La OEA condena la matanza en la misi¨®n diplom¨¢tica espa?ola en Guatemala

El consejo permanente de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) expres¨® su rechazo a todos los actos de violencia perpetrados en el recinto de la embajada de Espa?a en Guatemala. En una declaraci¨®n apoyada por el consenso de todas las delegaciones iberoamericanas, la OEA sostuvo que esos actos de violencia ?violan normas de derecho internacional, afectan principios tradicionalmente respetados por las naciones americanas y han ocasionado irreparables p¨¦rdidas de vidas humanas?.

El embajador espa?ol ante la OEA, Eduardo Zulueta, observador permanente en el organismo, habl¨® a la asamblea para ratificar que Espa?a se ha dirigido a sus hermanos como primera instancia para elevar su pena.El embajador espa?ol dijo que Espa?a, en estos momentos de crisis, ?una vez m¨¢s, se ha sentido americana?, y alab¨® al organismo por la valent¨ªa de haber hecho suya la preocupaci¨®n espa?ola.

Antes de las palabras de Zulueta, la embajadora de Nicaragua, Ceha Casco Montenegro, quiso dejar constancia en acta que su pa¨ªs aceptaba el consenso de la declaraci¨®n de la OEA, porque el Gobierno de Guatemala hab¨ªa prometido una investigaci¨®n para identificar y castigar a los culpables. ?Pero?, agreg¨®, ?Nicaragua hubiera querido que constara un apoyo y condolencias al Gobierno y al pueblo de Espa?a? por los acontecimientos ocurridos en Guatemala.

?Es la primera vez en la historia de nuestra Organizaci¨®n en que un pa¨ªs miembro (Guatemala) es acusado por un pa¨ªs observador (Espa?a)?, declar¨® el embajador de Costa Rica, Jos¨¦ Rafael Echevarr¨ªa, al presentar la introducci¨®n general en el debate. Opini¨®n que corrobor¨® Eduardo de Zulueta, quien record¨® el inter¨¦s del Gobierno espa?ol ?para que la OEA tome cartas en este asunto?. El representante de El Salvador explic¨® ante la asamblea que el presidente de su pa¨ªs ha dado garant¨ªas al Gobierno espa?ol de que la ocupaci¨®n de la embajada de Espa?a en ese pa¨ªs no concluir¨¢ con actos de violencia.

En principio, la OEA no estaba muy inclinada a debatir el litigio que opone a Guatemala y Espa?a, como record¨® su propio secretario general, Alejandro Orfila, el pasado viernes en Nueva York. El car¨¢cter pol¨ªtico impon¨ªa discreci¨®n a la OEA, organismo que se conformaba con el env¨ªo de telegramas de lamentaci¨®n a los Gobiernos de Espa?a y Guatemala. Madrid, apoyado firmemente por los pa¨ªses del Pacto Andino (Ecuador, Bolivia, Colombia, Per¨² y Venezuela) m¨¢s Nicaragua, logr¨® llevar el tema a debate general.

Estados Unidos y Brasil se sumaron posteriormente al deseo de publicar una resoluci¨®n. Otros pa¨ªses, y en especial el n¨²cleo m¨¢s duro de las dictaduras latinoamericanas, aun expresando su repulsa por el asalto a la embajada de Espa?a en Guatemala, se mostraron m¨¢s ?prudentes?, en un conflicto cuyo tema de fondo es la radicalizaci¨®n que provoca la violaci¨®n de todos los principios democr¨¢ticos en muchos pa¨ªses. latinoamericanos. Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, El Salvador, Honduras y, l¨®gicamente, Guatemala se expresaron a favor del proyecto de. declaraci¨®n tal y como fue presentado por la secretar¨ªa general. ?Incluir la palabra solidaridad con el Gobierno espa?ol no aporta nada esencial a la resoluci¨®n?, afirm¨® el embajador de Argentina, Ra¨²l Quijano.

Por el contrario, el embajador de Ecuador, Ra¨²l Falconi, consider¨® que la resoluci¨®n, en su proyecto inicial, era demasiado ?amplia, general, difusa e irreal? si no inclu¨ªa un principio de solidaridad claro y expreso con el Gobierno espa?ol. En el fondo, los pa¨ªses de la OEA, en un debate con amplio trasfondo pol¨ªtico, se enfrentan entre los que cuentan con instituciones pol¨ªticas democr¨¢ticas y los que tienen reg¨ªmenes dictatoriales.

El embajador de Estados Unidos en la OEA, Gale McGee, mantuvo una posici¨®n intermedia, sin declararse abiertamente partidario de potenciar el proyecto de resoluci¨®n hacia Espa?a, para evitar colocar en el banquillo de los acusados a un Gobierno dictatorial, el de Guatemala, que no representa un caso ¨²nico en el continente latinoamericano.