La vida de Jimmy Durante,

actor c¨®mico norteamericano fallecido ayer, en Santa M¨®nica (California), a los 86 a?os, fue la historia de un hombre a una nariz pegado. El suyo fue un rostro inconfundible que fue perseguido, para bien, desde la ¨¦poca de Buster Keaton hasta ahora. Sus primeras pel¨ªculas, en efecto, fueron con el gran c¨®mico mudo y est¨®lido, en los a?os treinta. A trav¨¦s de medio siglo, Durante actu¨® en la radio, los clubes, los teatros, el cine y la televisi¨®n de su pa¨ªs. La suya es la t¨ªpica biograf¨ªa del emigrante italiano que abandona la escuela y se dedica a vender peri¨®dicos para aumentar la esperanza de vida de su familia. La venta de peri¨®dicos tampoco le cubri¨® las necesidades, por lo que decidi¨® aprovechar su fisonom¨ªa y su acento: sus primeros espect¨¢culos, en 1923, tuvieron gran ¨¦xito porque Durante se hizo popular por su peculiar pronunciaci¨®n del ingl¨¦s. Este hombre de las mil caras protagoniz¨® cientos de programas c¨®micos en televisi¨®n y rod¨® unas treinta pel¨ªculas. Sobre una de sus ¨²ltimas intervenciones cinematogr¨¢ficas como actor, en El mundo est¨¢ loco, loco, loco, el director del filme, Stanley Kramer, podr¨ªa decir muchas cosas cuando visite Madrid la pr¨®xima semana, para promocionar su pel¨ªcula M¨¢s all¨¢ del amor.