Un reto cultural

LA FIRMA de un convenio de colaboraci¨®n entre el Ministerio de Cultura y la Fundaci¨®n Ortega y Gasset es una noticia que resulta esperanzadora si se configura como el principio de un camino a seguir. En s¨ª, la ayuda p¨²blica para la edici¨®n de las Obras completas del fil¨®sofo, y para la reaparici¨®n de la Revista de Occidente, es un dato apreciable, pero no debe quedarse en un hecho aislado.La cultura es tambi¨¦n un patrimonio hist¨®rico que es preciso catalogar, conservar y poner al alcance de los ciudadanos, sus leg¨ªtimos propietarios y herederos, y quienes, en definitiva, deben disfrutar y participar de ella. De igual modo, la cultura es creaci¨®n y los poderes p¨²blicos deben fomentar y ayudar a su producci¨®n, y no se olvide que la primera ayuda es la del respecto a la libertad de expresi¨®n.

La industria cultural atraviesa una grave crisis, paralela a la econ¨®mica general, pero agravada por sus caracter¨ªsticas especiales. Al situar su rentabilidad a niveles diferentes a los estrictamente econ¨®micos, las dificultades de los productores privados de cultura se incrementan. Basta con pensar en la situaci¨®n actual de nuestra industria cinematogr¨¢fica o teatral, en la crisis editorial, en las dificultades del mercado art¨ªstico, o en la situaci¨®n de los m¨²sicos y los poetas para ver que la crisis es de fondo, y que afecta tanto a los creadores como a los productores y difusores. En esta situaci¨®n, la colectividad encuentra cada vez m¨¢s dificultades para poder participar de su leg¨ªtimo patrimonio cultural.

La desaparici¨®n de algunos cuadros de nuestra primera pinacoteca, los robos o expolios de obras de arte son ejemplos de lo ca¨®tico de la situaci¨®n actual, que es preciso corregir. Ahora, la reedici¨®n de las obras completas de uno de nuestros grandes escritores nos hace pensar en la pobreza bibliogr¨¢fica espa?ola, en tantos y tantos nombres de nuestra cultura cuyas obras se han perdido o est¨¢n en trance de perderse. Ciclos enteros de nuestra literatura -como los libros de caballer¨ªas o gran parte de la novela picaresca- sufren grandes lagunas en su bibliograf¨ªa, y hay libros que se conservan en raros ejemplares y en no menos raras bibliotecas -en la pol¨ªtica de bibliotecas, que es esencial, la miseria espa?ola es casi absoluta- o a veces en simples manuscritos.

La tarea de recuperaci¨®n es ingente, e imposible de realizar sin la ayuda de los poderes p¨²blicos. Este es un reto que tiene planteada la colectividad, y el Estado en primer lugar, para que la cultura espa?ola empiece a ser una realidad y recobre su aut¨¦ntico rango en el contexto universal.