªa ese recambio de Su¨¢rez/Walker. A lo mejor los EEUU, s¨ª.
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