Alcoy, una ciudad que se resiste a morir
Fum¨¢ndose un porro en Greenwich Village, el barrio bohemio de Nueva York; leyendo a Federico Engels, o siguiendo la pista a las mantas de pelo de camello que utilizaron los marroqu¨ªes en la ?marcha verde? sobre el Sahara, puede uno encontrarse con el nombre de Alcoy. Nombre de una ciudad valenciana de 65.000 habitantes, capital natural de las comarcas de L'Alcoia y El Comtat, que fue sede de la Internacional, ha vivido cerca de tres a?os en r¨¦gimen casi de autogesti¨®n (con la industria textil y metal¨²rgica incautada y bajo control obrero) y ha sido vanguardia durante dos siglos, (desde mediados del siglo XVIII a mediados del siglo XX) en la industrializaci¨®n de nuestro pa¨ªs y en las luchas del movimiento obrero internacional. La crisis y el paro en esta ciudad, donde prosperidad y recesi¨®n se han ido alternando sin soluci¨®n de continuidad hasta nuestros d¨ªas, adquieren rasgos y dimensiones peculiares que la diferencian de otras localidades, incluso de su entorno geogr¨¢fico.
Al otro lado del puerto de la Carrasqueta, a caballo entre Alicante y Valencia, Alcoy resbala, se desmorona f¨ªsicamente, por las laderas calizas e inseguras de la ¨²ltimas estribaciones del sistema b¨¦tico oriental.Una de las principales preocupaciones de esta corporaci¨®n, comenta el alcalde socialista de Alcoy, Josep Sanus Tormo, se centra en consolidar los terrenos sobre los que se asienta esta ciudad. Hace tres a?os se produjo una especie de alud y hubo suerte, pudo haber sucedido una de las desgracias mayores que han tenido lugar en este pa¨ªs, al quedar varias manzanas de viviendas erguidas al borde mismo del precipicio que provoc¨® el alud. Hubo que desalojar cincuenta o sesenta familias, y los trabajos de consolidaci¨®n del terreno a¨²n contin¨²an. En nuestros d¨ªas, a?ade el alcalde, jam¨¢s se ubicar¨ªa una ciudad en un terreno como este.
Cien a?os antes del inicio de la crisis econ¨®mica actual, en 1873, en Alcoy rod¨® la cabeza de un alcalde, Agust¨ªn Albors, y las posesiones de los principales contribuyentes de la ciudad fueron incendiadas. El nombre del petr¨®leo, producto que utilizaron los revolucionarios para provocar los incendios, pas¨® a formar parte de la denominaci¨®n del proceso hist¨®rico (m¨¢s de treinta kilos de papel barba que se conservan en los archivos del Ayuntamiento) de aquellas jornadas de levantamiento obrero. La crisis que vivimos y que vive Alcoy hoy, parad¨®jicamente, vuelve a estar relacionada con el petr¨®leo.
La moral alcoyana
La crisis y el paro tienen en Alcoy unas caracter¨ªsticas muy diferenciadas, dif¨ªciles de explicar si se prescinde del contexto hist¨®rico (este pueblo lleva trescientos a?os superando peri¨®dicamente crisis econ¨®micas) y de la afamada moral alcoyana, mezcla de tes¨®n y de chauvinismo, que es algo m¨¢s que un t¨®pico.
??Parados hoy en Alcoy? No s¨¦.... yo dir¨ªa que no hay parados. Puede que existan unos 3.000, pero en realidad no est¨¢n desempleados. Trabajan para las f¨¢bricas en sus domicilios.? Tan sorprendente opini¨®n no corresponde al responsable local del Ministerio de Trabajo ni a un cualificado miembro de la patronal, sino al secretario general de la UGT alcoyana. Antonio P¨¦rez, que as¨ª se llama este curioso personaje (?Estoy en UGT porque la CNT no funciona o funciona muy mal, pero, en el fondo, aqu¨ª todos somos cenetistas?), sostiene que si todo el trabajo que se hace a domicilio en esta ciudad se hiciera en sus f¨¢bricas, no habr¨ªa paro en Alcoy.
Es una idiosincrasia moldeada por la lucha continua contra un medio geogr¨¢fico hostil, contra una tradicional incomprensi¨®n de la Administraci¨®n central (Alcoy sigue muy mal comunicado) y contra la falta casi absoluta de materias primas y recursos naturales. Es, en definitiva, la voluntad de los alcoyanos para no dejar morir su ciudad.
En este sentido, y en contra de lo que sucede en el resto del pa¨ªs, casi semanalmente se presentan a la permanente del Ayuntamiento de Alcoy -seg¨²n afirma su alcalde- solicitud de licencias para apertura de nuevas industrias.
Batanes y molinos de papel
De 1561 data la consecuci¨®n de los llamados ?Capitols i Ordenacions del Ofici de Perayres de la Villa de Alcoi, decretats per lo Gobernador de Valemsia?, primer documento sobre la existencia de un gremio que se conserva en la f¨¢brica de pa?os.
El paso definitivo a poblaci¨®n industrial, sin embargo, se produjo -segun un estudio del Gabinete Sigma- a mediados del siglo XVIII. ?Este decisivo cambio vendr¨¢ determinado por el auge de la industria textil y tambi¨¦n por la creaci¨®n de la industria papelera. ?
Hacia la mitad del siglo XVIII, la principal fuente de ingresos en Alcoy fue la industria textil, y la producci¨®n en este sector triplic¨® sus cifras de 1700. Al auge textil hay que a?adir, a partir de los cincuenta, una pujante industria papelera que compiti¨®, ofreciendo salarios m¨¢s elevados incluso, con la industria textil en el aprovechamiento de la mano de obra local.
De pueblo agr¨ªcola a ciudad industrial
Bastante elocuentes para ver la transformaci¨®n de una poblaci¨®n agraria pobre en una urbe industrial pujante son los datos porcentuales de poblaci¨®n activa. En 1730, el 62,2 1 % de la poblaci¨®n activa alcoyana estaba empleada en la agricultura; el 25%, en la industria textil; el 7%, en la artesan¨ªa, y un 5%, en comercio, transportes u otras profesiones. Sesenta a?os despu¨¦s, en 1790, tan s¨®lo el 33% de la poblaci¨®n se dedica a la agricultura, en tanto que la industria textil ocupa al 48 %, y la papelera, al 5,5 %. Los dem¨¢s porcentajes contin¨²an pr¨¢cticamente invariables.
De la ?agresividad? de estos pioneros industriales es buena muestra la carta dirigida por Vicente Albors, que transform¨® un molino bat¨¢n en f¨¢brica de papel en 1755, a Gregorio Mayans. En ella le dice que ha contratado a un t¨¦cnico holand¨¦s y que con su colaboraci¨®n est¨¢ ?montando una m¨¢quina llamada de cilindro, la que espero ver operando antes de Navidad, con cuyo adelanto multiplicar¨¦ la cantidad de resmas y abaratar¨¦ su precio, y si consigo esto, tendr¨¢ nuestro reino el honor de ser el primero que ha, tra¨ªdo a Espa?a este nuevo descubrimiento?.
Es en estos a?os tambi¨¦n cuando se empieza a fabricar en Alcoy papel de fumar, base de la producci¨®n papelera durante todo el siglo XIX, que se exporta en cuantiosas cantidades a Am¨¦rica. Hoy, doscientos a?os despu¨¦s, entre los pocos productos espa?oles que se encuentran en cualquier comercio de barrio neoyorquino, se encuentra el papel de fumar alcoyano. Con unas presentaciones muy americanas, desde caricaturas de Nixon y el Watergate a estampaciones floreadas o psicod¨¦licas, los librillos de papel de fumar alcoyano son los m¨¢s estimados por los consumidores de yerba para liar sus porros.
Oposici¨®n al maquinismo
En 1821 las m¨¢quinas ten¨ªan que ser custodiadas de forma permanente para preservarlas de las iras del campesino despedido. El 2 de marzo de aquel a?o m¨¢s de 1.200 hombres armados se dirigieron hacia las f¨¢bricas situadas en el exterior de la villa. El Ayuntamiento no tuvo fuerzas para contener el mot¨ªn y vio, impotente, c¨®mo numerosas f¨¢bricas fueron atacadas y su maquinaria destruida.
Entre la efervescencia social se impuso el maquinismo, que, a partir de 1929, fecha en que lleg¨® importado de B¨¦lgica, dar¨¢ un paso adelante m¨¢s con el sistema Cockril y las estambreras. La escasez de energ¨ªa, problema fundamental de la industria alcoyana (movida por agua en zona de peri¨®dicas sequ¨ªas), se pali¨® con la utilizaci¨®n del vapor (la primera caldera se construy¨® para calentamiento de tintes en 1932). Ello supuso la apertura en la comarca de unas minas de lignito de pobre contenido calor¨ªfico.
"?Guerra a muerte al libre-cambio!"
La p¨¦rdida del mercado andaluz, el tratado comercial con Francia de 1882, impuesto por los terratenientes y que desencaden¨® entre los industrales una fiebre de revindicaciones proteccionistas, y finalmente el convenio comercial con Inglaterra, jalonan la aguda crisis que atravesaron. Catalu?a y Alcoy en esa d¨¦cada. El Eco de Alcoy, peri¨®dico de la burgues¨ªa industrial local, public¨® estos d¨ªas un art¨ªculo con el t¨ªtulo ??Guerra a muerte al libre-cambio!?, en el que se afirmaba que ya no era posibe, en 1887, una postura pasiva, y que hab¨ªa que acudir a la lucha y declarar ?la guerra sin cuartel a Ios enemigos de la riqueza nacional?. Otra publicaci¨®n local, El Serpis expuso un a?o despu¨¦s las causas, a su entender, de la grave crisis: exceso de producci¨®n a nivel internacional, por una parte, e invasi¨®n de productos extranjeros (agr¨ªcolas e industriales), corrupci¨®n e inmoralidad de la Administraci¨®n, exceso de tributaci¨®n y desigualdad de las cuotas y carencia de mercados, a nivel nacional.
Oyendo hoy, tan s¨®lo hace unas semanas, al empresariado alcoyano, parece que tales art¨ªculos, publicados hace cien a?os, contin¨²an en buena medida vigentes. Francia y su proteccionismo, el desarme arancelario y la integraci¨®n espa?ola en el Mercado Com¨²n, Ios muchos impuestos y la desatenci¨®n de la Administraci¨®n Central, y desde luego las dificultades financieras, enmarcan a su juicio esta nueva crisis, derivada de los precios del petr¨®leo.
Una larga tradici¨®n de luchas obreras
Tras los movimientos del ?luddismo? alcoyano de 1821, constituyeron ?la primera huelga de hondo sentido en Espa?a?, se sucedieron peri¨®dicamente nuevos intentos de recuperar los puestos de trabajo destruyendo las m¨¢quinas, y conflictos por reivindicaciones de car¨¢cter social o salarial.
En este clima, seg¨²n explic¨® a EL PAIS Joan Valls, poeta insigne y archivero mayor del municipio, llegaron a Alcoy las teor¨ªas bakuninistas, que prenden con fuerza. Hasta el punto de que la Internacional se instala en esta ciudad, en una casa que todav¨ªa existe en la calle del Horno del Vidrio, 6, desde primeros de 1873 hasta el mes cle julio. Unas peticiones de mayores salarios sirvieron de pretexto al internacionalismo para ensayar la revoluci¨®n. Los d¨ªas 9, 10 y 11 de julio, tras celebrar asamblea los obreros en una vieja plaza de toros, se desencadena una aut¨¦ntica revoluci¨®n. Barricadas, luchas en las calles, asalto del Ayuntamiento), asesinato del alcalde e incendio de las posesiones de los mayores contribuyentes.
Alcoy, una ciudad que se resiste a morir.
En 1919 se sucedieron las huelgas, alentadas por la CNT, reivindicando la jornada de ocho horas. Y en 1928 una huelga surgida en la f¨¢brica de Terol Hermanos se convirti¨® en huelga general.M¨¢s tarde, en 1936, los obreros incautar¨¢n las industrias del textil Y del metal, que, durante tres a?os, funcionar¨¢n a tope, las veinticuatro horas del d¨ªa, bajo su control.
"El obrero, hoy, es menos responsable"
Antonio Palacios, a quien la patronal le ha propuesto que vaya a ordenar sus papeles sobre los a?os de la incautaci¨®n, se muestra muy pesimista sobre la crisis actual. ?La veo muy dif¨ªcil, m¨¢s que la de entonces. No tengo confianza hace tres a?os que alguien deb¨ªa responsabilizarse de estos temas y no se ha hecho. La izquierda ha tenido demasiadas prisas y el obrero no es tan responsable hoy como el de mis tiempos.?
Pese a la nota pesimista del viejo sindicalista, del superviviente de otras ¨¦pocas, en Alcoy se piensa que no todos los tiempos pasados fueron mejores y que de peores baches han salido. La experiencia y el chauvinismo les impide quedarse paralizados, en lamentaciones, porque esta ciudad -antes que otras- morir¨ªa, incluso f¨ªsicamente, a poco que permanecieran de brazos cruzados.
Beligerancia frente a la crisis
Tal vez por ello aqu¨ª los sindicalistas hablan de subempleo y, aun mostr¨¢ndose preocupados por el paro y la crisis, no dramatizan. Los empresarios, por su parte, aguantan e incluso invierten. Y en el Ayuntamiento, dirigido por un socialista, se produce la excepci¨®n a la regla de los municipios regidos por la izquierda: socialistas, centristas y comunistas se han puesto de acuerdo para salvar la ciudad. ?La crisis es brutal, tanto que la propia supervivencia de Alcoy est¨¢ en juego?, opina Josep Sanus, el alcalde. Por ello, llam¨® a los empresarios al poco tiempo de hacerse cargo del Ayuntamiento y les propuso crear, junto con las centrales sindicales, un consejo econ¨®mico y social para afrontar la crisis en Alcoy. ?Un organismo?, recalca el alcalde, ?que no debe ocuparse de, los conflictos laborales que surjan o de las reclamaciones salariales; para eso?, dice, ?deben entenderse fuera del Ayuntamiento patronales y sindicatos. Se trata exclusivamente?, a?ade Josep Sanus, ?de estudiar la crisis en l¨ªneas generales y hacer frente a la misma.? El consejo econ¨®mico y social, tal y como lo pretend¨ªa el alcalde, no s¨®lo est¨¢ funcionando, sino que en su haber cuenta ya con un proyecto muy adelantado relativo a la creaci¨®n de una cooperativa para la selecci¨®n de trapos (materia prima para los regenerados), que va a suponer la creaci¨®n de dos centenares de puestos de trabajo ?para paliar el desempleo?.
Por otra parte, la falta de suelo industrial ha propiciado que muchos empresarios alcoyanos hayan montado sus factor¨ªas en Cocentaina y otras poblaciones cercanas. En estos momentos, desde el Ayuntamiento, se est¨¢ ofertando infraestructura, suelo industrial y est¨¢ muy avanzado un proyecto para crear una fundaci¨®n municipal de dise?o industrial, que se considera primordial para potenciar un relanzamiento.
La concordia es tal, en esta Corporaci¨®n, que un empresario y concejal ucedista coment¨® que ¨¦l firmar¨ªa ya mismo porque Josep Sanus vuelva a salir alcalde en las pr¨®ximas elecciones, ?aunque no sea de mi partido?.
El 40% de las empresas en suspensi¨®n de pagos te¨®rica
La crisis de 1973 aterriz¨® sobre una industria que en Alcoy estaba apenas elev¨¢ndose de un profundo bache. En la segunda mitad de los a?os cincuenta y en la d¨¦cada de los sesenta fue tan grave la crisis de la pa?er¨ªa que hoy, pr¨¢cticamente, no existe. Muchos empresarios cayeron, pero surgieron otros nuevos y algunos de los viejos apellidos industriales supieron una vez m¨¢s invertir, reconvertir sus instalaciones y dar un giro radical a su producci¨®n. El textil-hogar, los g¨¦neros de decoraci¨®n (visillos, colchas, manteler¨ªas) sustituyeron en un per¨ªodo cort¨ªsimo de tiempo a las viejas producciones. ?Alcoy ha hecho un cambio tan r¨¢pido, que parece imposible. Hemos pasado de los regenerados, de los que se dec¨ªa que el olor no se cobraba, a una industria textil de vanguardia en nada de tiempo?, afirmaba Juan Rico, presidente de la Agrupaci¨®n Textil de Alcoy.
Pero Alcoy est¨¢ sangrante, seg¨²n este dirigente empresarial, ?porque la crisis de 1973 nos ha sorprendido con grandes inversiones reci¨¦n realizadas y sin amortizar. Aqu¨ª estamos resistiendo desde el a?o 1973 como podemos, ech¨¢ndonos una mano unos a otros para sortear la crisis, en la esperanza de que se produzca pronto un cambio de coyuntura?, a?ade Juan Rico. ?En teor¨ªa, en Alcoy, el 40% de las empresas est¨¢n en suspensi¨®n de pagos. Resistimos porque somos as¨ª y nos gusta nuestro pueblo. El empresario aqu¨ª es m¨¢s industrial que financiero. Nos arruinamos, pero seguimos para adelante.? Juan Rico, no obstante, se queja del mal estado en que se encuentra el mercado nacional, de la falta de ayudas a la exportaci¨®n (?que si no se le da apoyo, no va?) y de las repercusiones de los cambios de paridad en las monedas. El proteccionismo franc¨¦s, la integraci¨®n en la CEE y la dura competencia italiana preocupan a estos industriales que, pese a todo, como dice Juan Rico, siguen adelante y procuran estar al d¨ªa: tres aviones han fletado para acudir a la feria de Hannover.
La industria del metal alcoyano tambi¨¦n atraviesa una aguda crisis, y la del papel, pese a la situaci¨®n de Papelera Espa?ola, que suspendi¨® pagos, s¨®lo padece una crisis importada. La factor¨ªa alcoyana va muy bien, pero ha visto complicada su marcha por la desgraciada inversi¨®n que Papelera hizo en la factor¨ªa de Salamanca. La posible venta de esta ¨²ltima a una multinacional volver¨ªa a convertir a la factor¨ªa alcoyana y a su papel de fumar en un negocio pr¨®spero.
En cuanto al paro, el sector m¨¢s afectado es el metal (se han cerrado muchos mercados externos a la m¨¢quina-herramienta), pero todav¨ªa -en comparaci¨®n con lo que ocurre en el resto del pa¨ªs- no es excesivamente preocupante. M¨¢xime cuando, como afirma el secretario general de la UGT local, el problema aqu¨ª es m¨¢s de subempleo que de desempleo. Empresarios y sindicalistas coinciden, sin embargo, en que el paro, si la crisis se prolonga y no se produce pronto un relanzamiento, pasar¨¢ a ser el primer problema de Alcoy.
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