Leizaola traspasa la legitimidad hist¨®rica a Garaikoetxea

(Viene de primera p¨¢gina)

Asimismo estaban invitados los consejeros del Gobierno vasco en el exilio, las viudas de Jos¨¦ Antonio de Aguirre y otros consejeros fallecidos, y Manuel Irujo.

Llam¨® la atenci¨®n la ausencia de los diputados, junteros y consejeros de UCD, PSOE y PC de Euskadi, que prefirieron no asistir al acto por considerar que el mismo ten¨ªa un marcado car¨¢cter partidista y carec¨ªa de otro valor que el simb¨®lico. No opinaba lo mismo Euskadiko Ezkerra, que envi¨® una importante representaci¨®n a la ceremonia.

Cuando el acto se iniciaba, los miembros de las Juntas Generales abandonaron el sal¨®n de juntas. El presidente de las mismas, Jos¨¦ Mar¨ªa Makua, hab¨ªa recibido el recado de un conserje que le advert¨ªa de una llamada del Gobierno Civil, en la que se le invitaba a colocar junto a la ikurri?a, que ondeaba en solitario en el m¨¢stil de la Casa de Juntas, la bandera espa?ola. Los junteros decidieron hacer caso omiso al consejo. Una hora m¨¢s tarde, el se?or Makua recibi¨® un recado del mismo conserje anunci¨¢ndole que hab¨ªa llamado el jefe de puesto de la Guardia Civil, comunicando que se deb¨ªa o bien izar la bandera espa?ola o bine arriar la ikurri?a y que, caso de no obedecer la recomendaci¨®n, entrar¨ªa la Guardia Civil en la Casa de Juntas para realizar la citada operaci¨®n. Nuevamente los junteros abandonaron la sala y, reunidos, decidieron hacer caso omiso a la llamada.

Ayer, por la tarde, el Gobierno Civil de Vizcaya negaba, en un comunicado, la existenc¨ªa de requerimientos de este tipo por parte de la autoridad gubernativa ni de la Guardia Civil.

Jes¨²s Mar¨ªa de Leizaola, esta vez ya visiblemente emocionado, ley¨®, primero en euskera y luego en castellano, un largo discurso en el que hizo un resumen de toda la gesti¨®n del Gobierno vasco, desde su constituci¨®n y salida al exilio hasta nuestros d¨ªas. ?Os presentamos?, dijo el lendakari, ?con los documentos y el archivo del Gobierno vasco, el descargo colectivo de nuestra gesti¨®n y nos ponemos a la entera disposici¨®n de las autoridades aut¨®nomas elegidas y de las instituciones que vayan constituy¨¦ndose, para responder de cuanto hubimos de hacer en inter¨¦s y defensa de Euskadi.?

?Vosotros ten¨¦is en vuestras manos?, dijo, dirigi¨¦ndose al Consejo General Vasco, ?la condici¨®n de Gobierno provisional aut¨®nomo vasco en v¨ªrtud de los cauces abiertos por el proceso constitucional espa?ol. Hab¨¦is recibido vosotros el mandato de consolidar esa paz con el r¨¦gimen de monarqu¨ªa del Estado espa?ol sancionado por la reciente Constituci¨®n.?

Concluy¨® su intervenci¨®n el lendakari con estas palabras: ?El Gobierno de Euskadi, que cesa en estos momentos, cree que es a vosotros, las nuevas autoridades vascas elegidas democr¨¢ticarriente a quienes corresponde hablar en su caso y actuar en todo momento. Os deseamos el m¨¢ximo acierto en vuestras decisiones. Que las vuestras y las nuestras sirvan al engrandecimiento y a la paz interna y exterior de nuestro pueblo y de la humanidad.?

Luego entreg¨® a Carlos Garaikoetxea las llaves de la delegaci¨®n del Gobierno vasco en Par¨ªs, para simbolizar el traspaso de la legitimidad que representaba a la instituc¨ª¨®n aut¨®noma vasca legal, el CGV.

Tras alabar el papel jugado por el Gobierno vasco en el exilio durante la ¨¦poca franquista y la propia personalidad de Jes¨²s Mar¨ªa de Leizaola (?testimonio de abnegaci¨®n y dignidad humana y pol¨ªtica al servicio de Euskadi?), Carlos Garaikoetxea se refiri¨®, en su discurso, al presente del proceso auton¨®mico, destacando los aspectos positivos del Estatuto de Autonom¨ªa, ?que por primera vez en la historia proclama?, dijo, ?en una norma legal b¨¢sica, la nacionalidad vasca; manifiesta la no renuncia del pueblo vasco a la recuperaci¨®n de sus derechos de autogobierno y delimita el ¨¢mbito naturalEl tema de Navarra

Pas¨® posteriormente a referirse extensamente al tema de Navarra, puntualizando las afirmaciones que han hecho (?paisanos m¨ªos de nacimiento o adopci¨®n?) en torno a la significaci¨®n e interpretaci¨®n del segundo refer¨¦ndum, de reforma del Estatuto vasco, que habr¨ªa de celebrarse en la comunidad vasca -incluida Navarra- si esta provincia acepta, por medio de un primer refer¨¦ndum, incorporarse a dicha comunidad. ?Una realidad es clara: Navarra, a trav¨¦s de su Parlamento Foral, representativo de la voluntad de los navarros, debatir¨¢ tan exhaustivamente como quiera, la adhesi¨®n de Navarra al r¨¦gimen auton¨®mico vasco, decidir¨¢ el fondo y la forma de la cuesti¨®n con el detalle que lo desee, y un refer¨¦ndum de todos los navarros ratificar¨¢ la decisi¨®n de ese Parlamento. El Parlamento Foral seguir¨¢ representando la voluntad je Navarra y velando por su salvaguardia, con posterioridad al refer¨¦ndum, pero Navarra habr¨¢ decidido ya su adhesi¨®n a la comunidad aut¨®noma, libre y conscientemente, y ese segundo refer¨¦ndum es l¨®gico que lo realice la comunidad como tal.

?Echar una cortina de humo sobre todo el proceso previo al que me he referido?, a?adi¨® el se?or Garaikoetxea, ?es pretender extremar las cosas, propon¨ªendo una segunda consulta consecutiva por si falla la primera.?

Afirm¨® luego el se?or Garaikoetxea que el CGV va a negociar lealmente, con racionalidad y paciencia, las leyes org¨¢nicas (?los primeros proyectos pueden encorsetar el Estatuto?) y el desarrollo del texto estatutario. ?Pero seremos?, a?adi¨®, ?absolutamente firmes en la exigencia de una interpretaci¨®n extensiva y no restrictiva del Estatuto. Nadie debe caer en la tentaci¨®n de especular con la posibilidad de que el 25 de octubre hayamos hipotecado nuestra capacidad de reacci¨®n por el hecho de haber proclamado elamorosamente nuestra conformidad con el Estatuto.?

Se refiri¨® luego al retraso con que se est¨¢n llevando a cabo las transferencias al CGV. ?Esperamos que la t¨®nica cambiar¨¢ en los pr¨®ximos meses Y que algunos aspectos inaceptables de las leyes org¨¢nicas, que pueden ir en menoscabo de la interpretaci¨®n del Estatuto, sean modificados. Seremos absolutamente leales y constructivos mientras no se recorten interpretaciones pos¨ªbles del Estatuto, pero denunciaremos en¨¦rgicamente cualquier planteamiento que, directa o indirectamente, signifique una restnccion en su desarrollo, y pedireos a nuestro pueblo que exprese con igual energ¨ªa su posici¨®n en tales supuestos.?

Volvi¨® a insistir Carlos Garaikoetxea en su preocupaci¨®n por el tema de la violencia en Euskadi, en la evidencia de que las medidas de gracia de 1977 no han servido de ?borr¨®n y cuenta nueva? deseado, y en que los que contemplaron con escepticismo una reforma pol¨ªtica que no restitu¨ªa ipso facto al pueblo vasco sus libertades nacionales, siguen envueltos en una estrategia de violencia.

?Por eso yo he dicho con frecuencia y consciente del esc¨¢ndalo que pod¨ªan causar mis palabras?, a?adi¨®, ?que hab¨ªa que estudiar el problema de la posible reconciliaci¨®n con gran generosidad e imaginaci¨®n., a partir de una aut¨¦ntica perspectiva hist¨®rica del problema. Hoy, que tenemos entre nosotros al m¨¢s ilustre y veterano de los exiliados, yo estoy seguro que somos muchos los que compartimos un sentimiento hondo, por el que desear¨ªamos ver entre nosotros a todos los que padecen c¨¢rcel o exilio, y que consecuentes con este sentimiento trabajaremos para que esta gran operaci¨®n de la reconc¨ªliaci¨®n pueda tener lugar.?

?Pero a nadie se le oculta que para ello es imprescindible crear las condiciones objetivas que lo permitan, ya que no deja de ser contradictorio, y hasta cruelmente sarc¨¢stico que, en ocasiones, invoquen la amnist¨ªa los mismos que sentencian a sus v¨ªctimas con tiros inmisericordes, con cartas de extorsi¨®n a plazo fijo o por otros procedimientos atentatorios a los m¨¢s elementales derechos.?