PNV: las ra¨ªces de un conflicto/2
El encierro mantenido desde comienzos d¨¦ mes por varias decenas de afiliados a la primera fuerza electoral de Euskadi en una de las sedes del PNV en Bilbao, exigiendo la comparecencia de los dirigentes de las dos corrientes rivales, de los tribunales internos y del presidente Garaikoetxea, a fin de que, ?una vez reunidas estas personas y organismos se proceda a un careo entre los diversos sectores involucrados?, no dejar¨¢, probablemente, de resultar ins¨®lito para cualquier observador imparcial. Sin embargo, lo verdaderamente ins¨®lito, en el contexto actual de Euskadi, es la convicci¨®n con que esos militantes de base, como la mayor¨ªa de los afiliados, creen de buena fe que el actual ?enfrentamiento se debe a diferencias personales, y no ideol¨®gicas?.Y, sin embargo, basta leer con cuidado el programa electoral del grupo Ormaza, o los art¨ªculos period¨ªsticos de su cabeza de lista, Josu Arenaza, para encontrar una neta l¨ªnea ideol¨®gica hecha a partes iguales de reafirmaciones en la tradici¨®n y de reproches velados a la l¨ªnea modernista rival. As¨ª, no parece casual que, como declaraci¨®n previa de principios, el programa reproduzca una frase reciente de Ormaza. proponiendo que, ?sin miedo a que se nos acuse de integristas, apliquemos hoy m¨¢s que nunca el rigor de Sabino Arana?. Como tampoco lo es probablemente que el primer punto propuesto como l¨ªnea de ?pol¨ªtica general? ponga el acento en el ?mantenimiento de las aspiraciones a la reintegraci¨®n foral plena por todos los medios a nuestro alcance?.
Tanto estas dos afirmaciones como las referencias al ?respeto de las incompatibilidades? -entre cargos p¨²blicos y cargos internos-, a los ?poderes paralelos? denunciados en el seno del partido, al ?nombra miento.de un consejo de redacci¨®n del diario Deia, ideol¨®gicamente afin?, al ?rech¨¢zo de cualquier coalici¨®n electoral? o a la ?presencia exclusiva de afiliados o simpatizantes del partido en el Gobierno vasco y los departamentos que en ¨¦l controlemos?, deben ser le¨ªdos, en negativo, como otras tantas denuncias de la desviaci¨®n contraria. En su conjunto, tales reproches tratan, ante todo, de marcar distancias respecto a una l¨ªnea de modernizaci¨®n y agilizaci¨®n interna del partido, por una parte, y de colaboraci¨®n -aunque limitada- con otras fuerzas en el proceso de institucionalizaci¨®n auton¨®mica, por otra. Desde su c¨¦lebre discurso de hace casi tres a?os en Anoeta, en el que Arzallus se declar¨® ?no ¨ªncompatible? con determinados planteamientos socialistas o socialdem¨®cratas, el l¨ªder de la minor¨ªa parlamentaria vasca es el principal destinatario de tales reproches.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.