?Una definitiva cuenta atr¨¢s para Rodes¨ªa?
POR VEZ primera desde que el l¨ªder blanco lan Smith declarase unilateralmente la independencia de Rodesia, hace catorce a?os, dos millones de votantes negros van a tener ocasi¨®n de pronunciarse libremente sobre qu¨¦ clase% de Gobierno quieren para el nuevo pa¨ªs, esta vez legalmente soberano, que con el nombre de Zimbabwe surgir¨¢ el pr¨®ximo marzo.El acuerdo de Londres para la pacificaci¨®n de Rodesia, concluido tras casi cuatro meses de negociaciones entre las tres partes implicadas -Gran Breta?a, el G¨®bierno de Salisbury, encabezado por el obispo Muzorewa, y losjefes guerrilleros del Frente Patri¨®tico- va a ser puesto a prueba en los pr¨®ximos d¨ªas con la entrada en vigor de un alto el fuego. El precario compromiso inaugura una esperanzadora cuenta atr¨¢s para la ex co¨ªonia brit¨¢nica. Pero tambi¨¦n abre un horizonte plagado de interrogantes y de situaciones potencialmente explosivas.
En el escenario rodesiano van a coexistir hasta marzo un gobernador brit¨¢nico, lord Soames, asistido por una fuerza internacional de 1.200 hombres, con plenos poderes para garantizar una transici¨®n pac¨ªfica hacia la independencia; un ej¨¦rcito regular, el de Salisbury, dirigido e integrado fundamentalmente por blancos, que hasta ayer mismo luchaba encamizadam¨¦nte contra la guerrilla, y, finalmente, miles de combatientes del Frente Patri¨®tico, concentrados en diecis¨¦is bases a lo largo de todo el pa¨ªs.
La relaci¨®n de fuerzas derivada de esta situaci¨®n militar es uno de los elementos clave de la supervivencia del alto el fuego. Londres se ha plegado a las peticiones del Frente para aumentar el n¨²mero de sus campamentos, porque, de no hacerlo, las perspectivas eran unas elecciones sin la participaci¨®n guerrillera, abocadas, por tanto, al fracaso y de repercusiones imprevisibles en el Africa negra. Pero el cuadro militar est¨¢ adem¨¢s complicado por la integraci¨®n de tropas surafricanas en las unidades rodesianas y de soldados mozambique?os en los comandos guerrilleros, aunque ambos extremos hayan sido repetidamente desmentidos.
Las evidentes dificultades para dar una salida airosa al rompecabezas militar tienen su prolongaci¨®n en el plano pol¨ªtico. Los acuerdos de Londres han sido el producto de un complicado y fr¨¢gil juego de intereses africanos e internacionales, del que forman parte tanto la creciente debilidad de los aliados africanos del Frente Patri¨®tico -Tanzania, Zambia, Mozambique y Angola, fundamentalmente, sometidos a enormes presiones econ¨®mico-militares por parte de Rodesia y la Rep¨²blica Surafricana- como el inter¨¦s norteamericano porque Afr¨ªca austral no se convierta en un nuevo foco b¨¦lico imparable.
Veinte mil muertos y siete a?os de guerra Civil van a quedar atr¨¢s cuando la poblaci¨®n de Zimbabwe se pronuncie entre Robert Mugabe y Joshua Nkomo, los l¨ªderes del Frente, o por el obispo Muzorewa y los.nacionalistas moderados, que pactaron hace casi dos a?os con lan Smith el fallido ?acuerdo interno? que hab¨ªa de obviar a las guerrillas del futuro de Rodesia.
Pero ?qu¨¦ va a pasar si los guerrilleros ganan las elecciones? El actual general en jefe del Ej¨¦rcito rodesiano ha evocado hace unos d¨ªas el espectro de una nueva guerra. ?Cu¨¢l va a ser la reacci¨®n del vecino, poderoso y acosado, r¨¦gimen racista de Pretoria si se instala en sus fronteras un Gobierno de inspiraci¨®n claramente izquierdista? Londres no tiene otra fuerza que la de ex potencia dominante. Washington tiene m¨¢s frentes que atender de los que convienen en a?o electoral.
Y est¨¢ finalmente el interrogante crucial de si el Frente Patri¨®tico, que parece aglutinar a una buena parte de la poblaci¨®n de Zimbabwe, va a comparecer a las elecciones como un solo partido o dividido entre la facci¨®n leal a Nkoino, la Uni¨®n Popular Africana (ZAPU), y la que sigue al marxista Robert Mugabe, la Uni¨®n Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU). Tanto Nkomo como Mugabe tienen, adem¨¢s de sus propios partidos, sus propios ej¨¦rcitos. Sus divergencias t¨¢cticas son conocidas, como lo son sus discrepancias pol¨ªticas y hasta militares. Ambos declaraban hasta ayer que el Frente se presentar¨¢, como tal, unificado. Pero en la fluida situaci¨®n rodesiana nadie puede estar seguro de ello mientras no se cierren las listas electorales.
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