La irrenunciable autonom¨ªa: Canarias, Andaluc¨ªa y el Pa¨ªs Valenciano
Corren aires de nuevos consensos. El desarrollo de la Constituci¨®n est¨¢ exigiendo que los grandes partidos parlamentarios vuelvan a sentarse a la mesa de negociaciones por ?razones de Estado?. Son unas ?razones? que podemos llegar a comprender aquellos que deseamos una larga etapa de paz democr¨¢tica para el pa¨ªs, y por eso -mal que nos pese- aceptamos estos nuevos consensos.Uno de los temas decisivos en el desarrollo constitucional es, sin lugar a dudas, el auton¨®mico, que ahora salta al tapete, nuevamente, cuando est¨¢n a punto de solventarse los estatutos de las tres nacionalidades privilegiadas, constitucionalmente hablando; es decir, Euskadi (sin Navarra), Catalu?a y Galicia (aunque lo que est¨¢ pasando con esta ¨²ltima nacionalidad es sencillamente lamentable). Salta al tapete porque hay que decidir qu¨¦ se hace con el resto de las autonom¨ªas. Un tema que responde a la necesidad de solucionar el secular problema de administrar razonadamente ese puzzle nunca bien ajustado que llamamos Espa?a. Resolverlo, al menos, al gusto de la mayor¨ªa, ya que no podremos al gusto de todos.
La cosa no deja de tener su l¨®gica, aunque de entrada se tropiece con dificultades tan grandes como los traumas que se quiere evitar. La, dificultad m¨¢s importante radicar¨ªa en el hecho de pasar a todos por el mismo rasero, como algunos pretenden. Sin embargo, si alguna virtud ha de tener el futuro ?Estado de las autonom¨ªas? con respecto al actual ?Estado centralista? es que aqu¨¦l estar¨¢ capacitado para responder a la diversidad real de cada una de las piezas del puzzle. Las ?razones de Estado?, pues, han de encaminar a los responsables a tratar cada pieza individualmente, de acuerdo con sus peculiaridades hist¨®ricas y su realidad actual.
En este marco de referencias hay tres pa¨ªses con perentoria necesidad de subir al carro auton¨®mico: Canarias, Andaluc¨ªa y el Pa¨ªs Valenciano. Y un cuarto, en muy parecidas circunstancias: las islas Baleares. Las razones geopol¨ªticas (caso canario), las de marginaci¨®n econ¨®mica (caso andaluz) o las de la paz social, la capacidad de autogobierno y la supervivencia cultural (caso valenciano y, en cierto modo, el de las islas Baleares) cuentan igualmente de manera espec¨ªfica. Omitir estas y otras muchas singularidades puede suponer un error grav¨ªsimo que impregne de permanente inestabilidad la ya dif¨ªcil aventura de hacer un Estado espa?ol a la medida europea.
De los dos caminos que la Constituci¨®n se?ala para el acceso a la autonom¨ªa, los art¨ªculos 143 y 151, urge poner definitivamente en marcha este ¨²ltimo para unos pocos pa¨ªses espa?oles. Las excusas de mal pagador de los reticentes a la autonom¨ªa, si ¨¦sta no se ajusta a partidistas, pueden desencadenar procesos de irritaci¨®n colectiva de alcance insospechado. Eso lo sabemos, por desgracia, en el caso de Euskadi, y nadie ni nada puede asegurar que no se den en otras latitudes. Muchas veces se abona el terreno inconsecuentemente a lo largo del tiempo, y los procesos aletargados despuntan un d¨ªa en las peores circunstancias. Los sentimientos de fraude y desilusi¨®n, tras las promesas auton¨®micas de las campanas electorales, son ya muy grandes. Y hay que tener en cuenta que s¨®lo la hegemon¨ªa pol¨ªtica de los actuales partidos parlamentarios -que se juega con una salida honorable en el tema auton¨®mico- puede evitar cat¨¢strofes pol¨ªticas venideras.
Sacar las cosas de quicio significa irremediablemente pasar el protagonismo a los radicalismos de cualquier signo. Ya se ha cumplido con creces el requisito de los tres cuartos de municipios por cada provincia pidiendo la autonom¨ªa. No hay ning¨²n motivo para frenar el proceso. No convocar el primer refer¨¦ndum supone un gratuito y desp¨®tico desplante a la voluntad democr¨¢tica de los diferentes pa¨ªses en liza. Si el camino del 151 ya es de por s¨ª dif¨ªcil, los obst¨¢culos que se est¨¢n interponiendo lo est¨¢n dificultando a¨²n m¨¢s.
La fecha del 28 de f¨¦brero -d¨ªa de los posibles referendos andaluz, canario y valenciano- adquiere as¨ª una gran importancia. Quiz¨¢ sea uno de los ¨²ltimos cartuchos que quedan. Si la fecha est¨¢ asegurada para Andaluc¨ªa, no cometamos la insensatez de descolgar a Canarias o al Pa¨ªs Valenciano de esta cita electoral. El Gobierno de Madrid puede estarjugando con fuego al dejarse llevar por el temor a perder ciertas parcelas de poder en las autonom¨ªas de mayor¨ªa de izquierdas. Despu¨¦s de esta fecha, si no se efect¨²a el refer¨¦ndum, todos somos conscientes que el panorama autonomizador puede tomar cualquier rumbo. En consecuencia, la estabilidad pol¨ªtica en estas nacionalidades y, por tanto, del propio Estado depende de la sagacidad para resolver con decisi¨®n este problem¨¢tico panorama. A partir de aqu¨ª, podremos hablar de nuevos consensos, porque estaremos hablando de aut¨¦nticas ?razones de Estado?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Pol¨ªtica nacional
- Constituci¨®n de las Autonom¨ªas
- UCD
- Legislaci¨®n auton¨®mica
- Presidencia Gobierno
- Estatutos Autonom¨ªa
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica municipal
- Gobierno
- Espa?a
- Administraci¨®n Estado
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Estatutos
- Normativa jur¨ªdica
- Legislaci¨®n
- Justicia