Espa?a acepta la reducci¨®n de licencias y pesca en aguas comunitarias
Espa?a ha tenido que aceptar finalmente una reducci¨®n en el n¨²mero de licencias para la pesca de altura en aguas de los nueve de la CEE, durante el presente a?o de 1980. La ¨²ltima ronda de negociaciones finaliz¨® ayer, pasadas las ocho y media de la tarde, con la aceptaci¨®n por parte de la delegaci¨®n espa?ola de la ¨²ltima e inflexible oferta de la comisi¨®n: 168 (o 169, la cifra exacta no se sabr¨¢ hasta la firma del acuerdo) licencias para la pesca de altura (merluza fundamentalmente) y el mantenimiento de las condiciones para la pesca de bajura que rigieron el a?o pasado.
La propia delegaci¨®n espa?ola reconoce que el acuerdo no es satisfactorio, pero se?ala que es ?el ¨²nico posible?. En las cuatro dif¨ªciles sesiones de trabajo hispano-comunitarias, celebradas desde el pasado mes de noviembre, se ha pasado de una oferta inicial de 126 licencias a las 153 propuestas en enero -que fueron rechazadas de plano, alegando por parte espa?ola, fundamentalmente, motivos pol¨ªticos, es decir, la repercusi¨®n en el Pa¨ªs Vasco-, y a las 168 ¨® 169 acordadas ayer.El hecho es que, tal y como anunci¨® la CEE desde el primer momento, los pesqueros espa?oles que faenan en aguas comunitarias deber¨¢n reducir tanto su n¨²mero como sus capturas: doscientas licencias y 14.000 toneladas de merluza en 1979, frente a 168 licencias y 11.870 toneladas en 1980. La Comunidad Econ¨®mica Europea alega que se ha impuesto a s¨ª misma una reducci¨®n de su esfuerzo pesquero y que Espa?a, pa¨ªs tercero, no pod¨ªa recibir un trato m¨¢s favorable. Fuentes de la misi¨®n espa?ola ante la CEE afirman que el hecho de que nuestro pa¨ªs sea candidato a la adhesi¨®n ha influido notablemente: ?Si no fu¨¦ramos candidatos nos habr¨ªan expulsado de sus aguas, como hicieron con la flota sovi¨¦tica o la japonesa?, dijo el embajador Raimundo Bassols.
Amenaza de ruptura
Pese a todos los esfuerzos por poner buena cara al mal tiempo, los miembros de la delegaci¨®n espa?ola no ocultaban ayer su des¨¢nimo: el principio de reducci¨®n de licencias y capturas perjudica grandemente a nuestro pa¨ªs. Aunque el proceso de adhesi¨®n marche r¨¢pido, todav¨ªa habr¨¢ que negociar nuevos acuerdos pesqueros en 1981 y 1982.
?Cuando entremos en el Mercado Com¨²n nos encontraremos con un nivel de partida muy bajo?, afirm¨® un experto espa?ol. La misma fuente critic¨® muy duramente la actitud de Francia, cuyos representantes, al parecer, se han mostrado inflexibles frente a las peticiones espa?olas en materia de pesca de bajura.
El se?or Bassols afirm¨® por su parte: ?Hay un pa¨ªs que dificulta especialmente nuestra labor y que no ha querido ceder para mejorar las condiciones de la pesca de bajura. ?
El embajador espa?ol record¨® que, para alcanzar este acuerdo final, el Gobierno arriesg¨® incluso la ruptura de las relaciones pesqueras con la Comunidad. El subsecretario de Pesca, Miguel Alb¨¢solo, se?al¨®, por su parte, que, a fin de evitar que los pesqueros espa?oles no puedan regresar a los caladeros europeos antes del pr¨®ximo mes de marzo, hab¨ªan propuesto a las autoridades de la CEE dos f¨®rmulas que permitir¨ªan agilizar los tr¨¢mites burocr¨¢ticos. ?Parece que aceptan el principio, pero que quieren estudiar con m¨¢s detenimiento las condiciones exactas?, a?adi¨®.
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