La disidencia en Yugoslavia tiene car¨¢cter menos crudo que en la Uni¨®n Sovi¨¦tica
El Gobierno yugoslavo no ha reaccionado oficialmente ante el caso Sajarov, desterrado esta semana de. Mosc¨² por su actitud disidente. Un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores coment¨® a EL PAIS, sin embargo, que la posici¨®n de su pa¨ªs es no meterse en este tema, s¨®lo susceptible de mechar m¨¢s le?a, al fuego de la compleja situaci¨®n internacional. No compartimos, la necesidad de hacer estas cosas?, a?adi¨®, ?pero tampoco la explotaci¨®n de este caso con fines pol¨ªticos?.
En Yugoslavia la disidencia, oficialmente inexistente, tiene caracteres mucho menos crudos que en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Milovan Djilas es aqu¨ª el disidente por antonomasia. Vive, en su casa de Belgrado sin que nadie le moleste, despu¨¦s de salir de la c¨¢rcel, al Final de los a?os cincuenta. Las autoridades desaconsejan cort¨¦smente el contacto con ¨¦l a los periodistas. Marcando un n¨²mero de tel¨¦fono que reconoce medio Belgrado se pisede habl¨¢?con ¨¦l in¨¦ditamente.?Estoy dispuesto a recib?rlecuando quiera?, nos dijo, ?tengo muy buen recuerdo de EL PAIS, pero, le adelanto que no hablar¨¦, para nada de Yugoslavia ni del presidente Tito. Comprenda que en esta situaci¨®n lo que yo le dij¨¦ra que lo que digan que estoy aprovechando el momento actual.? Todos los intentos para mantener una conversaci¨®n general sobre ¨¦l pa¨ªs sin citar personas concretas fue firmemente, rechazada por Djilas.
Djilas, compa?ero hist¨®rico de Tito durante la guerra de liberaci¨®n nacional, en la que fue general de los partisanos, contribuy¨® a formar el nuevo Estado comunista, y estuvo con ¨¦l en los momentos dif¨ªcilles, 1948, de la ruptura con Stalin. Asisti¨® y fue protagonista de la depuraci¨®n a fondo realizada con los kominformistas (los meros, disidentes). En 1954, Dijlas, entonces ?n¨²mero dos? del r¨¦gimen, pidi¨®, en un art¨ªculo publicado en el New York Times, ci¨®n de partidos pol¨ªticos que se pudieran oponer al comunista, critic¨® al aparato y denunci¨® el nacimiento de una ?nueva clase? entre los dirigentes del sistema. Dos a?os despu¨¦s se manifest¨® contrario a una nueva aproximaci¨®n entre Yugoslavia y la URSS.
Juzgado a puerta cerrada por ?propaganda hostil y difamaci¨®n del r¨¦gimen socialista yugoslavo?, la heterodoxia de Djilas fue sancionada con tres a?os de c¨¢rcel.
Una vez en libertad, sin base de poder alguna, aislado, sin posibilidad de expresarse Djilas fue perdiendo poco a poco audiencia interior. Sus posiciones siempre han tenido m¨¢s eco en Occidente que dentro del pa¨ªs, donde ha tratado de representar una especie de ?conciencia? del fitismo. El segundo disidente conocido es Mihailov, profesor de la Universidad de Zadar, quien en 1966 pidi¨® una democracia al estilo occidental y fue condenado a cuatro a?os y medio de c¨¢rcel, posteriormente reducido a uno. Actualmente vive en Estados Unidos.
Otro disidente importante en la historia de la moderna Yugoslavia , aunque no de car¨¢cter intelectual, es Alexander Rankovic, jefe de la Polic¨ªa, ministro del Interior, creador de un Estado dentro del Estado, fue depurado por Tito en 1966.
Rankovic, vicepresidente de la Rep¨²blica, un hombre de reflejos stalinistas se fue creando una base de poder propia gracias a su manejo del aparato de seguridad, e incluso lleg¨®, en su celo profesional, a instalar micr¨®fonos en las habitaciones de Tito. En libertad, vive en el pa¨ªs apartado de la pol¨ªtica, suspendido de empleo, pero no de sueldo, t¨¢ctica inteligente que suelen utilizar las autoridades yugoslavas con los depurados.
En 1970-1971 se produjeron brotes amplios de contestaci¨®n al sistema en Croacia, con participaci¨®n, masiva de los estudiantes y de algunos cuadros pol¨ªticos del propio r¨¦gimen. El nacionalismo y las demandas de pluralismo pol¨ªtico, desde posiciones m¨¢s a la derecha del socialismo, fueron r¨¢pidamente atajadas por Tito, que acab¨® fulminantemente con lo que se llam¨® la ?primavera de Zagreb?. Curiosamente, algunos de sus instigadores hab¨ªan sido promovidos a sus puestos por el propio Tito.
En 1972, un grupo de intelectuales y profesores, desde posiciones marxistas ?liberales?, agrupados en torno a la revista Praxis, protagonizaron una nueva etapa de presidencia. Publican art¨ªculos criticando el monopolio del partido y el consumismo introducido en la sociedad yugoslava. Las iras oficiales caen sobre ellos, y siete profesores son expulsados de la Universidad.
El a?o pasado, la disidencia volvi¨® a enfrentarse con el sistema nediante la publicaci¨®n de un mizdat, distribuido por el sistema de fotocopias, al precio de cien dinares ( unas 30.000 pesetas ).
Aunque los Kominformistas ( stalinistas) fueron aplastados despues de 1948, recientemente dos de ellos fueron juzgados y condenados a penas de c¨¢rcel. Uno fue secuestrado por la poderosa polic¨ªa pol¨ªtica Ubda, en Suiza, y llevado a Yugoslavia,donde cumple veinte a?os de prisi¨®n. Sin embargo, la base social de los Kominformistas es muy exigua hoy en el pa¨ªs.
Por ¨²ltimo, una disidencia m¨¢s violenta es la representada por los ustachis, nacionalistas croatas que en su d¨ªa gozaron del pleno apoyo de la Iglesia cat¨®lica. Tambien cabr¨ªa hablar de los chetnikis serbios, derechistas pro mon¨¢rquicos.
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