Dos "sherpas" nepal¨ªes descubren la civilizaci¨®n occidental en Pamplona
Dos sherpas nepal¨ªes, Sonam y Ang Rita, han recibido en Pamplona el homenaje del monta?ismo navarro como agradecimiento por su colaboraci¨®n con la expedici¨®n navarra al Himalaya, que el pasado 12 de mayo conquisto la cima del Dhaulagiri (8.172 metros), realizando lo que posiblemente sea la mayor haza?a del monta?¨ªsmo espa?ol de todos los tiempos.
Con motivo de la publicaci¨®n de un cuidado volumen, editado por la Caja de Ahorros de Navarra, en el que se describen de forma pormenorizada todos los pasos que los monta?eros navarros tuvieron que dar hasta pisar la cima del Dhaulagiri, dos de los sherpas que acompa?aron a la expedici¨®n estuvieron en Pamplona. Sonam, sirdar (jefe de sherpas) y Ang Rita recibieron una invitaci¨®n para trasladarse desde Mamchebazar, al pie del Everest, en Nepal, hasta Pamplona y asistir a la presentaci¨®n del libro, as¨ª como a la proyecci¨®n de la pel¨ªcula rodada en Nepal sobre la expedici¨®n. Los dos sherpas recogieron sus billetes y el pasado d¨ªa 1 se presentaban en el aeropuerto de Barcelona, en donde les esperaban varios miembros de la expedici¨®n navarra al Dhaulagiri. La primera sorpresa de Gregorio Ariz, jefe de la expedici¨®n, al encontrarse con Sonam y Rita en Barcelona fue, comprobar estupefacto que los dos sherpas hab¨ªan venido sin ning¨²n tipo de equipaje, ¨²nicamente con lo puesto. Despu¨¦s de ?equiparlos?, Rita y Sonam se instalaron en las casas de dos de los monta?eros que estuvieron en Nepal.El cambio de una civilizaci¨®n primitiva a otra plenamente desarrollada y con todos los avances tecnol¨®gicos supuso para los dos nepal¨ªes un enorme trauma. Acostumbrados a las cumbres del Himalaya y a un tipo de vida totalmente rudimentario, los dos sherpas, que son de los pocos que han podido viajar a Europa invitados por una expedici¨®n, se quedaron sorprendidos con los sem¨¢foros, edificios de veinte pisos, ascensores y la televisi¨®n. Despu¨¦s de ir a San Sebasti¨¢n y conocer por primera vez un mar, los sherpas tuvieron su primer encuentro con la tecnolog¨ªa en un ascensor. Primero se mostraron reacios a montarse en ¨¦l, pero cuando se convencieron de que no era ning¨²n invento mal¨¦fico estuvieron durante varios minutos haciendo viajes innecesarios para comprobar que, efectivamente, aquel ?gran caj¨®n? sub¨ªa y bajaba con s¨®lo presionar un bot¨®n.
Sin embargo, la an¨¦cdota m¨¢s curiosa de la estancia en Pamplona de los dos nepal¨ªes se dio en la casa de uno de los monta?eros que particip¨® en la expedici¨®n, en donde estuvo instalado el sherpa Sonam. Un d¨ªa, despu¨¦s de cenar, encendieron la televisi¨®n para ver una pel¨ªcula, ante el asombro del nepal¨ª, que no acertaba a comprender c¨®mo aquel aparato pod¨ªa funcionar. Cuando todos se fueron a la cama, Sonam se levant¨® para inspeccionar el aparato y averiguar ?d¨®nde se hab¨ªan escondido todas las personas, que hab¨ªan aparecido en la peque?a pantalla?.
Los dos sherpas, que en su pa¨ªs tienen un alto nivel de vida gracias a los quinientos d¨®lares que consiguen trabajando en dos expediciones al a?o, han vuelto de nuevo a Mamchebazar, su ciudad natal, vestidos a la europea y cargados de peque?os recuerdos de su estancia en Europa.
Dhaulagiri, la cima m¨¢s dif¨ªcil del mundo
Desde el comienzo de esta d¨¦cada, el monta?ismo navarro est¨¢ conociendo una ¨¦poca de auge y ¨¦xitos como no hab¨ªa sucedido nunca en su larga historia. En 1971, una expedici¨®n navarra ascendi¨® al Hoggar, en pleno desierto del Sahara. Dos a?os despu¨¦s, otro grupo se traslad¨® a Groenlandia y conquist¨® una cima virgen, que desde entonces se denomina Cima Navarra, junto al glaciar Sermeq Qiterdleq. En 1975 se conquist¨® el Kilimanjaro y, al a?o siguiente, una expedici¨®n viaj¨® hasta Afganist¨¢n y en el Hindu Kush ascendi¨® hasta la cima del Shakaur (7.116 metros), logrando un triunfo importante para el monta?ismo navarro. Sin embargo, esta empresa tuvo consecuencias tr¨¢gicas: durante el descenso, a causa de un accidente, falleci¨® Leandro Arbedo, y Gerardo Plaza result¨® gravemente herido.Despu¨¦s de expediciones al Hindu Kush y a los Andes, el grupo de monta?eros comenz¨® a pensar en atacar el Himalaya. Despu¨¦s de una reuni¨®n del grupo de Alta Monta?a de Navarra. se eligieron las personas que iban a participar en la expedici¨®n al Himalaya. Primero se fij¨® la meta en el Annapurna (8.078 metros) y, posteriormente, de forma definitiva, el Dhaulagiri, la s¨¦ptima monta?a m¨¢s alta del universo, considerada como la m¨¢s dif¨ªcil del mundo.
El Dhaulagiri, que es conocido como ?la monta?a de las tormentas?, fue el primer 8.000 atacado por una expedici¨®n moderna y el ¨²ltimo en ser conquistado. Despu¨¦s de ocho intentos infructuosos, una expedici¨®n suiza, dirigida por K. Diemberger, conquist¨® el Dhaulagiri en mayo de 1960.
A mediados de 1976, el grupo de monta?eros navarros comenz¨® a realizar los preparativos del viaje a Nepal. Con las aportaciones de la Caja de Ahorros de Navarra, Diputaci¨®n Foral, Federaci¨®n Espa?ola y Federaci¨®n Vasca, junto a otras de empresas y aportaciones particulares, se lograron los diez millones indispensables para poner en marcha la expedici¨®n. Todo el material se envas¨® en 250 bidones, con un peso total de 7.000 kilos.
De esta forma, el monta?ero Gerardo Plaza sali¨® en enero de este a?o, unos d¨ªas despu¨¦s que el material con destino a Bombay, en donde deb¨ªa conseguir los permisos para que el equipaje llegara, v¨ªa india, hasta Nepal. Dos meses despu¨¦s, el 8 de marzo, el resto de la expedici¨®n sale del Ayuntamiento de Pamplona, para llegar cuatro d¨ªas despu¨¦s a Katmand¨². En aquella ciudad se organiza la partida, contratando a cuatro sherpas, dos cocineros, dos correos y 250 porteadores que, descalzos, cargan bultos que pesan entre veinticinco y treinta kilos. Los porteadores perciben, seg¨²n lo reglamentado por el Gobierno de Nepal, veintiuna rupias diarias (unas 125 pesetas) y tres cigarrillos. As¨ª, el 24 de marzo sale de Katmand¨² la expedici¨®n, iniciando la marcha de aproximaci¨®n hasta el campamento base. De d¨ªa tienen que soportar temperaturas que superan los 45 grados, mientras que de noche las temperaturas descienden bajo cero. El 8 de abril se establece el campamento base a 4.600 metros de altitud, al pie de la cara norte del Dhaulagiri. All¨ª se instalan diez tiendas peque?as, una grande y un barrac¨®n de veinticinco metros cuadrados, mientras los sherpas imploran a sus dioses, ofreci¨¦ndoles alimentos. para que la expedici¨®n pueda alcanzar la cima sin accidentes.
Casi un mes despu¨¦s de instalar el campamento base, la expedici¨®n llega, el 9 de mayo, al campamento V, situado a 7.600 metros de altura.
Ascensi¨®n sin ox¨ªgeno
Despu¨¦s de dormir con ox¨ªgeno, soportando temperaturas de 38 grados bajo cero, I?aki Aldaya, Javier Garayoa, Gerardo Plaza, Jordi Pons y el sherpa Ang Rita (que carga a sus espaldas una Cannon de 16 mil¨ªmetros, con la que se film¨® toda la ascensi¨®n) se preparan, a las tres de la ma?ana del 12 de mayo, para iniciar el ¨²ltimo tramo del Dhaulagiri.A las dos de la tarde, despu¨¦s de una ascensi¨®n incre¨ªblemente agotadora, que se hizo sin ox¨ªgeno, los cinco expedicionarios llegan a la cumbre. Una vez logrado el objetivo, otros cinco expedicionarios, que est¨¢n esperando en el campamento IV para ascender, deciden abandonar el intento, ante el aviso del sherpa Sonam de que el monz¨®n es inminente y que la monta?a va a estar inaccesible en veinticuatro horas.
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