El recurso de la huida
Seg¨²n suele afirmarse, el cine es sobre todo americano. A fuerza de repetirlo tantas veces, el p¨²blico acabar¨¢ pensando que los hermanos Lumi¨¦re nacieron al otro lado del oc¨¦ano. Pues si es cierto que las historias de acci¨®n o espect¨¢culo a¨²n priman sobre las realizadas en otras latitudes, en lo que se refiere al conocimiento del hombre por el hombre, Rosellini, Fellini, Renoir, Einsestein o Bergman, por no citar otros nombres menores, crearon no s¨®lo filmes, sino formas de expresi¨®n, m¨¢s all¨¢ de las primeras sombras imaginadas por Griffith.Tal es el cine y as¨ª vienen a ser todas las artes patrimonio de todos y no de un solo pa¨ªs, como quieren las multinacionales, En este caso, la acci¨®n se refiere y toma forma en una fuga reforzada por el nombre de Alcatraz, prisi¨®n que cualquier admirador de El Lute conoce al menos por su siniestra mole. Famosa cuando fue alzada como modelo por segura, con el tiempo le vino a suceder lo que a nuestro famoso ?fuera de la ley? actual: acab¨® convirti¨¦ndose en museo, solaz de turismo nacional, cuando no objeto de consumo, bolsa de ping¨¹es beneficios que tanto puede la leyenda y sus h¨¦roes cuando dejan de serlo.
Fuga de AIcatraz
Seg¨²n la novela de J. Campbell Luce. Gui¨®n: Richard Tuggle. Direcci¨®n: Donald Siegel. Fotograf¨ªa: Bruce Surtees. M¨²sica: Jerry Fielding. Int¨¦rpretes: Clint Eastwood, Patrick Mac Gooan, Robert Blosson, Jack Tibaeau, Fred Ward, Paul Benjamin. Dram¨¢tica, EEUU. Local de estreno: Avenida
Si aquel otro hombre de Alcatraz que retrat¨® Frankenheimer entreten¨ªa sus ocios estudiando los p¨¢jaros, este otro de Donald Siegel llena su tiempo preparando una fuga que ya desde un principio aparece inevitable. Clint Eastwood nunca defrauda, salvo cuando se empe?a en dirigirse a s¨ª mismo, y es tal la maestr¨ªa a que nos tiene acostumbrados que a la larga el espectador acaba por olvidar la historia y, sinti¨¦ndose a su vez realizador, se dedica a adivinar los recursos in¨¦ditos de su m¨¦todo impecable. El gui¨®n, y se supone la novela, han sabido rodear al personaje de una serie de tipos al estilo de la vieja escuela, galer¨ªa eficaz m¨¢s espectacular que rigurosa, imaginada a ratos para forzar la historia.
Con tal gui¨®n a su medida, Clint Eastwood, que es un actor de registros m¨¢s bien pobres, lleva a cabo una labor notable, apoyado como siempre, en su f¨ªsico inmutable y en una direcci¨®n que alcanza a veces un virtuosismo m¨¢s que raro, excelente. Si a ello se a?ade un reparto secundario de actores eficaces, es f¨¢cil comprender el ¨¦xito del filme, destinado a brillar en estas aburridas y mediocres vacaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.