Bonn valora que se mantenga, la visita de Schmidt a Madrid
El hecho de que Helmut Schmidt contin¨²e en Espa?a estos d¨ªas y no haya pospuesto su visita oficial a Madrid -a partir de ma?ana- en las actuales circunstancias internacionales otorga un valor especial a esta decisi¨®n. Este, al menos, es un criterio com¨²n en Bonn cuando en la capital federal circulan abundantes declaraciones en torno a la postura que deber¨ªan adoptar o habr¨¢n de adoptar, quiz¨¢ en las pr¨®ximas horas, los aliados occidentales de Washington respecto a la crisis de Afganist¨¢n. Durante sus vacaciones en Mallorca, el canciller se ha pasado todo el tiempo literalmente pegado al tel¨¦fono, conectado permanentemente con Bonn.
Tanto en la RFA como en Espa?a no se ignora que el canciller favorece el ingreso de nuestro pa¨ªs en la OTAN, especialmente como factor de seguridad del Mediterr¨¢neo. Schmidt siempre supedita este inter¨¦s -como en sus declaraciones del 14 de noviembre de 1978- a que las Cortes espa?olas digan si el ingreso se relaciona inevitablemente en Alemania con la futura presencia de Madrid en las Comunidades Europeas. Para Schmidt, Espa?a, como Irlanda, podr¨ªa pertenecer a la CEE sin necesidad de formar parte de la OTAN, pero no oculta que desde el punto de vista estrat¨¦gico no es el mismo caso. Por ello, el canciller ha dado a entender, al menos en dos ocasiones, que Bonn no ver¨ªa bien que Espa?a prefiriese el marco de la Uni¨®n Europea Occidental (UEO) para materializar en el futuro sus compromisos defensivos continentales, como desea Francia. Pero el canciller no parece tener prisa en forzar una posible incorporaci¨®n de Espa?a a la OTAN, al menos mientras el PSOE mantenga desde la oposici¨®n su actitud refractaria. En Bonn se especula sobre si la actual crisis surgida en las orillas del mar Negro no ser¨¢ ocasi¨®n de que Schmidt aproveche en Madrid para ofrecer una cara distinta de la ost Politik, precisamente la m¨¢s atractiva para los sectores conservadores.El tema del ingreso de Espa?a en la OTAN no ocupa ciertamente un lugar en el proscenio de la actualidad alemana, pero no es un punto secundario.
El ingreso de Espa?a en las Comunidades es un tema sin respuestas concretas en la RFA. Aparte del ya conocido ?respaldo alem¨¢n? a las pretensiones espa?olas y de alg¨²n proyecto no materializado, como el decidido en el castillo de Gymnich en octubre de 1978 por los ministros de Exteriores de las Comunidades sobre creaci¨®n de un comit¨¦ de expertos que ?mediase? entre los nueve y los tres aspirantes -Grecia, Portugal y Espa?a-, poco m¨¢s puede a?adirse.
Con posterioridad a aquella iniciativa francesa se ha dicho en Bonn que la RFA desea a¨²n m¨¢s largos plazos de los previstos para la plena incorporaci¨®n de Espa?a, quiz¨¢ hasta veinte a?os. El plazo para que Madrid ponga en pr¨¢ctica un desarme arancelario debe ser, desde luego, mucho menor. Para la C¨¢mara de Comercio alemana, este desarme debe situarse en un 60% en el momento de producirse el.ingreso. Los sindicatos y el ministro de Trabajo han recalcado varias veces que est¨¢n en contra de la libre circulaci¨®n de trabajadores espa?oles, griegos y partugueses, una vez ingresen en la CEE.
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