La Junta salvadore?a responsabiliza a la extrema derecha de la matanza del martes
Grupos de extrema derecha, ?empe?ados en impedir el proceso de cambios? en El Salvador, fueron responsabilizados por la Junta Revolucionaria de Gobierno de provocar los sangrientos incidentes del pasado martes, en los que murieron m¨¢s de veinticinco personas y otras cien resultaron heridas. La acusaci¨®n, unida al reconocimiento de que agentes de la Polic¨ªa Nacional tambi¨¦n hicieron disparos desde edificios p¨²blicos, se hizo en una rueda de prensa en la que participaron el coronel Adolfo Amoldo Majano y los dirigentes democristianos Jos¨¦ Antonio Morales Ertich y H¨¦ctor Dada, todos integrantes de la Junta de Gobierno.
Los gobernantes salvadore?os aceptaron que la manifestaci¨®n del martes, llamada ?marcha de la unidad? por la Coordinadora Nacional de Masas, recientemente creada, se desarrollaba de forma pac¨ªfica cuando surgieron los primeros disparos, y empe?aron lo mejor de su capacidad dial¨¦ctica para hacer ver a los periodistas la ?torpeza pol¨ªtica? que habr¨ªa supuesto la menor complicidad del Gobierno en la matanza.?Ordenamos el acuartelamiento de las tropas y de los cuerpos de seguridad, salvo peque?os retenes en edificios p¨²blicos. Tenemos la conciencia tranquila. Nuestros prop¨®sitos son sinceros?, a?adieron. ?Queremos cambios profundos en las estructuras de este pa¨ªs. Hemos nacionalizado el comercio exterior. Vamos a nacionalizar la banca. Estamos firmemente decididos a realizar la reforma agraria. Nuestro ¨²nico objetivo es trasladar el poder al pueblo y establecer en El Salvador una aut¨¦ntica democracia.?
Los argumentos no han convencido, sin embargo, a los grupos revolucionarios salvadore?os. Los diarios matutinos de ayer publicaban espacios pagados por el Bloque Popular Revolucionario (BPR) y diversas agrupaciones sindicales. en los que se responsabilizaba directamente a la ?junta fantoche? de los sucesos del martes. El Frente de Acci¨®n Popular Unificada (FAPU). en una comunicaci¨®n hecha mientras se celebraba el entierro de diez de las v¨ªctimas del martes, coincid¨ªa en las acusaciones del BPR y exig¨ªa la dimisi¨®n de la Junta y del gabinete ministerial para integrar inmediatamente un ?Gobierno popular de salvaci¨®n nacional?.
La capital salvadore?a recobr¨® durante el jueves una buena parte de su perdida calma, que, por supuesto, nadie acepta como duradera. Funcion¨® el transporte, abrieron los comercios y trabajaron las f¨¢bricas. Muchos colegios optaron, sin embargo, por esperar al lunes para reabrir sus aulas. La cadena nacional de radio, impuesta por las autoridades de la Junta a partir del mediod¨ªa del martes, fue levantada. La Universidad Central refugio de m¨¢s de 20.000 manifestantes durante cerca de veinte horas, vio desaparecer el amenazante cerco militar establecido por el Ministerio de Defensa.
Calma ef¨ªmera
Esa tranquilidad es, sin embargo, precaria y enga?osa. Es un hecho la paulatina recuperaci¨®n de la fuerza perdida por la oligarqu¨ªa tradicional y los grupos de ultraderecha, desorientados en las semanas siguientes al golpe de Estado del 15 de octubre ¨²ltimo. No se han producido detenciones de connotados dirigentes de UGB (Uni¨®n Guerrera Blanca) ni de Orden (Organizaci¨®n Democr¨¢tica Nacionalista), a quien la gente se?ala con el dedo y que se pasean desafiantes por las calles. Tampoco existen evidencias de que el Gobierno haya avanzado algo en el desarme de dichas organizaciones.La Asociaci¨®n Bancaria Salvadore?a ya ha hecho notar su voz de oposici¨®n a la anunciada nacionalizaci¨®n del sistema financiero nacional, que incluye bancos privados, entidades de ahorro y compa?¨ªas de seguros. Los banqueros acusan a la Junta de no consultar a los posibles afectados y, de forma velada de violar la Constituci¨®n.
Los hilos de la diplomacia internacional han comenzado a tejer alrededor de El Salvador una malla interconectada, quiz¨¢ para evitar la repetici¨®n de la experiencia nicarag¨¹ense, pa¨ªs donde los muertos se contaban ya por millares cuando las canciller¨ªas de la regi¨®n se decidieron a actuar.
Aqu¨ª, mientras se especula con la misi¨®n del secretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos de EEUU, William Bowdler (ex embajador en El Salvador y reciente sustituto de Viron P. Vaky), se acaba de anunciar la llegada, en las pr¨®ximas horas, de una misi¨®n del Pacto Andino, integrada tres miembros y encabezada por el venezolano Hilari¨®n Cardoza. Es preciso recordar que ese organismo transnacional actu¨® por primera vez en el campo pol¨ªtico en la guerra de Nicaragua y que su gesti¨®n tuvo ¨¦xitos notables. Los comisionados del Pacto Andino tienen la intenci¨®n de entrevistarse con todos los grupos pol¨ªticos del pa¨ªs y con el Gobierno salvadore?o y ofrecer¨¢n, probablemente, sus buenos oficios para encontrar una salida a la presente situaci¨®n de crisis.
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