Una reina t¨ªmida y popular
Mujer t¨ªmida, replegada en s¨ª misma, austera de costumbres y a la vez sensible y tierna, sucedi¨® en el trono a su en¨¦rgica, dura y voluntariosa madre, la reina Guillermina.Juliana de Meck1eriburg de Orange-Nassau naci¨® en La Haya el 30 de abril de 1909. Su madre la educ¨® de acuerdo con los principios m¨¢s severos y puros del calvinismo. ?Mi madre me lleva a la iglesia y mi padre al cine?, dijo una vez, reflejando con exactitud el contraste de caracteres de sus progenitores.
En 1927 entr¨® en la Universidad de Leyden, donde estudi¨® Econom¨ªa, Derecho Constitucional y Literatura holandesa. Estos a?os de estadiante fueron, seg¨²n confes¨® ella misma m¨¢s tarde, los m¨¢s libres y felices de su vida.
Siendo una de las herederas m¨¢s ricas del mundo -a la muerte de su madre hered¨® una fortuna personal evaluada en 5.000 millones de libras anuales- no le fue dif¨ªcil encontrar marido. El 8 de septiembre de 1936 fue anunciado oficialmente en La Haya el compromiso matrimonial de la rica heredera con el ilustre, pero pobr¨ªsimo, pr¨ªncipe alem¨¢n Bernardo de Lippe-Biesterfeld. El pr¨ªncipe Bernardo trabajaba entonces como empleado de la gran empresa alemana IG Farbernindustrie. Ambos se conocieron en los Juegos Ol¨ªmpicos de Berl¨ªn.
Cuando la invasi¨®n de Holanda, en 1940, Juliana y Bernardo marcharon a Canad¨¢. El pr¨ªncipe Bernardo volvi¨® a Inglaterra para prestar servicios como ayudante de campo de la reina Guillermina y, en septiembre de 1944, fue designado comandante en jefe de las fuerzas holandesas del interior.
Al Final de la guerra, la familia real regres¨® a Holanda. Despu¨¦s de cincuenta a?os de reinado, la reina Guillermina abdic¨® en favor de su hija Juliana, quien fue proclamada reina el 6 de septiembre de 1948.
Juliana fue durante todo su reinado una reina estrictamente constitucional, que gobern¨® por encima de los partidos, con una prudencia y un tacto que suscit¨® la adhesi¨®n un¨¢nime de su pueblo. De esp¨ªritu democr¨¢tico y liberal, fue enemiga de todas las dictaduras y nunca qu¨ªs¨® visitar Espa?a mientras gobernase Franco.
En septiembre de 1976 estall¨® el esc¨¢rdalo de la compa?¨ªa americana Lockheed, en el que aparec¨ªa implicado su marido, el pr¨ªncipe Bernardo. El Gobierno holand¨¦s design¨® una comisi¨®n investigadora, cuyo resultado demostr¨® que el pr¨ªncipe hab¨ªa recibido dinero de dicha. compa?¨ªa. De inmediato, renunci¨® a su cargo de inspector general del Ej¨¦rcito y a todos los honores que le correspond¨ªan.
Este episodio conmovi¨® al pueblo holand¨¦s, pero suscit¨®, parad¨®jicamente, un sentimiento m¨¢s Fuerte de adhesi¨®n a la reina Juliana y a la casa de Orange-Nassau. ?Si alg¨²n d¨ªa logramos proclamar la rep¨²blica, Juliana ser¨ªa la primera presidenta de Holanda.? Esta frase. pronunciada hace unos meses por uno de los dirigentes del peque?o Partido Republicano de los Pa¨ªses Bajos, refleja exactamente el grado de popularidad que hab¨ªa alcanzado la soberana holandesa.
Declaraci¨®n de Carlos Hugo
Carlos Hugo de Borb¨®n y Parma, casado con la princesa Irene de Holanda, una de las hijas de la reina Juliana, declar¨® ayer a EL PAIS que ?conociendo la personalidad de la reina Juliana, su decisi¨®n entra dentro del marco pol¨ªtico de su proceder?.
?Dada mi vinculaci¨®n personal y familiar?, dijo, ?no quier¨® entrar en los asuntos internos de Holanda. Mi mujer, Irene, como es l¨®gico, en estos momentos se encuentra al lado de su madre. Durante su reinado, la corona holandesa ha jugado un papel important¨ªsimo en defensa de la causa de la libertad y de la democracia, no s¨®lo en los Pa¨ªses Bajos, sino en todo el mundo. ?
Afirm¨® tambi¨¦n que la princesa Beatriz ?es la garant¨ªa palpable de continuidad por su gran inteligencia, madurez y personalidad?.
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